La ortograf¨ªa lleva de cabeza a portugueses y brasile?os
La Academia rectificar¨¢ los pol¨¦micos cambios implantados oficialmente el pasado a?o en varios pa¨ªses lus¨®fonos
?Por qu¨¦ "color-de-rosa" se escribe con guiones y "color de naranja" no? ?Por qu¨¦ los que nacen en "Egito" son "egipcios" y no "egitos"? Portugueses, brasile?os, mozambique?os y angole?os tienen un l¨ªo con su ortograf¨ªa, sobre todo con la nueva.
Los portugueses no paran de luchar en los tribunales de justicia para que la nueva ortograf¨ªa se derogue. Lo de nueva, es un decir, pues ya ha cumplido los 26 a?os, pero la persistencia portuguesa no conoce fecha de caducidad.
La Asociaci¨®n Nacional de Profesores de Portugu¨¦s (Anproport) ha impugnado ante el Tribunal Supremo el Acuerdo Ortogr¨¢fico (AO/90) que ense?an en las escuelas p¨²blicas. Los profesores no se han dado prisa para tomar tal paso, pues van contra un acuerdo de Gobierno tomado en 2011, que tampoco se dio mucha prisa, pues ordenaba aplicar un Acuerdo Ortogr¨¢fico firmado en el anterior siglo, exactamente en 1990, y que pon¨ªa fin a la gram¨¢tica vigente desde 1945.
Hemos llegado a 2016 y, por si fuera poco el jaleo permanente sobre la forma de escribir "correctamente" (antes) o "corretamente" (ahora) o "correctamente" (ma?ana), el grupo Ciudadanos contra el AO/90 recoge firmas para que la ortograf¨ªa pase por el cedazo de un refer¨¦ndum nacional. Se necesitan 60.000. Han sumado 32.000 en cinco a?os, pero no desisten de alcanzar la cifra m¨¢gica.
La Academia recupera las consonantes mudas que? hab¨ªa suprimido en la ¨²ltima reforma
La nueva ortograf¨ªa se aplica en la ense?anza desde el curso 2011, es decir, que los chavales no tienen problema alguno; sin embargo desde mayo pasado las nuevas reglas gramaticales tambi¨¦n se aplican a las oposiciones y comunicaciones oficiales del mundo adulto. En esa novedad hasta el mism¨ªsimo presidente del pa¨ªs, Marcelo Rebelo de Sousa, cay¨® en el error, al escribir con las viejas reglas sus primeras disposiciones. Y en peri¨®dicos y revistas, a menudo hay una aclaraci¨®n a pie de p¨¢gina advirtiendo que el autor del texto escribe con la antigua graf¨ªa.
La reglas no son fruto de un botell¨®n de fin de semana, sino de una labor gigantesca entre acad¨¦micos, encabezados por Malaca Casteleiro, de los diferentes pa¨ªses lus¨®fonos para poner fin a la incongruencia de dos gram¨¢ticas oficiales para una misma lengua. Conseguido el hist¨®rico acuerdo de la unificaci¨®n ortogr¨¢fica entre Portugal y Brasil (roto desde 1911), todos los partidos pol¨ªticos la aprobaron en la Asamblea de la Rep¨²blica de Portugal, pero no por ello se acallaron las cr¨ªticas de los especialistas, a un lado y otro del Atl¨¢ntico.
Tanta pasi¨®n obedece a un acuerdo que afecta al 1,6% de las palabras portuguesas y al 0,5% de las brasile?as. Antes del Acordo, el 96% del l¨¦xico era igual en cualquier esquina lus¨®fona, ahora sube la unificaci¨®n al 98%.
Si del lado acad¨¦mico parec¨ªa ya un tema zanjado, dejando la pol¨¦mica para la calle, esta semana la Academia de las Ciencias de Lisboa la vuelve a liar anunciando una correcci¨®n a la correcci¨®n de su propia ortograf¨ªa. Va a colocar otra vez letras consonantes mudas que hab¨ªa suprimido: "correto" volver¨¢ a ser "correcto", para crispaci¨®n de los que estaban a su favor de suprimir lo que no se pronuncia, como es el caso de la Asociaci¨®n de Profesores de Portugu¨¦s (APP); no confundir con la Anproport: ¡°Es m¨¢s simple escribir conforme a lo que hablamos que dedicarnos a deletrear, principalmente despu¨¦s de haberlo abolido, es una vuelta atr¨¢s¡±, ha dicho su presidenta Maria Edviges Ferreira.
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