Detenido en Brasil Eduardo Cunha, impulsor del ¡®impeachment¡¯ a Dilma Rousseff

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In English: Brazil¡¯s former house speaker arrested on corruption charges

Eduardo Cunha, el hasta hace meses todopoderoso presidente de la C¨¢mara de diputados brasile?a, ha sido arrestado hoy cerca de su residencia oficial de Brasilia y trasladado en avi¨®n a un penal del Estado de Curitiba, acusado de corrupci¨®n. Tambi¨¦n han sido bloqueados por orden judicial 220 millones de reales (73 millones de euros) de sus cuentas corrientes. El pol¨ªtico, al que la polic¨ªa buscaba desde por la ma?ana, fue el que desencaden¨® ¨Cy condujo con mano experta¨C el proceso de destituci¨®n parlamentaria contra Dilma Rousseff, seg¨²n muchos por pura venganza personal. Ahora, Rousseff, del Partido de los Trabajadores (PT) languidece fuera del cargo de presidenta y Cunha, del centrista Partido do Movimento Democr¨¢tico Brasileiro (PMDB; el mismo que el actual presidente Michel Temer) pasar¨¢ su primer d¨ªa en una celda.

El ex presidente de la C¨¢mara hab¨ªa perdido, por una amplia mayor¨ªa, su condici¨®n de diputado el pasado 12 de septiembre, menos de dos semanas despu¨¦s de que Rousseff perdiera la de presidenta. Y lo m¨¢s importante: adem¨¢s del cargo, Cunha perdi¨® tambi¨¦n el aforamiento que le proteg¨ªa del activo juez S¨¦rgio Moro, el conocido jurista que conduce la investigaci¨®n del caso Petrobras, especializado en investigar la corrupci¨®n que atravesaba de arriba abajo a la petrolera estatal Petrobras.

Por eso todo el mundo esperaba que, un d¨ªa u otro, Cunha iba a ser detenido. La Fiscal¨ªa especifica en un escrito hecho p¨²blico hoy que la detenci¨®n es pertinente porque Cunha, con cuentas voluminosas en el exterior y doble nacionalidad italiano-brasile?a, pod¨ªa fugarse del pa¨ªs y que, adem¨¢s, exist¨ªa un riesgo cierto de que destruyera pruebas decisivas para su inculpaci¨®n.

El declive de Cunha, pastor evang¨¦lico, due?o de innumerables dominios web con la palabra Jes¨²s, comenz¨® el 5 de mayo, cuando ¨Cdebido a las acusaciones de corrupci¨®n y lavado de dinero que pend¨ªan sobre ¨¦l¨C el Tribunal Supremo Federal le apart¨® provisionalmente del cargo de presidente de la C¨¢mara. Hasta ese d¨ªa era, junto a Rousseff (y tal vez m¨¢s) la persona m¨¢s poderosa e influyente de Brasilia. De hecho, hab¨ªa ya iniciado y encarrilado el proceso de impeachment de Rousseff, un proceso que ya a esa altura arrastraba una inercia imparable. Desde el PT criticaron que los partidarios del impeachment se deshicieran del criticado Cunha cuando ya no serv¨ªa, o mejor, cuando ya se hab¨ªan servido de ¨¦l. D¨ªas despu¨¦s de ser apartado, con l¨¢grimas en los ojos y delante de las c¨¢maras de televisi¨®n que retransmit¨ªan en directo la escena a todo un pa¨ªs estupefacto, Cunha renunciaba definitivamente al cargo de presidente, quedando como parlamentario raso pero guardando el salvoconducto del aforamiento.

Ya por esa fecha Cunha era el pol¨ªtico m¨¢s impopular del pa¨ªs. Maquiav¨¦lico, inteligent¨ªsimo, c¨ªnico, adicto al trabajo, conocedor al dedillo del reglamento de la C¨¢mara y de los entresijos y los atajos del poder de Brasilia, siempre mantuvo influencia directa en muchos diputados del Congreso brasile?o. La Fiscal¨ªa le acusaba desde hac¨ªa meses de detentar cuentas de m¨¢s de cinco millones de d¨®lares en Suiza alimentadas de sobornos de Petrobras. ?l lo neg¨® siempre, incluso cuando sali¨® su nombre y su firma a relucir, alegando ¨Ccon el cinismo calculado y la cara de p¨®ker que le caracterizaba- que ¨¦l no era el due?o de esas cuentas sino s¨®lo ¡°su usufructuario¡±. La Fiscal¨ªa contraatac¨® desplegando los gastos principescos que Cunha y su familia hab¨ªan practicado con esas cuentas: viajes a Miami de ocho d¨ªas en 2013 que costaban 43.000 d¨®lares, clases de tenis millonarias para la mujer del pol¨ªtico, facturas de 5.400 d¨®lares de una tarde de la tienda de Chanel de Nueva York¡­

Ahora el problema es pol¨ªtico: el presidente Michel Temer tiene en la c¨¢rcel a un miembro de su propio partido, acusado de las mismas cosas ¨Caceptar sobornos de grandes empresas para interceder en que lograran los contratos m¨¢s beneficiosos en Petrobras- que los muchos detenidos del Partido de los Trabajadores. Pero el actual jefe del Estado brasile?o ¨Cal que la noticia le ha pillado en Jap¨®n, en un viaje oficial- corre otro peligro: la legislaci¨®n brasile?a prev¨¦ que un preso pueda rebajar la eventual condena que enfrenta si aporta informaci¨®n jugosa para que la investigaci¨®n avance. Y Cunha, un pol¨ªtico veterano atesora datos comprometedores para el PMDB y, posiblemente, para el propio presidente Temer. ?l siempre ha afirmado que no se acoger¨ªa a este tipo de tratos con la justicia. Pero eso mismo han asegurado otros y han cambiado de opini¨®n cuando han empezado a pasar d¨ªas y noches en la c¨¢rcel.