Un Duarte por la impunidad
La corrupci¨®n descarada se ha vuelto el requisito m¨ªnimo para quien aspira a gobernar Veracruz
El fil¨®sofo franc¨¦s Jean Baudrillard acu?¨® el concepto hiperrealidad para referirse a aquello que -como la pornograf¨ªa- es m¨¢s real que lo real. En sentido contrario, la cultura pol¨ªtica mexicana se ha especializado en el desarrollo de un concepto opuesto: la hipervirtualidad; aquello que es ¡°m¨¢s irreal que lo irreal.¡±
Lo simb¨®lico juega un papel importante en el mundo del poder, pero su fuerza se corroe cuando deja de aludir a lo concreto. Al sobrecargar de s¨ªmbolos el terreno de lo pol¨ªtico, la realidad queda relegada a un segundo plano. Esa es la gran tragedia del juego de la pol¨ªtica mexicana; su objetivo no es dar valor o sentido a las cosas sino sustraerselo poco a poco hasta que ¨¦stas queden reducidas a espejismos sin contenido. ?Qu¨¦ significa cuando un pol¨ªtico mexicano habla de cambio, de justicia o de renovaci¨®n? Nada; el concepto no refiere a un fen¨®meno concreto sino a alguna entonaci¨®n pol¨ªtica anterior. En M¨¦xico hasta lo simb¨®lico ha sido convertido en una farsa porque su universo es endog¨¢mico y autorreferencial.
El concepto de hipervirtualidad funciona bien para explicar el caso del gobernador con licencia Javier Duarte. El saqueo de Veracruz lleva sucediendo varios sexenios, pero hasta ahora parece merecer atenci¨®n de los pol¨ªticos. ?Por qu¨¦? Porque en ¨¦pocas en las que se necesita legitimidad y no se quiere sacrificar nada en el campo de la realidad, la mejor manera de perpetuar la corrupci¨®n es destruyendo un s¨ªmbolo de ella. En ese sentido, enjuiciar a Duarte no significa acabar con la impunidad sino garantizar que este pueda seguir existiendo.
La corrupci¨®n descarada se ha vuelto el requisito m¨ªnimo para quien aspira a gobernar Veracruz. Dentro de ese contexto, la s¨²bita indignaci¨®n del priismo con el gobernador Duarte es tan absurda como lo es c¨ªnica. El PRI eligi¨® a Javier Duarte para gobernar justamente por las caracter¨ªsticas por las que ahora lo condena. Cuando el poder vive de la corrupci¨®n, garantizar la impunidad se vuelva prioridad de la agenda pol¨ªtica. La llegada de Duarte al poder en Veracruz fue un arreglo estrat¨¦gico para proteger a Fidel Herrera; quien a su vez asumi¨® el cargo para proteger a sus antecesores. Su ca¨ªda sigue la misma l¨®gica: proteger los cotos de impunidad.
Hipervirtualidad: sila farsa de la democracia veracruzana no era suficientemente irreal, ahora se le agrega la farsa de la justicia. Una doble capa de simulaci¨®n cuyo resultado es la construcci¨®n de un metalenguaje sin referencias terrenales. El empleo de conceptos, palabras y acciones es tan fantasmal y la mentira tan evidente que se vuelve una parodia. Si todos saben de la farsa ?puede ¨¦sta a¨²n llamarse as¨ª? El caso de Duarte se a?ade a una larga lista -La Quina, Granier, Elba Esther- de pol¨ªticos que han sido utilizados como chivos expiatorios en la b¨²squeda de legitimidad. El discurso sigue construy¨¦ndose sobre un ¨¦ter pol¨ªtico irrelevante, pero a n¨ªvel de piso nada se transforma. Los pol¨ªticos mexicanos usan ¡°la justicia¡± y ¡°la democracia¡± como adornos que enarbolan a sus conceptos opuestos; s¨ªmbolos en un mundo que exige realidades.
El problema de fondo en M¨¦xico es la ausencia de un estado de derecho, y en ese marco, el uso discrecional de la justicia, es, -aunque sirva para acabar con un corrupto- un s¨ªntoma del problema y no una soluci¨®n. ?Cu¨¢ntos otros gobernadores no tendr¨ªan que enfrentar a la justicia en M¨¦xico? El hecho de que uno de ellos la enfrente, permite a los dem¨¢s no tener que hacerlo. Ante la crisis de soluciones, el gobierno ha apostado a la cosm¨¦tica; su l¨®gica no es irracional, despu¨¦s de todo, fue ¨¦sta la que lo llev¨® al poder. Pero en el fondo, todos observan el teatro sabiendo que el proceso legal que el gobierno mexicano ha emprendido contra Javier Duarte es una coartada. Un acto de hipervirtualidad que les permite evitar la oprobiosa necesidad de cambiar la realidad.
Construida bajo la consigna de que las formas valen m¨¢s que el fondo, la pol¨ªtica mexicana se edifica como una acumulaci¨®n incesante de s¨ªmbolos, gestos y vaguedades: s¨®lo importa aquello que pueda expresarse bajo sus propios c¨®digos. Javier Duarte est¨¢ siendo buscado por la misma ¡°justicia¡± que ha sido laxa para dejarlo escapar. Javier Duarte es buscado por la misma ¡°justicia¡± que le permiti¨® a ¨¦l y a tantos pol¨ªticos m¨¢s llegar al poder y mantener impunidad. En el campo de la filosof¨ªa pol¨ªtica se inaugura un nuevo concepto: hipervirtualidad. En el campo de la realidad; en M¨¦xico todo permanece exactamente igual.
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