La justicia complica el caso del jefe de los esp¨ªas argentinos y sus vinculaciones con Odebrecht
El fiscal pide la imputaci¨®n para Arribas, amigo ¨ªntimo de Macri, que le ha alquilado la casa en la que viv¨ªa hasta ser presidente
La estela de corrupci¨®n que ha dejado la empresa brasile?a Odebrecht por casi toda Latinoam¨¦rica, y que afecta a tres expresidentes solo en Per¨², est¨¢ complicando el verano austral tambi¨¦n al Gobierno de Mauricio Macri, aunque de forma colateral y de momento no probada. El jefe del espionaje argentino, Gustavo Arribas, un amigo millonario del presidente que se dedicaba a la compraventa de jugadores de f¨²tbol antes de convertirse en el responsable del cargo m¨¢s oscuro de cualquier Gobierno, se ha visto obligado a acudir a la justicia para tratar de esclarecer unas extra?as transferencias que le hizo Leonardo Meirelles, la persona que utilizaba Odebrecht para pagar sus sobornos y que ha sido condenado en Brasil por esa actividad. El fiscal ha pedido su imputaci¨®n y una serie de pruebas para investigar un posible soborno.
Tocar a Arribas es llegar al coraz¨®n del entorno m¨¢s cercano del presidente. Es tal su proximidad que lo eligi¨® para que se quedara como inquilino en su departamento de m¨¢s de 300 cuadrados sobre la Avenida del Libertador, en la mejor zona de Buenos Aires, cuando ¨¦l se fue a vivir a la residencia oficial de Olivos. Cuando La Naci¨®n public¨® la noticia con las transferencias de casi 600.000 d¨®lares que le hizo Meirelles en 2013 y las vincul¨® con un posible soborno para una obra en Buenos Aires, el Gobierno reaccion¨® indignado. Incluso Macri sali¨® en defensa cerrada de su amigo, poniendo as¨ª en juego su propia imagen. Lleg¨® a calificar de ¡°cuento¡± la noticia publicada por Hugo Alconada, el periodista de investigaci¨®n m¨¢s respetado de Argentina, en La Naci¨®n, un diario que de ninguna manera podr¨ªa considerarse opositor al macrismo.
Arribas insiste en que solo recibi¨® una transferencia de 70.000 d¨®lares y fue por la compra de un departamento sin relaci¨®n alguna con Odebrecht. Pero no quiere de momento dar ni siquiera el nombre del comprador ¨Calega que le ha pedido ¡°reserva¡±- y no aporta ning¨²n documento oficial que pruebe esa operaci¨®n.
Hasta ahora era una batalla entre una informaci¨®n period¨ªstica y un Gobierno indignado que reaccionaba con dureza. Pero ahora las cosas se complican para Arribas y el Ejecutivo que lo apoya, sobre todo el propio Macri. El caso ha llegado a la justicia por una denuncia de Lilita Carri¨®, una diputada que apoya al Gobierno pero que siempre fue conocida por sus denuncias contra la corrupci¨®n. Carri¨® protagoniz¨® una escena puramente argentina y denunci¨® a la puerta de los juzgados con gran dramatismo que los servicios secretos argentinos, dirigidos por Arribas, la est¨¢n espiando a ella, ¡°una persona central del Gobierno¡±. Carri¨®, que se ve con Macri cada semana y es una gran aliada suya, denuncia as¨ª al jefe de los esp¨ªas, amigo del presidente, por posible corrupci¨®n, mientras asegura que los servicios secretos controlados por el Ejecutivo que ella apoya la esp¨ªan. Y para remate, dijo que no sabe si Arribas est¨¢ detr¨¢s de un caso de soborno y plante¨® que el esc¨¢ndalo podr¨ªa ser fruto de una operaci¨®n de parte de los servicios secretos contra su director.
La confusi¨®n cl¨¢sica de la pol¨ªtica argentina, en la que todos los caminos parecen conducir al espionaje, supone en este caso un problema para Macri. Porque al margen de las peleas pol¨ªticas dentro del grupo que apoya al Gobierno, si la justicia avanza, y el fiscal Federico Delgado parece dispuesto, el puesto de Arribas corre peligro. En el Ejecutivo insisten en que no hay delito posible porque ¨¦l entonces no era alto cargo, sino un empresario.
Macri insiste en defender a su amigo y se niega a apartarlo del cargo, siquiera temporalmente. ¡°No entiendo c¨®mo se relaciona a Arribas con Odebrecht. Ese link todav¨ªa no lo entend¨ª. Es muy claro que lo que manifiesta Arribas es que vendi¨® un departamento y que un se?or, que le pag¨® un saldo de precio, us¨® un cambista importante [Meirelles]. Un cambista que tiene miles de clientes, no uno, entre los cuales tambi¨¦n est¨¢ Odebrecht. Es como cualquier de los cambistas argentinos, a trav¨¦s de los cuales mucha gente gira plata¡±, dijo en la Casa Rosada.
Macri baj¨® incluso al caso concreto: dijo que no es posible, como se apunt¨®, que ese fuera dinero para agilizar la obra del soterramiento del ferrocarril Sarmiento, en la que participa su primo, ?ngelo Calcaterra, porque esa obra no se desbloque¨® cuando llegaron esas transferencias, en 2013: estuvo mucho m¨¢s tiempo parada hasta que el macrismo lleg¨® al Gobierno y la reactiv¨® en 2016. El presidente se la jug¨® as¨ª con claridad por su amigo, y desde la Casa Rosada insisten en que todo el caso quedar¨¢ en nada. Aseguran que Arribas est¨¢ tranquilo, indignado con la prensa y dispuesto a dar la batalla. Pero los papeles que prometi¨® tanto ¨¦l como el presidente no llegan.
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