Los motines carcelarios apuntan a un conflicto entre grupos criminales en Brasil

Desde hace d¨¦cadas las dos mayores bandas criminales de Brasil, el Comando Vermelho (CV) de R¨ªo de Janeiro y el Primeiro Comando da Capital (PCC) de S?o Paulo, han convivido en las c¨¢rceles y en las calles del pa¨ªs. Les ayudaba a ello un pacto, gracias al cual llegaron a aliarse en varias ocasiones y operar como un consorcio criminal capaz de comprar armas y drogas en Paraguay, Colombia y Bolivia. Pero tres peleas registradas en tres Estados diferentes entre la noche del domingo 16 de octubre y el lunes 17 son, para las autoridades, se?al de que la paz ha terminado.

En la prisi¨®n de Monte Cristo, en la ciudad de Boa Vista (Roraima, en la frontera de Brasil con Venezuela), al menos 10 reclusos pertenecientes al CV murieron cuando un grupo del PCC invadi¨® su pabell¨®n con armas. Seg¨²n el Sindicato de Funcionarios de Prisiones de Roraima, al menos siete presos fueron decapitados y quemados, lo que dificult¨® la identificaci¨®n de los cuerpos.

El conflicto tuvo lugar durante el horario de visitas ¡ªmomento m¨¢s importante y supuestamente protegido en el c¨®digo no escrito de los internos¡ª, lo que indicar¨ªa una profunda divisi¨®n entre las facciones. Horas despu¨¦s, en una prisi¨®n de Porto Velho (Rond?nia), un mot¨ªn semejante acababa con ocho muertos. En S?o Paulo tambi¨¦n se produjo un mot¨ªn en la prisi¨®n de Franco da Rocha, que permiti¨® la fuga de entre 200 y 300 reclusos. No se tiene informaci¨®n sobre muertos o heridos.

Guerra en las calles

¡°Se han declarado la guerra¡±, anunci¨® el lunes Uziel de Castro, secretario de Justicia de Roraima. ¡°Percibimos la ruptura del acuerdo en el ¨¢mbito nacional¡±. La soci¨®loga Camila Nunes Dias, que investiga la violencia para la Universidad de S?o Paulo, apunta que las dos facciones se estaban amenazando desde julio, en enfrentamientos puntuales dentro del sistema penitenciario. ¡°Hubo varios intentos de evitar la ruptura definitiva, pero despu¨¦s de lo que ha sucedido este fin de semana, ya no es posible¡±, prosigue. ¡°Los dos grupos quieren expandirse por el resto del pa¨ªs y llega un momento en que empiezan a estorbarse¡±.

Ahora existe el temor de que la violencia se expanda a otras prisiones y que llegue tambi¨¦n a la calle. Las dos facciones est¨¢n presentes en todo Brasil y, seg¨²n los especialistas, un enfrentamiento abierto entre ellas podr¨ªa conllevar un aumento significativo de la violencia en todo el pa¨ªs.

¡°Es un momento de tensi¨®n y de expectativa sobre c¨®mo va a repercutir la ruptura de esa alianza¡±, opina Luiz F¨¢bio Paiva, profesor de Ciencias Sociales de la Universidad de Cear¨¢. ¡°Las ramificaciones de una guerra pueden llegar a la calle sobre todo en el Estado de Cear¨¢, donde existi¨® una pacificaci¨®n patrocinada por su acuerdo de convivencia¡±. Hace 10 d¨ªas, varios reclusos de c¨¢rceles controladas por el CV en S?o Paulo hab¨ªan pedido el traslado a otras unidades por temor a verse atrapados en el fin de la paz.

En los ¨²ltimos a?os, el PCC ha fortalecido su presencia en algunas de las m¨¢s importantes rutas del tr¨¢fico internacional de drogas y armas. El grupo es responsable de los principales cargamentos de coca¨ªna de Colombia y Bolivia, as¨ª como de la llegada de marihuana que procede de Paraguay.

El CV dej¨® de dominar estas rutas tras la entrada en prisi¨®n de Luiz Fernando Costa, alias Fernandinho Beira-Mar, en 2001 en Colombia. En aquella ¨¦poca, Beira-Mar compraba la coca¨ªna a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). La guerra contin¨²a hoy abierta.