Lo siento, Su Santidad (Despacho papal, Vaticano)
Es como si Colombia se hubiera estado portando desde el principio, desde 1819 m¨¢s o menos
Es una foto que naci¨® meme. Es una foto del pasado viernes que no s¨®lo pone todo en su lugar, sino que de paso es su propia parodia. El papa Francisco ha llamado a su austero despacho con bordes de oro a los dos l¨ªderes colombianos que han estado peleando por la paz: el redimido presidente Santos y el extraviado expresidente Uribe. Y ellos miran a alias Su Santidad, que algo de sentido com¨²n le ha tra¨ªdo a la Iglesia, como un par de ni?os carialegres e iluminados a punto de darse la mano. Y es como si estuviera llam¨¢ndolos al orden un adulto, un rector: ¡°dense la mano¡¡±. Y es como si Colombia se hubiera estado portando desde el principio ¨C1819 m¨¢s o menos¨C como una sociedad hechiza de ni?os hu¨¦rfanos e ileg¨ªtimos que hace lo que hace esta especie cuando nadie la vigila. Y es como si todo pudiera arreglarse.
Sucedi¨® de jueves a viernes. El presidente Santos andaba en su gira europea despu¨¦s de ganarse bien ganado, en el nombre de millones de v¨ªctimas, el Nobel de la Paz: segu¨ªa en su camino un encuentro con el Papa y la recepci¨®n del premio de la comunidad franciscana de As¨ªs. El expresidente Uribe pastoreaba a sus disc¨ªpulos en el Congreso ¨Cen donde un par de d¨ªas antes hab¨ªa votado a favor del infame referendo contra la adopci¨®n gay¨C cuando recibi¨® la llamada inesperada del Secretario del Vaticano: ¡°si no alcanzo a llegar a Roma no es mala voluntad¡±, declar¨® a la plenaria del Senado. Al d¨ªa siguiente estaban en la foto que sabemos: el meme. El Papa acababa de bendecir el acuerdo de paz a ver si la Iglesia colombiana, ambigua durante el plebiscito, m¨¢s firme contra la homosexualidad que contra la guerra, por fin se compromet¨ªa con librarnos de esta violencia. Y ellos dos lo miraban con la misma alegr¨ªa.
A la salida de la reuni¨®n de 50 minutos, Santos, que incorpor¨® ideas de su opositor en el nuevo acuerdo con las Farc, ofreci¨® llegar a nuevos entendimientos durante la implementaci¨®n, pero Uribe se port¨® como se porta Uribe: repiti¨® ¡°impunidad total¡±, ¡°elegibilidad para los cabecillas¡±, ¡°no nos pueden imponer todo, Su Santidad¡± como repitiendo una letan¨ªa, como confundi¨¦ndoles a sus fieles ¡°acuerdo de paz¡± con ¡°apaciguamiento¡±, como record¨¢ndoles a sus electores que en el viejo mundo que comparten ¨Cel mundo de la campa?a presidencial de 2018: en la realidad Uribe est¨¢ de acuerdo con Santos¨C no se repara a las v¨ªctimas si no se humilla a los victimarios. Y el diario El Tiempo titul¨® ¡°La pelea entre Santos y Uribe que ni el Papa logr¨® terminar¡±. Y aqu¨ª en Colombia qued¨® la sensaci¨®n de que la foto s¨®lo hab¨ªa servido para meme.
Quiz¨¢s no. Quiz¨¢s la foto sea una manera de recordar que democracia significa tambi¨¦n ¡°cuidar las formas¡±. Tal vez resuma lo liberales que hemos pretendido ser y lo conservadores que en verdad somos. Tal vez nos obligue a preguntarnos qui¨¦nes siguen creyendo en las instituciones de siempre: la clase dirigente, el bipartidismo, la Iglesia. Acaso deje en claro de una buena vez que el uribismo repetir¨¢ ¡°paz s¨ª pero no as¨ª¡± ¨Co sea ¡°guerra mientras tanto¡±¨C en el camino de su probable regreso al poder. De pronto nos demuestre que los antagonistas de nuestra pol¨ªtica est¨¢n de acuerdo al menos en el respeto por una misma imagen: el crucifijo. Pero de pronto tambi¨¦n pruebe que ni los pol¨ªticos ni los curas han conseguido que el punto de partida de los colombianos ¨Clo m¨ªnimo¨C sea ¡°nadie mate a nadie¡±: no ha sido ese su oficio.
Habr¨ªa que pensar a qu¨¦ se han estado dedicando los l¨ªderes colombianos si no ha sido a detener la violencia. Habr¨ªa que encontrarle un t¨ªtulo que no fuera el de ¡°pol¨ªtico¡± a un hombre que es capaz de viajar desde Bogot¨¢ hasta Roma de un d¨ªa para otro para darse el gusto de negarle la piedad al Papa.
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