Marruecos enjuicia a 24 saharauis ante la lupa internacional
Un Tribunal civil investiga los disturbios del campamento de Gdim Izik, donde murieron 11 polic¨ªas en 2010
El presidente del Tribunal de Primera Instancia de Sal¨¦, en las afueras de Rabat era consciente este lunes de que los ¨¢nimos de los asistentes a la sesi¨®n estaban demasiado caldeados como para exigir mucho orden en la sala. Por eso dej¨® al principio que los asistentes gritasen, insultaran y hasta se subieran a los bancos de la sala coreando lemas. Tras siete a?os de expectativas, este lunes se reemprendi¨® en Marruecos el juicio contra 23 saharauis -uno de ellos no pudo acudir por razones de salud- acusados de participar en los disturbios que ocasionaron la muerte de 11 polic¨ªas durante el desmantelamiento del campamento de Gdim Izik, cerca de El Aai¨²n, el 10 de noviembre de 2010.
En realidad, el proceso hab¨ªa comenzado el 26 de diciembre, pero tras varias horas de discusi¨®n en un ambiente igual de caldeado, el presidente del tribunal lo pospuso para esta semana. Ahora, decenas de observadores internacionales, asistidos por auriculares con traducci¨®n en tres idiomas (ingl¨¦s, franc¨¦s y espa?ol) acudieron a un juicio donde hay mucho en juego. Por un lado, los 24 condenados -que ya han pasado en su mayor¨ªa siete a?os de c¨¢rcel- se arriesgan de nuevo a pasar el resto de la vida en la c¨¢rcel; por otro, los familiares de los 11 muertos reclaman justicia. Y, mientras tanto, Marruecos asume la responsabilidad de celebrar un macro proceso ante decenas de observadores internacionales.
Hace siete a?os unas 20.000 personas instalaron 7.000 jaimas en una zona des¨¦rtica a 15 kil¨®metros de El Aai¨²n, en lo que a partir de ese d¨ªa se conoci¨® como el campamento de Gdim Izik. Aquello se convirti¨® en la mayor protesta civil jam¨¢s vista en el S¨¢hara Occidental desde que Espa?a abandonara este territorio en 1976. Reclamaban el derecho a la autodeterminaci¨®n y reivindicaban el acceso al trabajo y a la vivienda. Al cabo de un mes la polic¨ªa recibi¨® la orden de desmantelar el campamento. Durante la operaci¨®n fallecieron 11 agentes. Desde el Frente Polisario se denunci¨® la muerte de cuatro personas, entre ellos un adolescente de 14 a?os.
Los 24 acusados saharauis fueron juzgados en 2013 por un tribunal militar que aplic¨® en su mayor parte penas de m¨¢s de 20 a?os y ocho cadenas perpetuas. Sin embargo, tras el correspondiente recurso, una corte marroqu¨ª orden¨® celebrar el juicio ante un tribunal civil. Este lunes, todo el mundo era consciente de la relevancia del juicio. Por eso, en las inmediaciones del tribunal hab¨ªa decenas de simpatizantes de las v¨ªctimas que reclamaban justicia.
Los familiares de los 11 polic¨ªas muertos tienen plena confianza en el tribunal
En cuanto los acusados entraron en la sala al fondo se levantaron varios amigos de las v¨ªctimas -uno de ellos, mostraba una bandera de Marruecos del tama?o de un folio- y gritaron: ¡°?Asesinos, asesinos! ?Queremos justicia!¡± Los acusados, vestidos con la darraa azul, el vestido saharaui por antonomasia, coreaban acompa?ados tambi¨¦n por sus familiares: ¡°?No hay otra soluci¨®n que la autodeterminaci¨®n!¡±.
Jalifa, hermana de Schej Banga, uno de los acusados, lleg¨® a la sede del tribunal tras un viaje en autob¨²s de 14 horas desde el municipio de Assa, en el sur de Marruecos. ¡°A la sociedad marroqu¨ª le han vendido que estos son los culpables de las muertes de esos polic¨ªas¡±, se quejaba. ¡°Pero no es cierto. A mi hermano, por ejemplo, lo detuvieron dos d¨ªas antes de que desmantelaran el campamento, con lo cual no pudo matar a nadie¡±.
Por momentos, el juicio parec¨ªa a punto de ¨ªrsele de las manos al presidente del tribunal. El pasillo estaba repleto de gente. Decenas de abogados, de una y otra parte, atend¨ªan de pie junto a sus defendidos. Varias asociaciones saharauis han denunciado en varias ocasiones la tortura de los acusados. Entre ellas hab¨ªa poca confianza en que al final impere la justicia. El abogado espa?ol Francisco Serrano, invitado por las asociaciones saharauis, indicaba: ¡°El tribunal se esfuerza en dar una apariencia de formalidad y garant¨ªa, pero me temo que la suerte est¨¢ echada¡±.
Desde el lado de las v¨ªctimas, sin embargo, hab¨ªa plena confianza en el tribunal. La viuda Ali Ezeri, de 30 a?os, comentaba: ¡°Mi marido muri¨® y me dej¨® con tres hijas, la menor ten¨ªa solo un a?o y medio cuando lo mataron. Lo atropellaron con un Land Rover¡±. A su lado, Na?ma Bela?che, comentaba que ella se hab¨ªa quedado con nueve hijos, tras la muerte de su marido, Driss Atertor.
Isabel Loureso, activista portuguesa de derechos humanos, invitada por la Fundaci¨®n S¨¢hara Occidental, lamentaba el caos del juicio: ¡°Hay muchas interrupciones, a menudo los traductores no pueden escuchar lo que dicen algunos abogados. Las condiciones de la sala son insuficientes. Y el trato a los acusados deja mucho que desear. Los levantaron a las cuatro de la ma?ana y los han tenido aqu¨ª, sin probar bocado, hasta las tres de la tarde. La parte buena es que hay muchos observadores. De nuestra parte, hay 33. Y adem¨¢s, hay representantes de las embajadas de Noruega, Suiza y de la Uni¨®n Europea¡±.
El juicio continuar¨¢ el martes y tal vez se prolongue durante varias semanas. Ante la atenta mirada de los observadores internacionales.
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