Adi¨®s a Obama
Se va el primer presidente que asumi¨® los l¨ªmites del poder de EE UU
A Barack Obama solo le quedan 13 d¨ªas en la Casa Blanca. Se va el primer presidente que asumi¨® los l¨ªmites del poder de EE UU. Llega un presidente inexperto e intuitivo, que replegar¨¢ al pa¨ªs sobre s¨ª mismo y volver¨¢ al viejo proteccionismo comercial, aprovechando el pinchazo de la globalizaci¨®n tal como la conocemos. Entramos en aguas turbulentas no cartografiadas. Todo es posible en el mundo de lo impensable inaugurado precisamente con la llegada de Donald Trump a la presidencia.
Hoy corresponde despedir a Obama y valorar su presidencia, la primera ejercida por un negro, cualidad esencial, y que sin duda ha lastrado su doble mandato. La misma noche de su elecci¨®n, en 2008, Barack Obama se refiri¨® a ¡°la esperanza sin l¨ªmites¡± que se abr¨ªa por delante en ¡°el pa¨ªs en que todo es posible¡±. La inmensa expectativa inicial que provoc¨® en medio mundo su llegada a la Casa Blanca, agoniza ocho a?os despu¨¦s. El desequilibrio entre las esperanzas desatadas con el ¡°podemos¡± germinal, y lo conseguido, no permite calificar la suya como una gran presidencia. No ha sido un presidente transformador, al estilo de Franklin Roosevelt, pero resolvi¨® m¨¢s problemas de los que provoc¨®.
A Obama le result¨® m¨¢s f¨¢cil encandilar con la palabra que pasar leyes en el Congreso. En su pasivo destaca el incumplimiento de su sue?o inicial de unir al pa¨ªs. Deja un EE UU polarizado. Pero la historia recordar¨¢ que Obama lleg¨® a la Casa Blanca con una gran crisis econ¨®mica, la peor desde el Crack de 1929; consigui¨® rescatar la econom¨ªa y el sistema financiero, tras dejar quebrar a Lehman Brothers, y salvar la industria automovil¨ªstica. Sin duda, el principal ¨¦xito de su presidencia. Se va con un paro inferior al 5%.
El Partido Republicano, derrotado en las elecciones de 2008, le neg¨® el pan y la sal deslegitim¨¢ndole desde el primer d¨ªa, envenenando la vida pol¨ªtica y obstruyendo el Congreso. Hasta el punto de negar que Obama fuera estadounidense, burda invenci¨®n de Trump, que abri¨® la ¨¦poca de la posverdad. Luego se puso en circulaci¨®n la patra?a de que Obama era un socialista cuando logr¨® aprobar el Obamacare, que con carencias, consigui¨® que 20 millones de estadounidenses tuvieran por primera vez seguro m¨¦dico. Un paso hist¨®rico en pol¨ªtica dom¨¦stica.
El presidente multilateralista, reflexivo, capaz de retirar a EE UU de las guerras de Irak y Afganist¨¢n, naufrag¨® en Siria, la Ruanda de su presidencia, al no reaccionar ante el traspaso de la l¨ªnea roja que hab¨ªa marcado. Provoc¨® con ello la vuelta de Rusia a Oriente Pr¨®ximo. Obama fracas¨® en el reinicio de la relaci¨®n con Rusia y ha agrandado a Putin. El primer presidente del Pac¨ªfico deja la Casa Blanca sin haber logrado el reequilibrio hacia la regi¨®n Asia Pac¨ªfico, y sin una estrategia clara hacia China. El acuerdo nuclear con Ir¨¢n y la apertura a Cuba suman en su haber. Pocos ocupantes de la Casa Blanca han aguantado una oposici¨®n tan desmesurada. Finalmente, su indeseada herencia es un orden global sin liderazgo claro.
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