Blitz Commercial Krieg
Al igual que Trump Hitler utiliz¨® el miedo para controlar personas, sociedades y naciones
Cuando analizo las declaraciones de Donald Trump, a partir de este viernes jefe de la Casa Blanca para la tragedia de M¨¦xico y del mundo, y trato de desentra?ar sus estrategias pol¨ªticas y comerciales, me resulta imposible dejar de compararlo con Hitler y su Blitzkrieg, Guerra Rel¨¢mpago, una exitosa t¨¢ctica militar con la que se apoder¨® a la velocidad de un rayo de Polonia (1939), Dinamarca (abril de 1940), Noruega (abril de 1940), B¨¦lgica (mayo de 1940), los Pa¨ªses Bajos (mayo de 1940), Luxemburgo (mayo de 1940), Francia (mayo de 1940), Yugoslavia (abril de 1941) y Grecia (abril de 1941).
?Por qu¨¦ cabe la comparaci¨®n? Porque cuando Hitler, de acuerdo con Franco, bombarde¨® con la Legi¨®n C¨®ndor y con la Luftwaffe varias ciudades espa?olas, adem¨¢s de haberlo ayudado con apoyos militares y log¨ªsticos, con lo cual estaba violando abiertamente el tratado de Versalles de 1919, en realidad, el F¨¹hrer ten¨ªa dos objetivos muy claros: uno, aprovechar la guerra civil espa?ola como un laboratorio para probar su poder militar; y dos, medir la capacidad de respuesta de Francia e Inglaterra, pa¨ªses a los que deseaba inmovilizar por medio del terror. Ambas potencias europeas no salieron jam¨¢s en defensa de Espa?a, atacada por el v¨¢ndalo teut¨®n, a pesar de suponer que tarde o temprano la aviaci¨®n nazi bien podr¨ªa invadir los cielos de Londres y Par¨ªs, como ciertamente ocurri¨®. Hitler fue un gran terrorista publicitario y sab¨ªa que el miedo era y es una herramienta ¨²til para controlar personas, sociedades y naciones. Supo utilizarlo a la perfecci¨®n, al igual que Trump, alumno destacado de la misma escuela en donde estudi¨® Goebbels.
Trump escogi¨® a M¨¦xico, un pa¨ªs indefenso, atenazado por una cleptocracia ineficiente, para demostrarle al mundo la fuerza de sus palabras y el poder de su econom¨ªa. Solo echando mano de sus Blitztwitters ha despedazado el peso mexicano, lo cual celebra a carcajadas todav¨ªa instalado en su suite de la Quinta Avenida. Bien sabe Trump que con 140 caracteres producto de la tecnolog¨ªa digital puede producir una pavorosa huida de capitales hasta desahuciar a M¨¦xico, y no tiene el menor empacho en hacerlo, no solamente para doblegar las d¨¦biles espaldas del Gobierno mexicano, sino para que el mundo se entere que tarde o temprano ¨¦l est¨¢ determinado a acaparar el ahorro mundial para hacer de EE UU la gran potencia que nunca ha dejado de ser¡ No requiere disponer de la fuerza a¨¦rea ni de la marina ni amenazar con invasiones al estilo de sus predecesores en la Casa Blanca a principios del siglo XX: le basta con sentarse en un sill¨®n con vista a Central Park, tomar su celular y redactar un breve texto para poner de rodillas a muchos antiguos aliados. En lugar de balas, soldados y armadas, mejor, mucho mejor un simple Twitter.
Hitler deseaba apoderarse del mundo entero por medio de su ej¨¦rcito y de su aviaci¨®n, adue?arse geogr¨¢fica y territorialmente de Europa, Am¨¦rica, Asia y ?frica, en fin, de todo. Trump pretende, en cambio, dominar financieramente sin recurrir a la fuerza militar. Su arma letal es la verborrea, su discurso incendiario de extracci¨®n fascista, su tono arrogante de voz, su lenguaje corporal, mediante el cual intimida y asusta de manera primitiva, muy biol¨®gica, de la misma manera que el le¨®n ruge o el gorila se golpea el pecho para provocar la huida de sus adversarios antes del combate. Todo se reduce a la creaci¨®n del terror¡
Trump est¨¢ diciendo entre l¨ªneas: ?Ya vieron lo que le pas¨® a M¨¦xico? ?Est¨¢ claro? Si no desean que les ocurra lo mismo y quieren cuidar su equilibrio monetario, sus empleos y su estabilidad pol¨ªtica, entonces som¨¦tanse o, por lo pronto, los aplastar¨¦ con aranceles del 35%. Trump confunde a su pa¨ªs con una empresa monop¨®lica universal, en la que ¨¦l detenta el 100% de las acciones y no existe nadie que se oponga a sus designios, al estilo de un poderoso CEO mundial. Hitler buscaba territorios; Trump, apropiarse de todos capitales que pueda reunir, hasta convertirse en el nuevo rey Midas del planeta, sin detenerse a considerar que la megaloman¨ªa de Hitler convirti¨® a Alemania en el cementerio m¨¢s grande del orbe¡
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