El desaf¨ªo del populismo desconcierta a las ¨¦lites en Davos

Atrapados entre el discurso globalizador desplegado por el presidente chino Xi Jinping, cuyas credenciales no invitan al entusiasmo, y la toma de posesi¨®n de Trump en el ¨²ltimo d¨ªa del Foro, rodeada de inc¨®gnitas, los ejecutivos reunidos este a?o en Davos han intentado navegar en el desconcierto que viven las ¨¦lites econ¨®micas mundiales. Buscan explicaciones a los cambios que est¨¢ sufriendo el orden mundial que ha regido en los ¨²ltimos sesenta a?os y no aciertan a anticipar el rumbo que tomar¨¢ la actual etapa de transici¨®n.

¡°La crisis de las clases medias en los pa¨ªses desarrollados y el aumento de la desigualdad explican la falta de confianza de los ciudadanos¡±, apuntaba la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde. ¡°Es un error no reconocer que la clase media est¨¢ preocupada¡±, mediaba el antiguo secretario del Tesoro de EE UU, Larry Summers. ¡°Los gobiernos se preocupan de las minor¨ªas discriminadas, de los inmigrantes, de los m¨¢s pobres y las clases altas no necesitan ayuda. El grueso de la sociedad, cuyas expectativas van mermando, siente que no se le escucha y expresa su enfado en las urnas¡±, recalcaba. Para Ray Dalio, presidente y fundador de Bridgewater, el mayor fondo de inversi¨®n de alto riesgo, la creciente brecha de ingresos entre la clase privilegiada y el grueso de la poblaci¨®n ¡°es importante pero no decisiva, es b¨¢sicamente un problema de polarizaci¨®n¡±. ¡°Tenemos que tomarnos el populismo en serio porque no est¨¢n ofreciendo respuesta a los problemas pero s¨ª est¨¢n recogiendo la preocupaci¨®n de los ciudadanos¡±, defend¨ªa Pier Carlo Padoan, ministro de Econom¨ªa italiano. ¡°No todo es econom¨ªa, pero la econom¨ªa y los bajos salarios tienen que ver como el auge del populismo¡±, apuntaba el premio Nobel Joseph Stiglitz.

Despu¨¦s del precedente de 2016, sorprende que Davos haya ignorado a esos populistas sobre que los ejecutivos tanto han alertado estos d¨ªas. Y eso que corren el riesgo de que el a?o que viene asistan como miembros de los nuevos Gobiernos que decidir¨¢n las urnas. ¡°Coincido plenamente¡±, respond¨ªa Dalio. El enviado de Trump a la cumbre, Anthony Scaramucci, es lo m¨¢s cerca que este Davos ha estado de un populista y pese a su trayectoria profesional como inversor de alto riesgo, Scaramucci se atrevi¨® a decir a la ¨¦lite empresarial que lo que ten¨ªan que hacer era ¡°escuchar a la gente, o¨ªr a la calle¡±. A esa calle que ha votado a Trump con un discurso anti-Davos, como apuntaba Ray Dalio, pese a que luego se haya rodeado de algunos de los destacados protagonistas de esta cita anual a la hora de formar su equipo, como el jefe de asesores econ¨®micos y hasta hace un mes n¨²mero tres de Goldman Sachs, Gary Cohn.

¡°Davos corre el riesgo de convertirse en irrelevante, desde el punto de vista pol¨ªtico. El a?o pasado no vio venir los cambios que se avecinaban y este a?o habla desde la distancia de los populismos¡±, apunta un ejecutivo espa?ol, veterano en el encuentro. Irrelevante solo pol¨ªticamente, claro, porque el Davos de los negocios, el que cierra acuerdos, abre puertas y sella alianzas en los exclusivos hoteles de esta peque?a de la ciudad y entre fiestas fastuosas sigue funcionando y seguramente mejor que nunca. ¡°Por eso Davos no va a acabarse¡±, matizaba el mismo ejecutivo. Otro empresario, nuevo en el foro, explicaba que en dos d¨ªas ha visto a 20 banqueros, ministros e inversores que le hubieran obligado a hacer otros tantos viajes y a dedicar mucho tiempo a cerrar agendas. ¡°No s¨¦ si repetiremos, a¨²n es pronto, pero la experiencia es estupenda¡±, se?alaba en uno de los caf¨¦s del hotel Belvedere. A juzgar por muchos testimonios similares y el creciente n¨²mero de participantes de cada edici¨®n, al menos este Davos, el de los negocios, no parece que se vaya a acabar.