Los Smith que auparon al nuevo presidente
En los barrios de clase media de Dayton (Ohio) hay miedo, decepci¨®n y fe en el cambio. Es la Am¨¦rica que dio el triunfo al empresario
Cada vez que Donald Trump proclamaba ¡°Hagamos Am¨¦rica grande de nuevo¡±, muchos progresistas se burlaban pregunt¨¢ndose cu¨¢ndo hab¨ªa Estados Unidos dejado de ser grande. Pero en Centerville, un suburbio de Dayton (Ohio), Erin Smith s¨ª sabe ponerle una fecha de caducidad a esos buenos tiempos. Sucedi¨® hace unos 20 a?os, cuando la industria que hizo de Ohio un Estado pr¨®spero donde sin una cualificaci¨®n especial se pod¨ªa encontrar un trabajo bien remunerado empez¨® a cerrar sus f¨¢bricas.?
El martes 8 de noviembre, Erin, blanco, de 32 a?os y sin estudios superiores, vot¨® por Trump. Otros 2,7 millones (el 52,1%) de ciudadanos votaron tambi¨¦n por ¨¦l en Ohio, que en 2012 y 2008 aup¨® al dem¨®crata Barack Obama. Es uno de los seis Estados que cambi¨® de color y dio la victoria al magnate Trump.
Smith es muy afable. No mostr¨® impaciencia el viernes cuando la periodista irrumpi¨® sin aviso en su casa, que tiene un gran cartel de Trump en el jard¨ªn bajo una bandera estadounidense a¨²n mayor, para preguntarle qu¨¦ le llev¨® a votar a Trump. No fue el ¨²nico. Todo su barrio, y muchos m¨¢s en los alrededores, muestran todav¨ªa orgullosos propaganda electoral republicana. Es dif¨ªcil ver un afiche de Hillary Clinton y Tim Kaine.
Smith, un veterano que busca trabajo tras volver a la vida civil, asegura que no odia a nadie. ¡°Creo en unas normas fronterizas m¨¢s estrictas, hay mucha gente aqu¨ª que est¨¢ usando nuestras cosas, prestaciones sociales, cupones de comida¡ Y no quiero pagar para que todos los que vengan a este pa¨ªs se beneficien de esos servicios. Si est¨¢s en este pa¨ªs ilegalmente, no tienes nada que hacer aqu¨ª y te deber¨ªas ir. Si est¨¢s legalmente, pues bien¡±.
Tambi¨¦n quiere que se frene el tr¨¢fico de drogas desde M¨¦xico y que se deje de permitir la entrada de refugiados sirios y ¡°de toda esa gente que est¨¢ intentando entrar¡± porque, ¡°con ISIS y todas esas cosas, es dif¨ªcil diferenciar qui¨¦n est¨¢ involucrado o no¡± en actividades terroristas. No ve con buenos ojos movimientos como Black Lives Matter, que ha canalizado la ira de los afroamericanos por la persistente tensi¨®n racial, y tampoco est¨¢ de acuerdo con firmar m¨¢s acuerdos comerciales internacionales. ¡°La econom¨ªa va mal ahora, ?por qu¨¦ llevarse todos los empleos a otra parte? No tiene sentido¡±, lamenta. Tambi¨¦n percibe una p¨¦rdida de valores: ¡°En los ¨²ltimos ocho a?os, el pa¨ªs ha ido cuesta abajo en valores, las cosas se han desatado, y si Hillary hubiera sido elegida, las cosas habr¨ªan seguido yendo del mismo modo¡±
La casa de Smith est¨¢ en el condado de Montgomery (medio mill¨®n de habitantes, un 73,8% blancos y casi el 80% sin estudios superiores). Son los denominados blue collar, la clase trabajadora. Como Smith. Como tantos en Ohio (donde el salario son 48.849 d¨®lares anuales frente los 53.482 de la media) y otros estados del cintur¨®n industrial del Medio Oeste. Como buena parte de los votantes de Trump. El republicano, que no gan¨® en ninguna ciudad de m¨¢s de un mill¨®n de vecinos, recibi¨® un impulso clave de los blancos sin educaci¨®n universitaria (le vot¨® el 67%, seg¨²n las encuestas a pie de urna del New York Times), aunque tambi¨¦n lo votaron el 49% de los licenciados blancos y el 42% de las mujeres. Una imagen que se refleja en Montgomery.
El 42% de las mujeres y el 49% de los licenciados blancos votaron al magnate
Aunque en este condado el desempleo es del 4,7%, por debajo incluso de la media nacional, persiste la sensaci¨®n de que todo va cuesta abajo. En la edad de oro de Ohio, desde los sesenta hasta comienzos de este siglo, la tasa de pobreza estatal era inferior a la media nacional. Hoy es algo superior a la media (15,8 % frente al 15,5%, seg¨²n datos del censo de 2014).
¡°La gente est¨¢ harta de c¨®mo se han manejado las cosas, est¨¢ cansada, quieren que se les devuelva su pa¨ªs, y Trump fue tan entusiasta¡ Esa frase, hagamos que Am¨¦rica sea grande de nuevo, me gust¨® porque queremos que las cosas vuelvan a ser buenas, como antes¡±, dice Smith.
A Steve, de 57 a?os, tambi¨¦n le gustar¨ªa volver atr¨¢s. Aunque tampoco complet¨® los estudios, nunca le falt¨® trabajo. Pero las f¨¢bricas empezaron a cerrar. ¡°Lo perdimos todo¡±, lamenta. ?l tuvo unos problemas m¨¦dicos que supusieron unas facturas que no pod¨ªa pagar. Perdi¨® hasta su casa. En 2008, vot¨® por Barack Obama. El martes, lo hizo por Trump.
En Dayton, la capital de Montgomery, Kathleen, una empleada de banca entrada en la cincuentena, hojea libros en la secci¨®n de pol¨ªtica e historia de una feria del libro de segunda mano. ¡°La clase media se ha cansado de ser la gallina de los huevos de oro¡±, coincide. ¡°Clinton es demasiado elitista, se olvid¨® de la clase media¡±. Tambi¨¦n vot¨® a Trump, a pesar de su sexismo. Al menos sacudir¨¢ las cosas en Washington, comenta. ¡°Trump no tiene miedo de provocar ampollas¡±. ¡°Necesitamos que alguien remueva la maldita olla¡±, coincide Steve.
Hac¨ªa 28 a?os que en este condado a una hora en coche de la capital de Ohio, Columbus, no ganaba un republicano. La ¨²ltima vez fue George H.W. Bush, en 1988.
Sienten que los dem¨®cratas han dejado de ocuparse de ellos?
Al polit¨®logo Paul Beck no le sorprende. Los votantes ¡°sienten que los dem¨®cratas han dejado de preocuparse por ellos, mientras que Trump se trabaj¨® bien su apoyo¡±. El neoyorquino fue dos veces a Montgomery. Clinton ni una. Adem¨¢s existe, agrega Beck, una cuesti¨®n de ¡°percepciones¡± m¨¢s que de datos objetivos o promesas pol¨ªticas realistas. ¡°A?oran tiempos pasados, hace 15 o 20 a?os, cuando las cosas les iban mejor, y est¨¢n dispuestos a votar por Trump porque creen que ¨¦l puede traer de vuelta esos tiempos¡±, explica el profesor em¨¦rito de Ciencias Pol¨ªticas de la Universidad Estatal de Ohio.
A ello se unen, ¡°considerables cambios culturales¡± en un pa¨ªs cada vez m¨¢s diverso y con novedades como el matrimonio gay. Y esto, en zonas hist¨®ricamente blancas y conservadoras como Ohio, donde el porcentaje de hispanos solo es del 3,6%, produce recelos. ¡°No quiero llamarlo un shock, pero s¨ª hay una sensaci¨®n en estas zonas rurales y peque?as ciudades de que las cosas est¨¢n cambiando a su alrededor de una manera con la que no se sienten c¨®modos¡±.
¡°Son todas esas cosas las que hacen que la gente se sienta muy insatisfecha con la situaci¨®n actual. Y las que les disponen a votar por alguien que ven como antiestablishment¡±, se?ala. Con todas las diferencias ideol¨®gicas, que son abismales, ¡°de alguna forma, dice el profesor Beck, son los votantes de Podemos en Espa?a, que no est¨¢n satisfechos con la gente que los gobierna y est¨¢n dispuestos a intentarlo con alguien distinto¡±.
Un estado menos diverso y menos educado que el resto del pa¨ªs
Ohio, seg¨²n los datos del censo, se ha convertido en un estado ¡°un poco m¨¢s blanco, un poco menos educado y m¨¢s viejo¡± que el resto del pa¨ªs. En Ohio, los blancos son el 82,7 % ciento de la poblaci¨®n (la media nacional es de 77,1%), mientras que los afroamericanos suman el 12,7% (13,3% en todo EE UU) y los hispanos solo el 3,6% (17,6%). La cifra de ciudadanos con estudios universitarios en Ohio es del 25,6%, frente al 29,3% nacional. Los ingresos medios en este estado del deprimido cintur¨®n industrial estadounidense son de 48.849 d¨®lares anuales, frente al promedio nacional de 53.482.
Estos datos sirven, al menos en parte, para explicar por qu¨¦ Ohio, que en 2008 y 2012 vot¨® dem¨®crata, ha dado ahora una victoria contundente al republicano Donald Trump, que se impuso con el 52,1 % de los votos, frente al 43,5% de Hillary Clinton. ¡°Los estados en donde hay una poblaci¨®n hispana considerable, se los llev¨® Clinton. Pero Ohio tiene una poblaci¨®n hispana muy peque?a y no fue suficiente para marcar la diferencia que hicieron en Nevada o Colorado¡±, se?ala el polit¨®logo Paul Beck. A ello se une un fen¨®meno un tanto sorprendente, admite: en Ohio, Trump se llev¨® el voto de los blancos sin educaci¨®n superior, como en el resto del pa¨ªs, pero tambi¨¦n el de los blancos con estudios superiores y el de las mujeres. Algo que podr¨ªa deberse, aventura, a que hay un sentimiento generalizado de que Trump, con sus promesas electorales, ¡°se preocupa por ellos de una forma que ya no lo hace el Partido Dem¨®crata¡±. En las encuestas a pie de urna, la cualidad m¨¢s valorada de los candidatos fue su capacidad de ¡°traer un cambio¡± (45%), por encima de la experiencia adecuada (20%) para el cargo.
Kyle Kondik, autor del libro ¡°El bar¨®metro: Por qu¨¦ Ohio elige al presidente¡±, considera ¡°bastante probable¡± que este estado que desde 1896, salvo en dos ocasiones (1944 y 1960) ha vaticinado siempre al candidato presidencial ganador, se consolide en el futuro como un estado republicano. La tendencia republicana de este 2016 fue, en todo caso, la m¨¢s pronunciada desde 1932, se?ala en un correo electr¨®nico.
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