Trump vs. Clinton: Regreso al futuro 144 a?os despu¨¦s
La campa?a durante los tumultuosos a?os de la Reconstrucci¨®n guarda una estrecha simulitud con la actual
Una mujer lucha por la presidencia de Estados Unidos. Mucha gente no conf¨ªa en ella. Su ambici¨®n disgusta y no falta quien la compara con Sat¨¢n. Hasta su matrimonio es motivo de debate. Promete que si llega a la Casa Blanca har¨¢ del avance a la igualdad una prioridad. Pero no todas las mujeres aplauden su candidatura. Compite con un millonario de la construcci¨®n sin experiencia pol¨ªtica, del que circulan multitud de rumores sobre sus pr¨¢cticas. Pese a ello, y sus comentarios racistas, arrastra a las masas. Su lenguaje cala entre los hombres blancos de clase obrera.
Ambos quieren suceder a un presidente aplaudido por la mitad de los ciudadanos y criticado por el resto, a quien le toc¨® lidiar con las consecuencias de varias guerras, una econom¨ªa d¨¦bil y los abusos de los especuladores. La divisi¨®n en el Congreso le bloquea y la violencia racial complica el debate en una sociedad que aspira a resolver las desigualdades.
Pero no hablamos de Hillary Clinton, Donald Trump y Barack Obama. Es la descripci¨®n exacta de los que pas¨® en 1872, durante los tumultuosos a?os de la Reconstrucci¨®n, en las que tres actores protagonizan una historia muy similar a la actual. Victoria Woodhull se convirti¨® entonces en la primera mujer en presentarse a presidente y George Francis Train se postulaba por un tercer partido como el mejor candidato para batir al presidente Ulysses Grant.
Woodhull empez¨® a resquebrajar el techo de cristal que cubre la vida pol¨ªtica en Washington, 136 a?os antes de que Clinton se presentara candidata a la presidencia en 2008. ¡°Era una mujer intr¨¦pida¡±, afirma Ellen Fitzpatrick, profesora especializada en pol¨ªtica moderna en la Universidad de New Hampshire. Recuerda que hubo al menos 200 mujeres que aspiraron a llegar a la Casa Blanca pero ninguna logr¨® estar tan cerca como Hillary Clinton.
Lo m¨¢s sorprendente de la historia de Woodhull es que salt¨® a la escena pol¨ªtica medio siglo antes de que se enmendara la Constituci¨®n para reconocer el derecho de la mujer a votar. ¡°No puedo votar¡±, dijo, ¡°pero s¨ª me pueden votar¡±. El d¨ªa de las elecciones lo pas¨® en prisi¨®n y el que se supon¨ªa era su socio de campa?a acab¨® dando un discurso para el republicano Ulysses Grant, que acab¨® renovando como presidente tras imponerse al dem¨®crata Horace Greeley.
Las predecesoras
En ese tortuoso camino de la mujer hacia el Despacho Oval destacan tambi¨¦n Margaret Chase (1964), la primera en tener su nombre en una gran convenci¨®n, y Shirley Chismolm (1972), la primera afroamericana en llegar al Capitolio. El sistema entonces segu¨ªa siendo excesivamente r¨ªgido para las mujeres y hasta muy poco estuvieron poco representadas en los cargos de gobernadoras y senadoras, los trampolines naturales para poder saltar a la Casa Blanca.
No es solo que el camino para llegar a la Casa Blanca lleve abierto relativamente poco tiempo para las mujeres en EE UU. Adem¨¢s votaron como los hombres hasta los a?os 80. En ese momento empez¨® a abrirse la brecha en el sufragio. Eso, en principio, deber¨ªa favorecer las opciones de Hillary Clinton sobre Donald Trump. Pero el 30% de los estadounidenses se sigue negando a votar a una mujer, un claro vestigio del sexismo que sigue dominando la campa?a.
Son precisamente estos giros de la historia, y la locura de la actual campa?a, lo que hace que la profesora Fitzpatrick sea muy prudente al predecir si el optimismo de Woodhull podr¨¢ ser reivindicado el pr¨®ximo 8 de noviembre en las urnas. ¡°Est¨¢ por ver¡±, admite. Las encuestas, se?ala, muestran que la mayor¨ªa de los estadounidenses ven bien que una mujer sea presidenta. Pero pese a ese entusiasmo, los sondeos m¨¢s recientes revelan que la mayor¨ªa espera a una candidata mejor.
Pasado y poder
¡°Nadie debe hacerse la ilusi¨®n de que el g¨¦nero no cuenta en las elecciones¡±, lamenta, ¡°el debate se enfoca demasiado en sus deficiencias como pol¨ªtica y se escucha mucho sobre su falta de carisma¡±. Lo ir¨®nico siglo medio despu¨¦s del camino que inici¨® Victoria Woodhul es que su pasado y su poder sean los puntos m¨¢s vulnerables de Hillary Clinton, cuando en realidad se trata la candidata mejor cualificada a la presidencia en la historia de Estados Unidos.
Al imponerse en las primarias dem¨®cratas, Clinton consigui¨® hundir ya cada uno de los obst¨¢culos que tuvieron que afrontar sus predecesoras. El logro de la exsecretaria de Estado no ser¨¢ un m¨¦rito, sin embargo, el d¨ªa de las elecciones. Pero s¨ª al final se impone en las urnas, el ¨²ltimo a?o de su mandato coincidir¨¢ con la celebraci¨®n del centenario de la ratificaci¨®n de la enmienda que confiere a la mujer el derecho a votar en unas elecciones presidenciales.
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