Las vetocracias directas en el presidencialismo
En Colombia un grupo de l¨ªderes de iglesias cristianas han recogido firmas para hacer retroceder los avances en equidad e igualdad
Hace algunos a?os Francis Fukuyama utiliz¨® el termin¨® vetocracia para describir escenarios pol¨ªticos en los cuales un grupo social, un partido pol¨ªtico o partidos pol¨ªticos utilizan diversos mecanismos que les confieren los reg¨ªmenes democr¨¢ticos para bloquear, obstruir y sabotear el funcionamiento de un r¨¦gimen pol¨ªtico. Existen tres ejemplos recientes. Primero, lo sucedido en Estados Unidos en 2013, donde la mayor¨ªa republicana en ambas c¨¢maras casi hace colapsar financieramente el Gobierno norteamericano liderado por Obama. Otro de los ejemplos fue Espa?a, donde pr¨¢cticamente por un a?o no hubo Gobierno, o fue interino. Del bipartidismo entre PP y el PSOE se pas¨® a un sistema de cuatro partidos. Escenario en el cual fue imposible formar una coalici¨®n mayoritaria por varios meses.
En Am¨¦rica Latina ocurre lo mismo. Actualmente la mayor¨ªa fujimorista en el Congreso tiene bloqueado el Gobierno de PPK y en los pasillos se rumora que esta mayor¨ªa planea declarar un vac¨ªo de poder o incluso dise?ar alguna figura que se parezca a lo ocurrido en Brasil o Paraguay. Lo que algunos denominan golpes legislativos o juicios pol¨ªticos, de los cuales hay varias figuras para desarrollarlos en el continente. Pero tal vez el ejemplo m¨¢s visible de estos fen¨®menos es lo que ocurre en Venezuela, donde la oposici¨®n controla el 75% de la Asamblea Nacional y es imposible cualquier discusi¨®n seria entre oficialismo y oposici¨®n.
El problema es que en los ¨²ltimos dos a?os estamos asistiendo a un tipo de vetocracia diferente. Sectores pol¨ªticos minoritarios o incluso Gobiernos utilizan mecanismos de participaci¨®n directa para hacer retroceder los m¨ªnimos de un sistema democr¨¢tico o los propios principios de la democracia. Este tipo de vetocracia se fundamenta en dos principios. Por un lado, en fundamentalismos religiosos o ideol¨®gicos que se exacerban en aquellos contextos donde se avanza en la profundizaci¨®n de la democracia o en situaciones de crisis econ¨®micas o pol¨ªticas. Por otro lado, utilizan discursos y mecanismos democr¨¢ticos para justificar medidas autoritarias o antidemocr¨¢ticas. Es decir, situaciones excepcionales quedan normalizadas bajo la figura de consultar al pueblo.
Tambi¨¦n aqu¨ª se encuentra varios ejemplos. En Colombia un grupo de l¨ªderes de iglesias cristianas han recogido firmas para hacer retroceder los avances en equidad e igualdad que han logrado algunas minor¨ªas sexuales. Lo que se busca es prohibir la adopci¨®n por parte de parejas del mismo sexo, e incluso, es tan rid¨ªcula la pretensi¨®n, que llegan a prohibir hogares con una sola cabeza de familia. Igualmente durante el plebiscito, se utiliz¨® un discurso que destru¨ªa la igualdad de g¨¦nero y los logros conquistados, con muchos a?os de lucha, por diferentes movimientos y organizaciones de mujeres. Estas iglesias cristianas utilizaron el fundamentalismo religioso y hablaron de una supuesta ideolog¨ªa de g¨¦nero. Gran parte de los votos en contra de los acuerdo de La Habana se lograron por cosas que no exist¨ªan en el acuerdo.
En Estados Unidos f¨¢cilmente la victoria de Trump puede llevar a un retroceso en libertades individuales como en los temas de libertad expresi¨®n, e igualmente en las conquistas que favorecen la equidad de g¨¦nero. Ni que decir de Europa donde son bastante populares los discursos de la democracia directa para los asuntos de migraci¨®n.
El gran debate de estas vetocracias directas es que se basan y justifican en el llamado constituyente primario y en la famosa ¡°voz del pueblo¡±. El fundamento de la democracia es la protecci¨®n a las minor¨ªas y no su asfixia o destrucci¨®n. Eso que algunos llaman Constituyente Primario en Am¨¦rica latina, en realidad es la poblaci¨®n hist¨®ricamente marginada, que trabaja 16 horas al d¨ªa, que no tuvo la posibilidad de estudiar y que recibe informaci¨®n enga?osa y discursos que exacerban los fundamentalismos, no es una poblaci¨®n informada. La pregunta es si el Constituyente Primario puede hacer retroceder los m¨ªnimos en democracia y derechos Humanos que ha logrado la civilizaci¨®n occidental o no. Los a?os que vienen lo dir¨¢n.
Ariel ?vila es subdirector de la Fundaci¨®n Paz y Reconciliaci¨®n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.