La izquierda brasile?a est¨¢ perdiendo a los nuevos pobres
La masa de los nuevos desheredados se empieza a refugiar en la extrema derecha, que ha robado a la izquierda el discurso anticapitalista
Empieza a existir un consenso sobre la crisis de la izquierda contempor¨¢nea y el abandono de la misma por parte de los m¨¢s marginalizados, entre ellos los trabajadores no cualificados, los desempleados, los j¨®venes desencantados y los emigrantes. Son el mundo de la nueva pobreza.
El resultado es doblemente dram¨¢tico, porque la masa de los nuevos desheredados se empieza a refugiar en la extrema derecha, que ha robado a la izquierda el discurso anticapitalista. Est¨¢ ocurriendo en la democr¨¢tica Europa, y existe el peligro de que lo sea tambi¨¦n aqu¨ª en Brasil.
En el espacio de unos d¨ªas, varios intelectuales han coincidido en dicho an¨¢lisis. En este mismo diario, V¨ªctor Lapuente, doctor en Ciencias Pol¨ªticas de la Universidad de Oxford, en su art¨ªculo ¡°El sexo de la izquierda¡±, ha alertado sobre el peligro de que la izquierda contempor¨¢nea ¡°deje de ser vista como representante de la sociedad en su conjunto¡±.
Y en ese conjunto de la sociedad viven, por ejemplo, la gran masa de los trabajadores sin cualificar, los ¨²ltimos en la escala de la pir¨¢mide social y los millones que buscan trabajo. Todos ellos olvidados por los grandes sindicatos.
Allen Berger, catedr¨¢tico de econom¨ªa en la University of South Caroline, ha tocado la misma tecla en una reciente entrevista al diario O Globo, en la que afirma que la izquierda de hoy ¡°ha perdido el poder de di¨¢logo con los trabajadores m¨¢s pobres¡±. y alerta de que ¡°ese mundo se ha rebelado¡± y est¨¢ siendo ¡°absorbido por la extrema derecha¡±.
En Brasil, el soci¨®logo, Jos¨¦ de Souza Martins, que ya ense?¨° en la Universidad de Cambridge, en Inglaterra, en un art¨ªculo reciente, en O Estad?o, criticaba d¨ªas atr¨¢s al Partido de los Trabajadores (PT) por haber traicionado su funci¨®n fundacional : ¡°Haber podido ser el canal de expresi¨®n de aquella parcela de la poblaci¨®n que la historia condena al silencio¡±.
El problema de la izquierda brasile?a, empezando por el PT, que constitu¨ªa su espina dorsal, es, en efecto, que acab¨® aristocratiz¨¢ndose, convirti¨¦ndose en el refugio de la clase media bien, de los artistas e intelectuales.
Los sindicatos se burocratizaron y se comprometieron m¨¢s con las categor¨ªas ricas, como los banqueros, que con el ej¨¦rcito de los millones de trabajadores marginalizados. Dej¨® atr¨¢s valores como los del m¨¦rito y el ahorro, cuya bandera recoge hoy la derecha.
La izquierda del PT se desliz¨® adem¨¢s hacia la pol¨ªtica de la corrupci¨®n y del asalto a los privilegios. No s¨®lo se aburgues¨® el partido, sino tambi¨¦n lo hicieron muchos de sus activistas, que descubrieron el gusto por la vida c¨®moda de los millonarios. Y ellos representaban a la ¨¦tica.
La izquierda brasile?a rescat¨® de la miseria a millones de trabajadores, pero sin cualificarles en el trabajo. Form¨® as¨ª una masa de nuevos pobres que hoy, decepcionados y castigados por la crisis econ¨®mica, vuelven sus ojos hacia la derecha y hacia las iglesias evang¨¦licas conservadoras (ejemplos: la periferia pobre de la gran S?o Paulo, que prefiri¨® votar como alcalde al millonario Jo?o Doria, relegando al candidato del PT; o los excluidos de las favelas de R¨ªo, que votaron para alcalde al obispo conservador de la Iglesia Universal, Marcello Crivella, prefiri¨¦ndolo a Freixo, candidato de la izquierda del PSOL, que era el preferido por las clases bien )
Sabemos, al mismo tiempo, que la clase de trabajadores pobres es conservadora. Defiende la familia y la tradici¨®n por cultura y por instinto de sobrevivencia, y ve con buenos ojos que la polic¨ªa mate a los criminales sin perifollos de procesos judiciales, bajo el lema de que ¡°el mejor bandido es el bandido muerto¡±.
Esa masa no se asusta de que en Brasil se produzcan 60.000 homicidios al a?o, un triste record mundial, o se pudran en c¨¢rceles inhumanas m¨¢s de medio mill¨®n de presos, la mayor¨ªa pobres y de color.
Para esa masa de nuevos pobres, la polic¨ªa y el ej¨¦rcito son sus mejores guardianes. Analicen las redes sociales y vean como el militar y ultraderechista Jair Bolsonaro, precandidato a las presidenciales, que sigue defendiendo la tortura y la pena de muerte, despierta simpat¨ªa en buena parte del mundo de los trabajadores m¨¢s pobres.
?Por qu¨¦ la izquierda no ha sido capaz de convencer a esa masa de pobres de que los valores de la democracia y de la modernidad constituyen la mayor garant¨ªa futura de prosperidad?
Como escribe el soci¨®logo brasile?o Souza Martins, porque la izquierda, ¡°incluy¨® sin democratizar¡±.
No hagan, por favor, un sondeo sobre la democracia entre ese mundo de la nueva pobreza, pues se llevar¨ªan una gran decepci¨®n.
La izquierda, toda, tambi¨¦n la brasile?a, necesita reinventarse para volver a ser capaz (si es que a¨²n es posible) de reconquistar a los que fueron su sangre y su motivo de existencia: los trabajadores m¨¢s pobres, los m¨¢s expuestos a las aventuras antidemocr¨¢ticas. Cada ¨¦poca tiene los suyos. Hoy, el proletariado es otro.
Ser¨ªa triste y peligroso ver una transfusi¨®n de sangre de la masa de trabajadores marginalizados, o de j¨®venes desencantados sin futuro, a las venas de la extrema derecha.
El gran test de la democracia para los brasile?os est¨¢ ya encima con las elecciones presidenciales del 2018. Habr¨¢ que ver qu¨¦ fuerza pol¨ªtica ser¨¢ capaz de conquistar los votos de la masa de los nuevos pobres, hoy desilusionados con la izquierda.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.