?Y si en la tumba de Cristo encontrasen su cuerpo?
Pablo de Tarso, el ap¨®stol postizo, que no conoci¨® personalmente a Jes¨²s, afirmaba: ¡°Si Cristo no resucit¨®, vana es nuestra esperanza¡±
La noticia de que un grupo de cient¨ªficos del National Geographic est¨¦n abriendo de nuevo el supuesto Santo Sepulcro de Jesucristo despu¨¦s de casi quinientos a?os ha puesto en alarma a numerosos cristianos. Temen que los cient¨ªficos puedan revelar alg¨²n misterio, como el de encontrar los restos del cad¨¢ver del Nazareno.
?Qu¨¦ ocurrir¨ªa si as¨ª fuera? En primer lugar, ser¨ªa imposible demostrar que se trata de la verdadera tumba de Cristo crucificado. El temor, sin embargo, de encontrar el cad¨¢ver de Jes¨²s ha existido siempre. ?Se tambalear¨ªa, en dicho caso, la fe de los seguidores del cristianismo, la mayor religi¨®n monote¨ªsta del mundo con m¨¢s de dos mil a?os de historia?
Pablo de Tarso, el ap¨®stol postizo, que no conoci¨® personalmente a Jes¨²s, afirmaba: ¡°Si Cristo no resucit¨®, vana es nuestra esperanza¡±. Pablo fue un jud¨ªo que persigui¨® a los primeros cristianos de casa en casa. Convertido al cristianismo, es hoy considerado el fundador de la actual Iglesia. Pablo cre¨® la jerarqu¨ªa Eclesi¨¢stica, formada exclusivamente por varones, y releg¨® a segundo plano a las mujeres que hab¨ªan sido las mayores protagonistas del cristianismo del primer siglo. La Iglesia oficial y ortodoxa del Vaticano sigue defendiendo la resurrecci¨®n de Jes¨²s en ¡°cuerpo y alma¡±. No habr¨ªa pues posibilidad de hallar su cuerpo, que habr¨ªa ascendido a los cielos apareci¨¦ndosele a los ap¨®stoles atemorizados despu¨¦s de su atroz muerte de cruz.
Sin embargo, para los te¨®logos modernos, la resurrecci¨®n habr¨ªa sido m¨¢s bien simb¨®lica. Lo que hoy defienden, por ejemplo los perseguidos te¨®logos de la Liberaci¨®n, a los que acaba de recuperar el papa Francisco de sus antiguas condenas por parte del Vaticano, es que la resurrecci¨®n de Jes¨²s simboliza que la vida no acaba con la muerte. Muere la carne, pero sigue vivo el esp¨ªritu. As¨ª, Jes¨²s seguir¨ªa vivo y entre los suyos a pesar de haber muerto como todos nosotros. ¡°All¨ª donde os reun¨¢is en mi nombre, yo estar¨¦ con vosotros¡±, les dijo a los ap¨®stoles antes de morir. La muerte nunca es definitiva para los cristianos y ello poco o nada tiene que ver con la muerte f¨ªsica.
Los expertos dicen que los cuatro evangelios fueron escritos para narrar sobre todo la muerte y crucifixi¨®n de Jes¨²s. Los cuatro autores de los evangelios narran con pormenores los ¨²ltimos d¨ªas y horas del final de su vida. Curiosamente, se trata de una narraci¨®n donde encontramos las mayores contradicciones entre los cuatro evangelistas, por lo que resulta dif¨ªcil, si no imposible, conocer la verdad completa de los hechos.
Es cierto que los cuatro concuerdan en que la Magdalena y las otras mujeres que estuvieron a los pies de la cruz vieron a Jes¨²s resucitado, y as¨ª lo comunicaron a los ap¨®stoles que, muertos de miedo, hab¨ªan desaparecido.
Los evangelios fueron, sin embargo, escritos casi cien a?os despu¨¦s de la muerte de Cristo, y lo que aconteci¨® en aquel s¨¢bado de pasi¨®n pas¨® por muchas versiones, como lo revelan las muchas diferencias entre los cuatro evangelistas. Para entonces, Jes¨²s ya hab¨ªa sido glorificado, y la leyenda de su resurrecci¨®n f¨ªsica hab¨ªa tomado cuerpo. Hoy la nueva teolog¨ªa es m¨¢s prudente y prefiere defender la tesis de la resurrecci¨®n simb¨®lica.
Si es as¨ª, los cristianos no tienen por qu¨¦ temer si en los trabajos arqueol¨®gicos que se est¨¦n realizando en su posible tumba encontrasen los restos mortales del que, por cierto, nunca se llam¨® Dios sino simplemente ¡°Hijo del hombre¡±, una expresi¨®n aramea que significa hombre a secas. Uno como nosotros. Un jud¨ªo que provoc¨® a la religi¨®n de Mois¨¦s al defender que todos somos hijos del mismo Dios Padre, tanto los jud¨ªos como los gentiles. Una osad¨ªa que pag¨® con la muerte de cruz, usada por los romanos para castigar a los rebeldes pol¨ªticos.
* Juan Arias, es autor de Jes¨²s, ese gran desconocido y La Biblia y sus secretos, publicados en Brasil por la editorial Objetiva.
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