¡°Me hab¨ªa acostumbrado a sus viajes¡±
Los familiares de las v¨ªctimas del Chapecoense comienzan a recoger los cuerpos de los fallecidos
Al aeropuerto Olaya Herrera, en Medell¨ªn, no para de llegar gente. Horas despu¨¦s de que se accident¨® el avi¨®n que transportaba a jugadores del Chapecoense, aficionados y periodistas, un pasillo de este lugar, que sirve de terminal a¨¦rea alterna en la ciudad, colg¨® un letrero que dice: Embajada. Puede ser la de Brasil o de la de Bolivia, las dos nacionalidades del siniestro. No hay distinci¨®n.
El embajador de Brasil en Colombia, Julio Ginternick Bitelli, camina de un lado a otro sin soltar su tel¨¦fono. A ¨¦l acuden para saber sobre los familiares de las v¨ªctimas, sobre la repatriaci¨®n de los cuerpos. ¡°En un primer momento, pensamos que era necesario que vinieran las familias de todos los fallecidos, pero en la medida en que avanza la identificaci¨®n de los cuerpos, creemos que no es prudente¡±, asegura. El trabajo de la Polic¨ªa Federal de su pa¨ªs (que lleg¨® en la noche del martes) y la de Colombia han permitido que hasta ahora el reconocimiento de los cad¨¢veres sea efectivo.
Los allegados de las v¨ªctimas que decidan viajar lo deber¨¢n hacer con sus propios recursos. Algunos ya vienen en camino. Se espera que en la tarde, en un vuelo comercial, lleguen las familias de varios futbolistas. Otras no tienen el dinero suficiente para el desplazamiento. Gilberto Batistello es el abogado de algunas de ellas. Habla de los jugadores del Chapecoense intentando ocultar las l¨¢grimas. No sabe espa?ol y a su lado, un joven con la camiseta del equipo, le sirve de traductor. Es un aficionado que naci¨® en Chapec¨® y que desde hace tres a?os vive en Medell¨ªn. Esta ma?ana se encontraron por casualidad, el joven es un voluntario que desde el martes quiere ayudar y que como cuenta Batistello, tampoco cre¨ªa que fuera cierto que su equipo se hubiera desaparecido en las monta?as de Antioquia.
¡°Me enter¨¦ en la madrugada, cre¨ªa que era una broma. Despu¨¦s lo confirm¨¦ con las noticias, me reun¨ª con algunas familias y tom¨¦ un avi¨®n hacia ac¨¢¡±, dice el abogado, un hombre cercano a los jugadores y habitante de Chapec¨®. Su presencia en Medell¨ªn obedece a que ser¨¢ ¨¦l quien supervise el proceso de reconocimiento y env¨ªo de los cuerpos de varios deportistas a su ciudad. ¡°Vemos que todo est¨¢ muy r¨¢pido y que con la documentaci¨®n que lleg¨® anoche, la repatriaci¨®n ser¨¢ en pocos d¨ªas¡±. ?l permanecer¨¢ en esta especie de embajada improvisada hasta que el ¨²ltimo cuerpo sea enviado a Brasil.
Medicina Legal ya ha determinado, seg¨²n las necropsias, que todos fallecieron por muerte violenta. Tres funerarias de Medell¨ªn ser¨¢n las encargadas del manejo de los cuerpos para ser enviados al pa¨ªs vecino. Despu¨¦s de 18 horas de trabajo en el cerro en donde se estrell¨® el avi¨®n, al terminar el martes los 71 cuerpos permanec¨ªan en la morgue. Seg¨²n han se?alado a este diario en las pr¨®ximas horas saldr¨ªan los primeros 20. Tres aviones de la Fuerza A¨¦rea de Brasil est¨¢n en Manaus a la espera de la indicaci¨®n para viajar a Medell¨ªn a recoger los cad¨¢veres.
La Alcald¨ªa de Medell¨ªn y Migraci¨®n han empezado a aplicar un protocolo que ser¨¢ el mismo para todas las familias, como la de Sisy Arias (29 a?os), una de las auxiliares de vuelo que muri¨® en el accidente. Sus padres, Jorge y Gloria, fueron los primeros en caminar, en medio de periodistas, traductores y psic¨®logos en el estrecho pasillo del Olaya. ?l, que es un reconocido periodista deportivo de Bolivia, pidi¨® que los mantuvieran lejos de las c¨¢maras. Despu¨¦s de visitar Medicinal Legal, en donde permanecen los 71 cuerpos de los fallecidos en el accidente, sufri¨® una alteraci¨®n en su ritmo cardiaco.
¡°Que Diosito me la guarde en su gloria mi ni?a... te amo, te am¨¦ y te amar¨¦ siempre amor... No s¨¦ qu¨¦ ser¨¢ de m¨ª sin ti¡ Sisyta mi ni?a... por siempre. Aqu¨ª no hay un adi¨®s, s¨®lo que t¨² te adelantaste un poquito", escribi¨® el periodista en Facebook, horas antes de embarcarse en un vuelo de Copa hacia Panam¨¢, con destino a Medell¨ªn, a donde lleg¨® en la noche del martes junto a su hijo y esposa. ¡°Habl¨¦ con mi hija ayer por la ma?ana, yo le aconsej¨¦ que no olvide todo lo que ha aprendido¡ al despedirnos quedamos de vernos el s¨¢bado y me qued¨¦ tranquilo porque ya estaba acostumbrado a sus viajes¡±.
Los psic¨®logos que est¨¢n en el aeropuerto dicen que este momento es uno de los m¨¢s dif¨ªciles para las familias de las v¨ªctimas. ¡°Es cuando se enfrenten a la realidad, cuando descartan cualquier posibilidad de que est¨¦n vivos. La esperanza se esfuma¡±, dice una de las especialistas que ha dispuesto la Alcald¨ªa. Que sean de otro pa¨ªs, que no hablen el mismo idioma y que tengan que acudir a un proceso legal complejo aumenta, seg¨²n Daniel Li¨¦vano, otro especialista, el trauma de la situaci¨®n.
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