Indignaci¨®n tras las disculpas de criminales de la dictadura chilena
Chile debate si corresponde que los procesados por cr¨ªmenes de lesa humanidad tengan derecho a beneficios carcelarios y puedan optar a indultos
Una decena de condenados por violaciones a los derechos humanos en la dictadura chilena pidieron este jueves perd¨®n por los delitos en un acto ecum¨¦nico celebrado en la c¨¢rcel de Punta Peuco (noreste de Santiago), lo que ha generado el rechazo y la protesta de los familiares de las v¨ªctimas, que sospechan de una maniobra para conseguir beneficios carcelarios e indultos. Un grupo de mujeres se ha encadenado en la catedral de Santiago por el papel de la Iglesia cat¨®lica en este episodio. Grupos que defienden los derechos humanos han pedido el cierre del penal, especialmente construido en 1995 para albergar a este tipo de presos.
Entre los internos que participaron en la actividad estuvo Ra¨²l Iturriaga Neumann, de 78 a?os. Exsubdirector de la polic¨ªa secreta de Augusto Pinochet, la DINA, cumple condenas por diversas violaciones a los derechos humanos que lo tendr¨ªan en la c¨¢rcel hasta 2037. Tambi¨¦n Miguel Estay Reino y Claudio Salazar, ambos condenados por el caso degollados, uno de los cr¨ªmenes emblem¨¢ticos de la dictadura. En la misa -cerrada a los medios-, seg¨²n Radio Cooperativa, Salazar dijo: "La infinita bondad de Dios sabr¨¢ perdonar mis pecados deposit¨¢ndolos en el fondo del oc¨¦ano m¨¢s grande (...) Te pido adem¨¢s que con tu infinito poder cambies aquellos corazones duros, que con raz¨®n o sin ella, nos detestan sin darnos cabida en la sociedad".
Los familiares de las v¨ªctimas han reaccionado con indignaci¨®n. "Somos contrarios a este show medi¨¢tico. En 43 a?os nos han mentido muchas veces con montajes, con el destino final de nuestros seres queridos y con mesas de di¨¢logo", indic¨® Alberto Rodr¨ªguez, pariente de un ejecutado pol¨ªtico, en la puerta de Punta Peuco. Las agrupaciones sospechan de una maniobra: aunque los condenados est¨¢n pidiendo perd¨®n por primera vez desde la llegada de la democracia, en 1990, en d¨¦cadas no han entregado la informaci¨®n que permita conocer la verdad sobre las circunstancias de muerte y destino final de los cuerpos de cerca de 1.000 detenidos desaparecidos.
Aunque solo 10 presos pidieron perd¨®n por sus cr¨ªmenes, el acto fue presenciado por cerca de 120 reclusos (casi la totalidad de presos de Punta Peuco). Los acompa?aron sus familiares y un grupo de sacerdotes cat¨®licos, entre ellos Mariano Puga, que se destac¨® en la dictadura chilena por su lucha a favor de los perseguidos. "Para muchos soy un traidor, dicen que me he olvidado de los desaparecidos y torturados", se?al¨® Puga antes de la misa.
La Iglesia chilena, que a trav¨¦s de la Vicar¨ªa de la Solidaridad cumpli¨® un papel relevante en dictadura en la defensa de los perseguidos, se desmarc¨® de la actividad de Punta Peuco. Tras los incidentes del jueves en la catedral, el obispo auxiliar de Santiago, Fernando Ramos, recalc¨® que la instituci¨®n "no favorece la impunidad, menos cuando existen delitos de lesa humanidad". En la actividad, sin embargo, sirvieron de testigos miembros importantes de la comunidad cat¨®lica. Uno de ellos es el sacerdote jesuita Fernando Montes, cercano al mundo progresista, que luego de la misa se?al¨® que nadie pidi¨® una rebaja de condenas.
La petici¨®n de perd¨®n de los 10 internos se realiz¨®, seg¨²n la versi¨®n oficial con motivo de la Navidad. Se produjo justamente cuando en Chile se encuentra abierto el debate sobre si corresponde que los procesados por cr¨ªmenes de lesa humanidad tengan derecho a beneficios carcelarios y puedan optar a indultos a causa de la edad y de enfermedades, como el resto de los condenados por delitos comunes.
El presidente de la Corte Suprema, Hugo Dolmestch, que se ha mostrado a favor de entregar ciertos beneficios carcelarios a los violadores de los derechos humanos, aunque hayan cometido delitos que no prescriben ni pueden recibir la amnist¨ªa, de acuerdo con la justicia internacional. Al ser consultado por la situaci¨®n de los condenados enfermos en distintas c¨¢rceles del pa¨ªs, incluidos los de Punta Peuco, el ministro de Justicia del Gobierno de Michelle Bachelet, Jaime Campos, hace algunas semanas indic¨®: "Creo que los derechos humanos son v¨¢lidos para todo el mundo, sin distinci¨®n (...) Me parece obvio que los enfermos terminales salgan. Hay que tener un m¨ªnimo de humanidad".
Amnist¨ªa habla de gesto ¡°tard¨ªo¡±
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