Mariano Barbacid, bioqu¨ªmico: ¡°En Espa?a no se habla de ciencia; es algo que no importa. Y, si no importa, ?para qu¨¦ vas a invertir en ello?¡±
El cient¨ªfico espa?ol, cuyo trabajo sobre el c¨¢ncer se repasa en el documental ¡®El camino inverso¡¯, reivindica m¨¢s apoyos para la investigaci¨®n y una mayor conciencia social
Desde su peque?o despacho en el Centro Nacional de Investigaciones Oncol¨®gicas (CNIO) en Madrid, el doctor Mariano Barbacid (Madrid, 73 a?os) admite con jovialidad estar entrando ¡°en su cuarto ciclo¡± de 24 a?os. En el primero, se licenci¨® (y doctor¨®) en la Universidad Complutense y fue el colaborador cient¨ªfico m¨¢s joven del CSIC, con 24 a?os. En 1974 emigr¨® a Estados Unidos, donde comenz¨® como becario y lleg¨® a dirigir el departamento de Oncolog¨ªa del Instituto nacional de C¨¢ncer, en Maryland. Y a los 48 regres¨® a Espa?a para ponerse a cargo del CNIO, al que reconoce que solo le falt¨® ¡°poner los ladrillos¡±.
En 1982, el equipo de Barbacid aisl¨® el primer oncogen humano e identific¨® la primera mutaci¨®n responsable del desarrollo de un c¨¢ncer en humanos, descubrimientos fundamentales a la hora de establecer las bases moleculares de esta patolog¨ªa. El camino inverso, un documental producido por Mediapro a iniciativa de la Fundaci¨®n Hermanos ?lvarez Quir¨®s, repasa la carrera del cient¨ªfico espa?ol, adem¨¢s de otros aspectos como la falta de financiaci¨®n o los peligros de la pseudociencia.
Pregunta. En El camino inverso sostiene que el c¨¢ncer y sus mutaciones son algo intr¨ªnseco a la vida. ?Significa eso que nunca podremos decir adi¨®s al c¨¢ncer?
Respuesta. Al c¨¢ncer no. A lo que podremos, y ya se puede, decir adi¨®s es a morirse de c¨¢ncer, que no es lo mismo. El c¨¢ncer es un accidente y no podemos evitar las mutaciones que lo provocan; lo que s¨ª podemos hacer es evitar que el c¨¢ncer se desarrolle, por ejemplo, no fumando. Y en el caso del c¨¢ncer de p¨¢ncreas, detectarlo lo antes posible, porque si se encuentra tarde es pr¨¢cticamente mortal.
Lo primero es evitar los riesgos: las inflamaciones cr¨®nicas, las quemaduras por el sol, fumar... Yo no he fumado nunca y mis probabilidades de tener un c¨¢ncer de pulm¨®n son menores que las de otros, pero eso no me pone a salvo. Segundo, la detecci¨®n temprana. Y tercero, cuando el c¨¢ncer ya ha florecido, es la terapia. Evidentemente, cuanto antes lo detectes, menos probabilidades hay de que metastatice y m¨¢s f¨¢cil es de curar... Un c¨¢ncer localizado, te lo extirpan con cirug¨ªa; el problema es que la mayor parte de los c¨¢nceres no avisan hasta que no se han diseminado.
P. El primer caso documentado de un c¨¢ncer provocado por un agente externo fue, como usted recuerda en el documental, el de los deshollinadores de Londres. Ellos desarrollaron c¨¢ncer de escroto porque sol¨ªan hacer sus necesidades sin lavarse las manos, y el holl¨ªn ten¨ªa agentes carcin¨®genos. Los factores externos, como el de la higiene, pueden controlarse, pero ?qu¨¦ ocurre con los internos? Si el c¨¢ncer no da s¨ªntomas con anterioridad, ?c¨®mo protegerse?
R. Puedes tomar algunas medidas preventivas. Yo llevo ya varios a?os haci¨¦ndome una colonoscopia, pero claro, esto solo vale para el c¨¢ncer de colon. Por eso es tan importante la detecci¨®n temprana, porque hay muchos c¨¢nceres que no avisan, como precisamente el de p¨¢ncreas: cuando te da una se?al ya es demasiado tarde, porque tiene una supervivencia de solo el 5 % a cinco a?os. Hoy en d¨ªa se est¨¢ llegando casi a un 70 % de personas que se curan del c¨¢ncer, pero depende mucho del tipo de que se trate.
Y luego, aunque te hagas revisiones, tambi¨¦n depende del tama?o del tumor: si tienes un c¨¢ncer de pulm¨®n de cinco cent¨ªmetros, se ve; pero si es de uno, no... Sin caer en ser hipocondr¨ªaco, se trata de estar un poquito atento, sobre todo a partir de los 65: en el caso del c¨¢ncer de mama, tocarse el pecho y ver si tienes alg¨²n bulto; en la piel, ver si tienes alguna mancha oscura que crezca anormalmente... Estas peque?as cositas pueden salvarte la vida.
P. Se habla de c¨¢ncer, pero en realidad, son muchos c¨¢nceres diferentes.
R. Efectivamente. Hablamos del ¡°c¨¢ncer¡±, en singular, y eso es un problema ling¨¹¨ªstico que tenemos, porque un sarcoma y una leucemia, por ejemplo, no se parecen en nada. Son enfermedades distintas y las ponemos en el mismo saco. Si alguien me dice: ¡°Me han diagnosticado c¨¢ncer¡±, eso no me dice nada. ?De qu¨¦? Si es de pr¨®stata, entonces tendr¨¢s un 95 % de probabilidades de morirte con el c¨¢ncer, pero no de ese c¨¢ncer; morir¨¢s de otra cosa. Pero si es de p¨¢ncreas...
P. ?C¨®mo fueron los inicios en el CNIO, all¨¢ por 1998?
R. En Espa?a est¨¢bamos completamente aislados. S¨ª, est¨¢bamos en Madrid, pero pod¨ªamos haber estado en medio del desierto de Gobi, porque aqu¨ª, aparte de la universidad, no hab¨ªa mucha ciencia. Pero para el d¨ªa a d¨ªa necesit¨¢bamos tener las t¨¦cnicas m¨¢s fundamentales de Biolog¨ªa molecular, desde un animalario y la posibilidad de generar ratones gen¨¦ticamente modificados, a prote¨®mica, gen¨®mica, microscop¨ªa confocal... Toda una serie de t¨¦cnicas que es necesario tener a mano. No era cuesti¨®n de irse a la Universidad Aut¨®noma a que te hicieran algo.
P. ?En qu¨¦ investiga hoy el doctor Barbacid?
R. Nosotros trabajamos en dos tumores causados por el oncogen [gen implicado en el desarrollo tumoral] que descubrimos en 1982, K-RAS, que es responsable de la mutaci¨®n inicial en el 25 % de los tumores de pulm¨®n y el 95 % de los de p¨¢ncreas. O sea que trabajo no nos va a faltar. Lo que hacemos es utilizar modelos animales: a partir de mediados / finales de los 90, se pusieron en marcha las c¨¦lulas totipotenciales embrionarias de rat¨®n, con las cuales puedes modificar el genoma del rat¨®n, obteniendo un animal al que entonces le puedes meter las mismas mutaciones responsables del c¨¢ncer de p¨¢ncreas o de pulm¨®n en humanos, incluido el oncogen K-RAS.
No es algo que inventamos nosotros, pero s¨ª fuimos de los primeros en ponerlo en marcha. Al introducir la mutaci¨®n exacta en el genoma del rat¨®n, el proceso es mucho m¨¢s natural, porque es el gen del rat¨®n, no uno ex¨®geno.
P. ?Hasta qu¨¦ punto son extrapolables los resultados con ratones de laboratorio?
R. Hay dos grandes diferencias: el tumor de ratones es mucho m¨¢s peque?o, con lo que el que mata al rat¨®n no nos har¨ªa nada a ti o a m¨ª; y el tiempo: en el c¨¢ncer de pulm¨®n, por ejemplo, desde que se empieza a fumar hasta que aparece el c¨¢ncer pasan, de media, 30 a?os. A nosotros, los tumores nos tardan en salir unos seis meses, mientras que, en el caso del rat¨®n, por rapidez y por tama?o, se trata de tumores mucho menos complejos.
Si nosotros curamos un c¨¢ncer de pulm¨®n o de p¨¢ncreas en un rat¨®n, no somos lo suficientemente ingenuos como para pensar que con lo mismo vamos a curar un c¨¢ncer humano. Pero, como el mecanismo de formaci¨®n del tumor es el mismo, s¨ª esperamos que tenga una incidencia, aunque todav¨ªa no hemos llegado a ning¨²n tratamiento en humanos con K-RAS. Pero es que lo descubrimos en 1982 y el primer f¨¢rmaco no se aprob¨® hasta 2021, casi 40 a?os despu¨¦s.
P. Usted afirma que, en Espa?a, no hay una tradici¨®n de descubrimientos o de aportaciones cient¨ªficas como las hay en Estados Unidos, Reino Unido, Alemania o Francia. ?Por qu¨¦ es as¨ª?
R. Yo creo que, por un lado, la poblaci¨®n espa?ola vive de espaldas a la ciencia; valora mucho a los cient¨ªficos, pero luego no se ocupa de ellos. Y los pol¨ªticos no la valoran. Es decir, en Espa?a no se habla de ciencia; es algo que no importa. Y, si no importa, ?para qu¨¦ vas a invertir en ello? No conozco a ning¨²n pol¨ªtico que diga: ¡°Vamos a potenciar la ciencia, porque los pa¨ªses que la han potenciado son los que ahora son m¨¢s ricos¡±. Y hablo en general, no solo de investigaci¨®n sobre c¨¢ncer.
En Espa?a lo que tenemos es cortoplacismo, porque resulta mucho m¨¢s barato pagar una patente, una licencia, que no descubrir un f¨¢rmaco, y adem¨¢s lo tienes al d¨ªa siguiente. Sin embargo, en Estados Unidos la riqueza que generan la industria farmac¨¦utica y la biotecnol¨®gica es tremenda. En Espa?a no se genera pr¨¢cticamente nada, porque no hay cultura de inversi¨®n inicial.
P. ?Cu¨¢l es el problema de la financiaci¨®n de la investigaci¨®n cient¨ªfica en Espa?a?
R. En este momento, tenemos menos apoyo financiero del Ministerio para proyectos del que ten¨ªamos en 2008. Espa?a ha sido el pa¨ªs que m¨¢s ha reducido su inversi¨®n en ciencia y tecnolog¨ªa durante los a?os de la crisis, mientras que otros pa¨ªses, a pesar de ver reducido su PIB, la han aumentado. En Estados Unidos, por ejemplo, el Instituto Nacional del C¨¢ncer lo dobl¨® aument¨¢ndolo poco a poco durante 15 a?os, y aqu¨ª lo hemos reducido a la mitad.
Aqu¨ª dijeron que lo iban a doblar (hoy, la financiaci¨®n p¨²blica est¨¢ en el 0,6 % del PIB, y se han comprometido a incrementarlo hasta el 1,25 % en 2030), pero hay que separar la ciencia del dinero que se mete en digitalizaci¨®n, que s¨ª, es muy importante, pero no es ciencia. Eso s¨ª, a m¨ª me subieron el a?o pasado un 9 %.
P. En otros pa¨ªses, adem¨¢s, la inversi¨®n privada en ciencia es mucho mayor. ?Qu¨¦ ocurre en Espa?a?
R. Que no hay dinero; somos un pa¨ªs pobre. En Estados Unidos, te puedes encontrar con que fulanito ha donado 100 millones a Harvard. Pero ?qui¨¦n en Espa?a tiene 100 millones, aparte del se?or Amancio Ortega? Y encima, cuando dedica 300 millones a la sanidad p¨²blica, llegan y le ponen verde. Pero es que en Espa?a hay muy poca gente que pueda donar... La Caixa dona al a?o casi 600 millones de euros, aunque de eso poco va a la ciencia. Pero cada uno, claro, dona en lo que quiere.
Yo no me puedo quejar: todo lo contrario, porque la Fundaci¨®n CRIS contra el c¨¢ncer nos est¨¢ financiando, y muy bien, la investigaci¨®n en c¨¢ncer de p¨¢ncreas. Pero la cosa es muy puntual, y de eso no se puede vivir.
P. ?Qu¨¦ supuso en su carrera cient¨ªfica el tiempo pasado en Estados Unidos?
R. ?Todo! La cuesti¨®n era en qu¨¦ trabajar. Entonces todo era un trabajo molecular, pero con oncogenes que estaban en los virus. Los onc¨®logos no ten¨ªan ni idea de qu¨¦ causaba el c¨¢ncer. Yo tuve la suerte de que la primera conferencia que o¨ª en Estados Unidos, en la primavera de 1975, fue precisamente a un investigador franc¨¦s, un postdoctoral que ven¨ªa del laboratorio de Mike Bishop y Harold Varmus. Ellos descubrieron que esos oncogenes no eran realmente genes del virus, sino genes (del pollo, concretamente) que hab¨ªan sido rescatados por el virus y que, en ese proceso, hab¨ªan mutado y se hab¨ªan convertido en oncogenes. Y yo entonces me pregunt¨¦: ?es posible que el c¨¢ncer humano se deba a esos mismos oncogenes, sin necesidad de que participe un virus, sino por mutaci¨®n espont¨¢nea?
Eso se me qued¨® grabado en el cerebro, pero no sab¨ªa c¨®mo hacerlo. Y ah¨ª tuve la suerte de poder irme a aprender con ?ngel Pellicer, que estaba trabajando de postdoctoral en la Universidad de Columbia, en Nueva York. Y vi que, efectivamente, las c¨¦lulas humanas ten¨ªan estos genes, que hab¨ªa que clonar y luego aislar. Y de ah¨ª salieron los genes RAS, los primeros oncogenes humanos, que publicamos en 1982; y, a partir de ah¨ª, estudiamos c¨®mo funcionan.
P. En El camino inverso hablas tambi¨¦n de dos referentes femeninos importantes: Margarita Salas, que fue tu profesora, y tu profesora de tercero de Bachiller, que despert¨® en ti la vocaci¨®n y la curiosidad. ?Sigue habiendo una brecha de g¨¦nero en la investigaci¨®n?
R. S¨ª, para m¨ª Margarita fue un referente, aunque no me cogiera como becario doctoral (se r¨ªe), siempre se lo recordaba. Y luego, la profesora Carmen Michelena, que me dio clase en tercero y me inculc¨® el gusanillo de la ciencia. Pero, quitando estos temas anecd¨®ticos, para m¨ª, el hombre y la mujer son exactamente iguales dentro de un laboratorio. F¨ªjate que ahora, por ejemplo, en mi laboratorio solo hay un hombre, el resto son mujeres. Yo he tenido grandes colaboradores y colaboradoras.
Lo que sucede es que, aunque haya m¨¢s mujeres, no est¨¢n en puestos directivos como jefes de laboratorio. Aqu¨ª tenemos a Mar¨ªa Blasco, una mujer directora del centro, pero dos tercios de los jefes de grupo siguen siendo hombres. Lo que hay que hacer es no discriminar y ser conscientes de que hay que potenciar el papel de la mujer. Pero no por ser mujer, sino por su conocimiento.
P. ?En qu¨¦ tratamientos est¨¢ el futuro de la lucha contra el c¨¢ncer?
R. El futuro est¨¢ en la inmunoterapia, en las terapias dirigidas y en las c¨¦lulas CAR T, que por ahora solo son en tumores hematopoy¨¦ticos. Y las terapias dirigidas son ¨²nicamente para aquellos c¨¢nceres donde se conoce la mutaci¨®n y hay un f¨¢rmaco para ella. Pero, hoy por hoy, probablemente la quimio se use m¨¢s que las otras terapias juntas, porque hay much¨ªsimos tumores y much¨ªsimas mutaciones para las cuales no hay f¨¢rmacos.
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