L¨ªderes prorrusos compiten por la presidencia de un territorio secesionista de Moldavia

Seis candidatos prorusos han competido en las elecciones presidenciales celebradas el domingo en el Transdni¨¦ster, el territorio encajado entre Ucrania y el r¨ªo Dni¨¦ster, que es uno de los espacios conflictivos legados por la URSS al desintegrarse en 1991. Veinticinco a?os despu¨¦s de aquella fecha, aquel Estado inexistente sigue vivo en Tir¨¢spol, la capital del territorio autoproclamado independiente, y se expresa en atributos como la hoz y el martillo y las estatuas de Lenin, que se exhiben con orgullo en los espacios p¨²blicos.

Todos los candidatos (seis en total) se han desvivido por obtener el apoyo de las instituciones rusas m¨¢s prestigiosas y sobre todo del presidente Vlad¨ªmir Putin y del partido gubernamental Rusia Unida. Oficialmente, Mosc¨² no tiene favoritos y apoyar¨¢ a quien salga vencedor de los comicios. En la pr¨¢ctica, Rusia quiere que las rivalidades entre los candidatos no se traduzcan en enfrentamientos, eventualmente peligrosos, que amenacen la estabilidad de la zona, en la que se plasman simb¨®licamente tensiones geopol¨ªticas globales en la nueva Guerra Fr¨ªa Este-Oeste.?

Desde 2014, el deterioro de las relaciones entre Ucrania y Rusia ha multiplicado las dificultades de la regi¨®n, cuya poblaci¨®n de menos de medio mill¨®n de personas se ve diezmada por la emigraci¨®n. La pol¨ªtica promoscovita del Transdni¨¦ster se ve limitada por la falta de fronteras comunes con Rusia y las restricciones impuestas por Kiev a los desplazamientos de ciudadanos y veh¨ªculos rusos a trav¨¦s de su territorio.

De poblaci¨®n mayoritariamente eslava (rusos y ucranianos), el Transdni¨¦ster se escindi¨® de Moldavia y reivindic¨® su car¨¢cter sovi¨¦tico como respuesta al rumbo prorrumano de las ¨¦lites moldavas durante la Perestroika emprendida por Mija¨ªl Gorbachov en 1985. En 1992 el territorio fue escenario de una breve guerra, cuando Moldavia quiso en vano someterlo, lo cual fue impedido por tropas rusas. Desde entonces, la regi¨®n se mantiene en un estado de ¡°conflicto enquistado¡±, que es objeto de negociaciones en el llamado grupo 5+2 (Rusia y Ucrania y la OSCE como garantes; la UE y EE UU como observadores; y Moldavia y Transdni¨¦ster como partes del contencioso). Rusia mantiene en el Transdni¨¦ster pacificadores y un contingente militar que vigila unos viejos polvorines de la Segunda Guerra Mundial.

El primer presidente del Transdni¨¦ster, Igor Smirnov, un en¨¦rgico director de f¨¢brica, permaneci¨® m¨¢s de 20 a?os al frente del territorio y perdi¨® su puesto en los comicios de 2011, cuyo vencedor fue Yevgueni Shevchuk, exjefe del Parlamento local. Con Shevchuk, los habitantes del Transdni¨¦ster vinculaban sus esperanzas de mejorar sus condiciones de vida y de impulsar la industria local; producci¨®n metal¨²rgica, textil y de vinos y licores. Pero sus esperanzas se han visto frustradas por un conjunto de factores, entre ellos los condicionantes del entorno, el afianzamiento de pr¨¢cticas opacas en la gesti¨®n interna y menos disponibilidad de recursos de Rusia, el principal benefactor.

Ucrania se ha vuelto m¨¢s rigurosa con el Transdni¨¦ster debido a su alianza con Rusia y por las vinculaciones de oriundos de esta regi¨®n con los insurgentes de Donetsk y con otras protestas contra Kiev. El resultado fueron severas restricciones en el tr¨¢nsito de personas y mercanc¨ªas entre Rusia y el Transdni¨¦ster por territorio de Ucrania. Entre otras cosas, Mosc¨² tiene dificultades para realizar la rotaci¨®n de sus soldados y equipos en el Transdni¨¦ster y, para mantener sus efectivos, tiene que recurrir al contingente de 200.000 habitantes de la regi¨®n a los que reparti¨® pasaporte ruso.

Por la presidencia compiten seis candidatos, siendo los favoritos el presidente actual Yevgueni Shevchuk, y Vadim Krasnoselski, un antiguo ministro del Interior, al que apoya el grupo Sherif, la mayor empresa del Transdni¨¦ster, con la que Shevchuk se enfrent¨®.

El negocio del gas

Los detractores de Shevchuk lo acusan de haber hecho m¨¢s opaca la econom¨ªa de la regi¨®n, que depende de la ayuda rusa y de sus suministros de gas que equivalen de hecho a una subvenci¨®n. El Transdni¨¦ster no paga a Rusia por este combustible, que utiliza para producir electricidad la cual, a su vez, se vende a Moldavia. En los ¨²ltimos a?os las ventas se han incrementado (para compensar por la electricidad que Ucrania, confrontada con sus propias dificultades energ¨¦ticas, ha dejado de exportar a Moldavia). Las ventas se han complicado adem¨¢s con la aparici¨®n de misteriosos intermediarios basados en para¨ªsos fiscales. Krasnoselski ha dicho que, de ser elegido presidente, lo primero que har¨¢ es eliminar los secretos.

El primer presidente del Transdni¨¦ster, Igor Smirnov, ha reaparecido en p¨²blico para hacer campa?a a favor de Krasnoselski y sus conciudadanos, que hace cinco a?os estaban hartos de su viejo l¨ªder, lo han acogido ahora con v¨ªtores y aplausos. ¡°Despu¨¦s de comparar con Kravchuk, han aprendido a apreciar a Smirnov¡± dice un partidario de Krasnoselski. ¡°El viejo equipo de Smirnov y Sherif intenta la revancha¡±, afirma Shevchuk. A juzgar por las encuestas a pie de urna difundidas al cerrarse los comicios, cerca de un 70% del electorado hab¨ªa votado por Krasnoselski.