Pe?a Nieto admite su error con la visita de Trump
El presidente mexicano califica de ¡°muy acelerada¡± y ¡°muy pol¨¦mica¡± la decisi¨®n y asegura que ahora ¡°ser¨ªa distinta¡±
No volver¨ªa a suceder. O por lo menos, no en los mismos t¨¦rminos. El presidente de M¨¦xico, Enrique Pe?a Nieto, tiene claro que la visita-bomba girada por Donald Trump a finales de agosto pasado fue el fruto de una ¡°decisi¨®n muy acelerada¡± y que, de volver al pasado, ¡°ser¨ªa distinta¡±. De este modo, el jefe de Estado ha reconocido uno de los errores m¨¢s flagrantes de su mandato. Un incendio que sumado a otros desastres como la reciente fuga del gobernador de Veracruz o las sospechas de corrupci¨®n de dos prohombres m¨¢s de su partido, ha hundido su valoraci¨®n en m¨ªnimos hist¨®ricos.
El paisaje despu¨¦s de la visita fue demoledor. Trump dej¨® a su espalda una naci¨®n humillada. En su reuni¨®n, el candidato republicano no s¨®lo evit¨® ol¨ªmpicamente pedir disculpas por los insultos lanzados durante meses contra los mexicanos, sino que transform¨® el encuentro en un acto m¨¢s de su campa?a electoral. Tan poco le import¨® M¨¦xico y su presidente, que horas despu¨¦s de abandonar la tierra que le hab¨ªa acogido volvi¨® a blandir en un mitin en Arizona sus reclamos xen¨®fobos: muro, deportaciones y odio al inmigrante. ¡°M¨¦xico pagar¨¢ el muro. Al 100%. Todav¨ªa no lo saben, pero pagar¨¢n por el muro¡±, bram¨® ante la multitud.
La andanada arras¨® las ¨²ltimas defensas del Gobierno mexicano. El control de da?os se hizo casi imposible. Pe?a Nieto sali¨® inmediatamente a dar la cara en entrevistas y art¨ªculos. ¡°Trump representa una enorme amenaza y no puedo quedarme con los brazos cruzados; mi obligaci¨®n es defender a los mexicanos¡±. Ese fue su argumento principal. Pero la ola no se diluy¨®. Y a la semana siguiente tuvo que tomar una de las decisiones m¨¢s duras de su mandato: prescindir del todopoderoso secretario de Hacienda, Luis Videgaray, su hombre de confianza y el arquitecto de la visita.
Ahora, casi dos meses despu¨¦s de estallido, con un Trump menguante en las encuestas, el presidente ha vuelto a la carga y admite sin tapujos el da?o ocasionado. ¡°El hubiera no existe y asumo la responsabilidad de la decisi¨®n y su coste¡±, afirma en una entrevista al diario mexicano La Raz¨®n. ¡°Creo que tom¨¦ una decisi¨®n muy acelerada. Fue muy pol¨¦mica; quiz¨¢ hoy ser¨ªa distinta. He dado muchas veces la explicaci¨®n de por qu¨¦ busqu¨¦ un encuentro con ambos candidatos y no era m¨¢s que cuidar a los mexicanos y los intereses de M¨¦xico¡±, se?ala.
En su defensa, el presidente recuerda que en aquel momento la carrera electoral estaba muy cerrada y argumenta que una vez que envi¨® las invitaciones a los dos candidatos estadounidenses recibi¨® una r¨¢pida contestaci¨®n del republicano. ¡°La respuesta fue ¡®s¨ª acepto el encuentro y adem¨¢s voy a M¨¦xico¡¯. Era un t¨®mala o d¨¦jala. Y dije, a ver, lo que estoy buscando es un encuentro, y adem¨¢s el posicionamiento del candidato republicano no me parece el correcto, y creo que es necesario que tenga un mejor conocimiento de la relevancia de la relaci¨®n entre M¨¦xico y Estados Unidos¡±.
La palabras de Pe?a Nieto no se pueden desligar de la ca¨ªda en los sondeos de Trump. El peligro, desde M¨¦xico, parece haberse alejado y es el momento de recomponer desastres pret¨¦ritos. Pero en el ¨¢nimo del presidente tambi¨¦n anida posiblemente la intenci¨®n de ir preparando su entrada en la historia. Elegido en julio de 2012, ya le quedan menos de dos a?os para su salida. Con un partido en declive, como mostraron los ¨²ltimos comicios regionales, y una ola de casos de corrupci¨®n asedi¨¢ndole, la crisis de confianza ciudadana que abri¨® en 2014 la tragedia de Ayotzinapa no ha hecho m¨¢s que agrandarse. La valoraci¨®n presidencial es rala y en el PRI cada d¨ªa que pasa aumentan los codazos por situarse como candidato a la carrera presidencial de 2018. La decisi¨®n ¨²ltima ser¨¢ la de Pe?a Nieto. Y en su entorno todos dan por hecho que la tomar¨¢ en funci¨®n de las encuestas. Pero tambi¨¦n, que una vez designado el delf¨ªn, su tiempo habr¨¢ pasado. Es el momento, por tanto, de quitarse las espinas. La visita de Trump es una.
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