Buenos Aires alienta a profesores y a alumnos a usar los celulares en el aula

La provincia de Buenos Aires -la m¨¢s poblada de Argentina, con casi cinco millones de alumnos- tom¨® en 2006 la decisi¨®n de vetar el uso de tel¨¦fonos m¨®viles durante las horas de clase por considerar que "desconcentra el proceso de ense?anza-aprendizaje". Diez a?os despu¨¦s, el Gobierno provincial, de signo macrista, ha levantado la prohibici¨®n con el objetivo de "cambiar el paradigma de c¨®mo se ense?a en el aula". La medida choca de entrada con un problema t¨¦cnico: solo una de cada cuatro escuelas bonaerenses tiene conexi¨®n a Internet. Sin contar ese obst¨¢culo, que las autoridades se comprometieron a tener resuelto en 2018, la decisi¨®n divide a la comunidad educativa. Los partidarios alegan que enriquecer¨¢ el proceso de aprendizaje, mientras que los detractores advierten que falta capacitaci¨®n docente y que se corre el riesgo de ampliar las desigualdades entre estudiantes.

La nueva normativa deja al criterio de cada escuela el uso de la tecnolog¨ªa, algo que ya ocurr¨ªa de facto en la mayor¨ªa. Con la excepci¨®n de algunos maestros, como aquellos que ponen una caja en la entrada de la clase para que los estudiantes dejen all¨ª sus tel¨¦fonos m¨®viles, muchos llevan a?os negociando su uso con los alumnos.

Una realidad inocultable

"Creo que la medida es positiva. En mi clase ya lo est¨¢bamos usando todos. Lo uso si tengo una duda, para buscar cosas en el momento y los alumnos igual, para hacer trabajos pr¨¢cticos o tareas", opina Ezequiel Prat, profesor en la escuela de Secundaria n¡ã 20 de San Mart¨ªn, en el conurbano bonaerense. Admite que hay alumnos que emplean el celular para chatear con amigos, jugar o navegar, pero cree que esas conductas son muy dif¨ªciles de erradicar por completo. "As¨ª como un alumno habla con otro alumno o se distrae mirando por la ventana, a veces usa el celular y se distrae de esa forma. Se podr¨ªa decir que no es lo correcto, en t¨¦rminos pedag¨®gicos, pero es una realidad y no se puede ocultar", agrega Prat.

El director general de Cultura y Educaci¨®n bonanerense, Alejandro Finocchiaro, present¨® el jueves la iniciativa oficial, titulada "Tra¨¦ tu propio dispositivo al aula". "Hoy los celulares permiten otras cosas y queremos darle la posibilidad a docentes y alumnos de que utilicen cualquier dispositivo tecnol¨®gico siempre que est¨¦ incluido en el proyecto educativo institucional de cada escuela", dijo Finocchiaro. "Hoy tenemos una escuela del siglo XIX con docentes del siglo XX y alumnos del siglo XXI, donde hay un docente activo que emite conocimiento y un alumno pasivo que lo recibe. Tenemos que llevar todo al siglo XXI", destac¨®.

La extitular de la cartera educativa bonaerense, Adriana Puiggr¨®s, sostiene que antes de dar ese paso el 100% de las escuelas tendr¨ªan que estar conectadas, los maestros capacitados y existir garant¨ªas para evitar que se convierta en un elemento discriminador. "Es como hacer las cosas al rev¨¦s", dice a EL PA?S Puiggr¨®s. Esta pedagoga considera esencial asegurarse de que "la ense?anza y el aprendizaje no quedan en un lugar secundario" y que las escuelas no se convierten en "un lugar para navegar sin rumbo", motivo por el que diez a?os atr¨¢s firm¨® la resoluci¨®n para prohibir su uso durante las clases.

"Existe el riesgo de que la tecnolog¨ªa termine siendo un elemento de discriminaci¨®n en el aula: no todos los nenes tienen el mismo celular o un celular inteligente", coincide el secretario general del mayor sindicato docente de Buenos Aires, Roberto Baradel. A su juicio, "el Estado debe intervenir para igualar" y piensa que en ese sentido "era un buen programa" Conectar Igualdad, impulsado por el kirchnerismo para entregar a cada alumno una computadora port¨¢til.

La discusi¨®n sobre celulares s¨ª y celulares no lleva m¨¢s de una d¨¦cada sobre la mesa y la nueva resoluci¨®n parece por ahora insuficiente para terminarla.