Dos Santos ahoga a la prensa angole?a
Una nueva ley proh¨ªbe publicar informaciones confidenciales y fotos del presidente sin su permiso
El ¨²ltimo discurso del presidente de Angola, Eduardo dos Santos, no se vio ¨ªntegro en la televisi¨®n p¨²blica del pa¨ªs. La se?al se cort¨® repentina y precisamente cuando diputados de la oposici¨®n ense?aban unas tarjetas rojas. ¡°Tenemos una ley que pr¨¢cticamente criminaliza el periodismo que va a ser sustituida por otra a¨²n m¨¢s draconiana¡±, explica Domingos da Cruz, autor de Angola amordazada, que acaba de ser presentado en Lisboa y nunca en su pa¨ªs. Hace unos meses que Da Cruz sali¨® de las c¨¢rceles de Luanda por haber escrito Herramientas para destruir al dictador y evitar una nueva dictadura.
La opini¨®n, y experiencia, de Da Cruz no es ¨²nica. La organizaci¨®n internacional Human Rights Watch ya ha advertido que la nueva ley de comunicaci¨®n social es la ¡°¨²ltima amenaza a la libertad de expresi¨®n¡±, en un pa¨ªs que ya ocupa uno de los ¨²ltimos lugares del mundo en el respeto a la libertad de prensa (el 123? entre 180, seg¨²n el anuario de Reporteros Sin Fronteras).
Si ya hab¨ªa poca libertad de expresi¨®n en Angola, a partir de ahora va a haber menos. Las nuevas leyes aprobadas en noviembre sobre comunicaci¨®n social, que sustituye a la anterior de 2006, proh¨ªbe lo que a¨²n quedaba por prohibir.
A partir de ahora, el Ministerio de Comunicaci¨®n Social supervisar¨¢ c¨®mo los medios cumplen las recomendaciones editoriales y, si no lo hacen, multar¨¢ al medio o incluso lo cerrar¨¢. Y si falla el Ministerio, la ERCA (Entidad Reguladora para la Comunicaci¨®n Social Angole?a) podr¨¢ entrar en las redacciones y confiscar materiales, al margen de lo que despu¨¦s decidan los tribunales de justicia, que r¨¢pidos no son.
Los periodistas tampoco se salvan. Un texto o una imagen que ofenda a alguien pasa a ser un delito. La difamaci¨®n y la calumnia son definidas en t¨¦rminos tan amplios que cualquiera puede apelar a su aplicaci¨®n, con multas y castigos de hasta seis meses de prisi¨®n.
El presidente Eduardo dos Santos, en el poder desde hace 37 a?os, ya advirti¨® que ¡°las redes sociales no deben ser usadas para violar los derechos de las personas, para humillarlas, calumniarlas o para divulgar contenidos degradantes o moralmente ofensivos¡±. El problema es la definici¨®n de la "calumnia", tan amplia y subjetiva que se puede aplicar a cualquier contenido.
Como Domingos da Cruz, Rafael Marques tambi¨¦n ha pisado la c¨¢rcel, en su caso por revelar muerte y tortura en los minas de diamantes (Diamantes de sangre); Armando Cichoca por escribir de un juez y Gra?a Campos por denunciar la corrupci¨®n de tres exministros. A todos se les aplic¨® la anterior ley que, al parecer, se quedaba corta. La nueva permitir¨¢ acusar de un delito de robo al periodista que difunda informaciones confidenciales. Y, ya en el rizo de la represi¨®n, atendiendo a la preocupaci¨®n de Dos Santos por la calumnia en las redes, el periodista deber¨¢ pedir permiso al presidente para publicar una foto suya en las redes sociales.
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