Dos rosas para terminar con a?os de rencor de la guerra de Las Malvinas
Pallarols, el orfebre argentino, crea flores con material b¨¦lico para homenajear a los ca¨ªdos
S¨®lo hace falta ingresar a la casa/taller/museo del orfebre Juan Carlos Pallarols (74 a?os) para que los propios ojos cobren vida independiente. Los objetos se superponen como pele¨¢ndose por llamar m¨¢s la atenci¨®n. En el primer descanso de la escalera una imagen da lugar a mil preguntas: un cuadro de Juan Domingo Per¨®n apoyado sobre el respaldo de una silla, en una habitaci¨®n cerrada por rejas. Cualquiera podr¨ªa decir que este artista que, entre otras cosas, se encarga de producir el bast¨®n presidencial, es antiperonista. Sin embargo, Pallarols est¨¢ m¨¢s all¨¢ de todo, incluso de su propio apellido. Continuador de un legado de plateros que se inici¨® en 1750, recibi¨® a EL PA?S para presentar su proyecto Dos rosas por la paz, que tiene como objetivo estrechar la amistad entre los pueblos de Argentina y Gran Breta?a, y solucionar el conflicto por las islas Malvinas. ¡°Mi idea es cambiar la historia y creo que la estoy cambiando¡±, asegura.
¡°Toda empresa exitosa requiere cierta dosis de locura¡±, reza otro cartel al final de la escalera. Luego de realizar varios bastones presidenciales, regalos oficiales y c¨¢lices papales, Pallarols se propuso una empresa sentimental. ¡°Hace un a?o y algunos meses empezamos a trabajar con este proyecto. Consiste en un homenaje a los ca¨ªdos en la guerra de Malvinas, tanto ingleses como argentinos. Ya en la primera reuni¨®n nos juntamos unas 40 personas, veteranos de guerra y familiares de ca¨ªdos que me trajeron sus balas y vainas que guardaron de recuerdo¡±, explica a EL PA?S. Las piezas b¨¦licas se fundieron a 1.000 grados y se formaron unos monedones que se dejan enfriar antes de estirar en una prensa que deja finas l¨¢minas del material.
¡°La rosa es un acto de amor y reconciliaci¨®n, un homenaje para quienes dejaron la piel y que hoy son el ¨²nico t¨ªtulo de propiedad que tenemos los argentinos en las islas¡±, resume el artista. ¡°Comenc¨¦ a juntar balas encontradas en las islas¡±, dice mientras las desparrama en el escritorio. Hay una antia¨¦rea, calibre 50 y peque?as vainas de fusil. En 26 reuniones con excombatientes y familiares de ca¨ªdos juntaron cerca de 2.000. ¡°La idea era hacer dos rosas y despu¨¦s se sumaron mas¡±, agrega el hombre. Las piezas ir¨¢n a las islas. Una, al cementerio argentino de Darwin, de la mano de la viuda de John Hamilton -un capit¨¢n de las fuerzas especiales brit¨¢nicas-; otra al cementerio brit¨¢nico de San Carlos, que la llevar¨¢ la mam¨¢ del soldado y maestro de escuela Julio Cao, ambos ca¨ªdos en la guerra. Otra ira al ARA General Belgrano, hundido tras un ataque de un submarino nuclear, con 323 tripulantes a bordo. La rosa ser¨¢ introducida dentro de un envase con 50 kilos de plomo para que quede sobre el barco, bajo el mar. ¡°Los ingleses nos pidieron otra en Bah¨ªa Agradable, que es el lugar donde m¨¢s p¨¦rdidas civiles tuvieron¡±, confirma el platero. Una de las rosas tambi¨¦n es exhibida en la feria de turismo Fitur, en Madrid, y luego ser¨¢ entregada a la reina Letizia, de manos del ministro de Turismo argentino, Gustavo Santos.
El gesto es similar al que tuvo el excanciller Guido Di Tella cuando dise?¨® la pol¨ªtica exterior del gobierno de Carlos Menem en la d¨¦cada del 90. El en el intento por conquistar a los kelpers (como se denomina a los habitantes de las islas) se lleg¨® a enviar osos de peluche de regalo. Sin embargo, Pallarols se aleja de esta comparaci¨®n y repite sin cansarse que ¡°esto no tiene nada que ver con la pol¨ªtica¡±.
¡°Que cosa al pedo las guerras¡±, expresa el hombre. Sin embargo, hace una loa de los combates y las historias de vida que surgen a partir de ellos, al punto que califica al conflicto por Malvinas como ¡°la ¨²ltima guerra rom¨¢ntica¡±. Y de la misma forma imagina la soluci¨®n: ¡°Ya hay tres matrimonios que son hijos de pap¨¢ argentino y mam¨¢ inglesa. Si conseguimos que haya 500 matrimonios mixtos todo va a ser m¨¢s f¨¢cil¡±, imagina Pallarols.
En simult¨¢neo surgi¨® una convocatoria de la Fuerza A¨¦rea Brit¨¢nica para hacer dos monumentos, uno ubicado en la Plaza San Mart¨ªn de Buenos Aires y otra en un lugar a determinar en Londres. ¡°Quer¨ªan hacerlo con dos aviones pero la gente lo rechaz¨® porque lo consider¨® una reedici¨®n de la violencia de la guerra¡±, aclara Pallarols. "Me propusieron fundir el material de los aviones para hacer dos grandes rosas que se puedan exhibir en plazas p¨²blicas. Ya las hice y estuvieron expuestas en el museo de Arte Decorativo de Buenos Aires y en la rotonda de la localidad de Gonz¨¢lez Ch¨¢vez (a 450 km de Buenos Aires)". Pallarols, hijo de un catal¨¢n y una gallega, es un hombre de haza?as, y ahora est¨¢ empe?ado en una muy dif¨ªcil: coser con arte las heridas de una guerra.
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