Los dos ¡®Brexit¡¯
El por qu¨¦ de ambos parece conocido: no queremos en casa gente que no sea como nosotros
Hay dos Brexit, uno irritante pero limitado al futuro del Reino Unido y ya veremos cu¨¢nto de Europa. El otro es el disparatado intento de 'Brexit' planetario del presidente Trump, que ese s¨ª que est¨¢ conmoviendo los cimientos de la credulidad, el sosiego y la diplomacia mundiales. El por qu¨¦ de ambos parece conocido: no queremos en casa gente que no sea como nosotros, y a¨²n menos que ninguna instancia internacional nos manduchee. Pero vale la pena excavar por ah¨ª.
La literatura no aparece en los an¨¢lisis pol¨ªticos y es un error porque todo est¨¢ en la literatura. Leyendo a John Galsworthy, novelista ingl¨¦s, Nobel de 1932, y que con su famosa Saga de los Forsyte hizo un retrato de la sociedad de su tiempo, se entienden algunas cosas. El autor consignaba la vida de la clase media alta en la Inglaterra del primer cuarto del siglo pasado. Un pa¨ªs que desconoc¨ªa el t¨¦rmino ¡®multiculturalidad¡¯, donde Bruselas era solo una joya hist¨®rica agrupada en torno a la Grande Place, y los ¨²nicos extranjeros que aparec¨ªan eran franceses cuando los que pod¨ªan se tomaban vacaciones en Par¨ªs, alguna correr¨ªa por el norte de Italia, y m¨¢s raramente, el exotismo espa?ol del que tanto gust¨® ¡®Jorgito Borrow¡¯ unas d¨¦cadas antes. Dickens ya cont¨® sin saberlo la Revoluci¨®n Industrial. Y Galsworthy solo es un caso, Evelyn Waugh, cierto que ya con una diferente e ir¨®nica distancia, habr¨ªa servido para crear un panorama similar apenas unos a?os m¨¢s tarde. Pero no se trata de hacer una traslaci¨®n mec¨¢nica al tiempo contempor¨¢neo, puesto que aquellos que votaron s¨ª al Brexit saben de sobra que ese mundo no puede volver. Pero el poso est¨¢ ah¨ª.
En el ¡¯Brexit¡¯ de Trump un equivalente podr¨ªa ser Sinclair Lewis, tambi¨¦n Nobel y autor de la en su d¨ªa exitosa Main Street. El novelista norteamericano privilegia, sin embargo, una mirada m¨¢s cr¨ªtica sobre esa clase media de la Calle Mayor, que lo ignoraba todo del mundo, as¨ª como cre¨ªa poseerlo todo en su fortaleza urbana. Pero tampoco hace falta que los hoy votantes de Trump y del ¡®no¡¯ a Europa, socialmente m¨¢s del com¨²n que sus antepasados, hubieran le¨ªdo o siquiera supieran que hab¨ªan existido Galsworthy o Lewis, porque son sus leg¨ªtimos descendientes.
?Y hay algo que alumbre al final del camino? Un pasado imperial, sosegado en el convencimiento de s¨ª mismo en el caso brit¨¢nico, y posiblemente a medio cocer en el de los EE UU de los a?os treinta, aunque camino de la hegemon¨ªa mundial. Pierre Bourdieu dijo en una entrevista a este peri¨®dico que para Francia y Espa?a la pertenencia a la CEE era una ¡®nostalgia de imperio¡¯. Europe¨ªsmo para volver a ser, aunque hoy se vea baqueteado por la ampliaci¨®n al Este y la crisis econ¨®mica, pero en el caso del mundo anglosaj¨®n esa ¡®nostalgia de imperio¡¯, con la creciente proyecci¨®n de China, sirve para todo lo contrario; para alejarse en vez de abrazar.
En t¨¦rminos geopol¨ªticos, cabr¨ªa pensar que lo que alienta en todos los ¡®Brexit¡¯ es el temido fin de la dominaci¨®n global de Occidente.
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