Muere un turista italiano al entrar por error en una favela de R¨ªo de Janeiro
Roberto Bardella y Rino Polata paseaban en moto por el tur¨ªstico barrio de Santa Teresa cuando entraron en Morro dos Prazeres y les dispararon
Un turista italiano, de 52 a?os, muri¨® baleado la ma?ana de este jueves al entrar por equivocaci¨®n en el Morro dos Prazeres, una favela del tur¨ªstico barrio de Santa Teresa, en el centro de R¨ªo de Janeiro. La v¨ªctima, Roberto Bardella, y Rino Polato, de 59 a?os, conduc¨ªan dos motocicletas cuando entraron en la comunidad, donde, en los ¨²ltimos meses, se han repetido los tiroteos entre traficantes y polic¨ªas.
Los dos italianos hab¨ªan visitado el Cristo Redentor y se dirig¨ªan a la playa siguiendo las indicaciones de una aplicaci¨®n de navegaci¨®n con GPS. Sin darse cuenta, llegaron a la favela y, despu¨¦s de 300 metros, un grupo de unos diez traficantes armados con fusiles les bloque¨® el paso. Los bandidos preguntaron sobre la c¨¢mara tipo Go-pro que Bardella llevaba en el casco e, inmediatamente despu¨¦s, dispararon. Pensaron que eran polic¨ªas, ha apuntado la investigaci¨®n. Bardella muri¨® con un tiro en la cabeza y otro en el brazo. Polato sali¨® ileso.
El relato que Polato dio a los polic¨ªas llorando describe dos horas de terror. Tras los disparos, los traficantes cargaron el cuerpo de Bardella en el maletero de un coche y le obligaron a acompa?arlos. El italiano circul¨® durante dos horas por la favela, mientras los criminales esperaban ¨®rdenes del jefe de la banda de la zona para saber qu¨¦ hacer con los turistas. Al final, los dos fueron abandonados en una calle. Todos sus objetos personales, incluida la c¨¢mara que habr¨ªa grabado todo lo ocurrido, fueron robados, seg¨²n Fabio Cardoso, el comisario de la Divisi¨®n de Homicidios de la capital fluminense.
El asesinato ocurri¨® sobre las 10 de la ma?ana y una hora despu¨¦s la polic¨ªa recibi¨® la denuncia de la desaparici¨®n de los dos turistas, seg¨²n el Comando de la Unidad de Pol¨ªcia Pacificadora, responsable por mantener la paz en el lugar. La polic¨ªa cerc¨® la regi¨®n, pacificada oficialmente desde 2011 a pesar de los tiroteos, y encontr¨® el cuerpo de Bardella, a Polato y las motos que conduc¨ªan.
Los dos amigos comenzaron, el d¨ªa 29 de noviembre en el aeropuerto de Venecia (Italia), un viaje por algunos pa¨ªses de Latinoam¨¦rica, seg¨²n Polato registr¨® en su perfil de Facebook. Juntos, visitaron Asunci¨®n, la capital de Paraguay, Buenos Aires, en Argentina, y Curitiba, ya en Brasil. El pasado d¨ªa 4, Polato se congratulaba por los 650 kil¨®metros de la "primera etapa" recorridos en moto hasta la ciudad brasile?a, en la que fue su ¨²ltima publicaci¨®n en la red social. De Curitiba, en el sur del pa¨ªs, viajaron en moto hasta R¨ªo de Janeiro.
Pacificaci¨®n frustrada
A pesar de la pacificaci¨®n de 30 favelas cariocas que, desde 2008, lleva contingentes de polic¨ªas a las comunidades m¨¢s carentes para neutralizar el dominio del tr¨¢fico de drogas, la entrada en varias favelas de R¨ªo depende de la aprobaci¨®n de sus due?os, los narcotraficantes. Este es el tercer caso conocido en poco m¨¢s de un a?o en el que alguien muri¨® tras entrar por equivocaci¨®n en alguna favela de R¨ªo.
Durante los Juegos Ol¨ªmpicos, en agosto, un coche patrulla de la Fuerza Nacional que colaboraba con la seguridad del evento se equivoc¨® en su camino y entr¨® en el complejo de favelas de Mar¨¦. El agente H¨¦lio Andrade recibi¨® un disparo en la cabeza durante el ataque y muri¨®.
En octubre del a?o pasado otro caso conmocion¨® R¨ªo, cuando un grupo de traficantes de una favela de Niter¨®i, en la regi¨®n metropolitana, dispar¨® m¨¢s de 20 tiros contra el coche de la pareja formada por Francisco y Regina Murmura. Francisco, de 69 a?os, sobrevivi¨®, pero Regina, de 70 a?os, falleci¨®. Francisco lleg¨® a salir del coche e implor¨® al grupo de unos 20 hombres armados que le dejaran irse para salvar a su mujer. Recibi¨® como respuesta un culatazo en la cabeza, retiraron una motocicleta que bloqueaba su camino y dieron otra r¨¢faga de tiros como despedida. "Pensaron que era polic¨ªa", dijo el viudo en el velatorio de su esposa.
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