El regreso de Marruecos a la Uni¨®n Africana abre una nueva era en el conflicto del S¨¢hara
La entrada de Rabat en un organismo que reconoce a la Rep¨²blica ?rabe Saharaui Democr¨¢tica provoca fr¨¢giles esperanzas
La Uni¨®n Africana, el ¨²nico organismo internacional que reconoce como Estado a la Rep¨²blica ?rabe Saharaui Democr¨¢tica (RASD) ya acept¨® en su seno la semana pasada a Marruecos. Lo hizo por consenso, sin necesidad de que votaran los 54 jefes de Estado, aunque Rabat ya hab¨ªa conseguido la aprobaci¨®n de 39 de ellos. Ahora queda por saber qu¨¦ va a pasar con el conflicto del S¨¢hara Occidental, enquistado desde que en 1976 los espa?oles se marcharan de este territorio al que Marruecos se refiere como sus Provincias del Sur.
El monarca marroqu¨ª Hassan II abandon¨® en 1984 lo que entonces se llamaba la Organizaci¨®n para la Unidad Africana (OUA) porque el resto de pa¨ªses aceptaron en su seno a la RASD. Entretanto sobrevino la guerra entre el Frente Polisario y Rabat. Despu¨¦s se alcanz¨® la paz en 1991 y ambas partes se comprometieron ante la ONU a celebrar un refer¨¦ndum sobre la independencia.
Un cuarto de siglo despu¨¦s la organizaci¨®n del refer¨¦ndum sigue estancada y Mohamed VI ha vuelto a la Uni¨®n Africana. El monarca no solo no reconoce a la RASD, sino que el pasado julio ya advirti¨® en una carta dirigida a la UA, que ¡°cuando un cuerpo est¨¢ enfermo es mejor curarlo en el interior que en el exterior del organismo¡±. Sin embargo, al concluir la cumbre de Ad¨ªs Abeba donde se aprob¨® la inclusi¨®n de Marruecos, Mohamed VI pronunci¨® un discurso conciliador ante los 54 jefes de Estado africanos reunidos en Etiop¨ªa, incluidos el presidente de la RASD y secretario general del Frente Polisario, Brahim Gali. ¡°Lejos de nosotros la idea de suscitar un debate est¨¦ril¡±, indic¨®. ¡°No queremos en absoluto dividir, como algunos querr¨ªan insinuar¡±.
En Marruecos, hasta los pocos medios que se atreven a criticar al Palacio, han saludado la noticia como una gran victoria diplom¨¢tica de Mohamed VI. La mayor¨ªa de los analistas han subrayado que ahora Marruecos podr¨¢ rebatir abiertamente los argumentos que durante 33 a?os esgrimi¨® sin apenas confrontaci¨®n tanto la RASD como Argelia, su gran aliado y rival de Marruecos. Destacan que Marruecos no ha tenido que reconocer las fronteras de la RASD, tal como pretend¨ªa Argelia, Nigeria, Sud¨¢frica y Mozambique, los principales aliados del Frente Polisario.
Marruecos intentar¨¢ expulsar a la RASD de esta organizaci¨®n. Pero eso puede ser arduo, largo y muy complicado Pierre Vermeren, historiador franc¨¦s experto en Marruecos
Desde Argelia, Lounes Guemache, director del medio digital TSA, cree que a partir de ahora Marruecos puede afianzar su posici¨®n en ?frica si se aprovecha de la ¡°debilidad pasajera¡± de la diplomacia argelina, ¡°a causa de la enfermedad del presidente, Abdelaziz Buteflika, quien lleva varios a?os recluido en la casa presidencial y solo sale al extranjero para someterse a cuidados m¨¦dicos. ¡°Si Buteflika hubiera tenido la capacidad de ir a la cumbre de Ad¨ªs Abeba, el rey de Marruecos no habr¨ªa conseguido jam¨¢s lo que consigui¨® la semana pasada. Pero esta situaci¨®n no va a durar mucho tiempo¡±, augura Guemache.
El historiador marroqu¨ª Maati Monjib, uno de los intelectuales m¨¢s cr¨ªticos en Rabat, considera que a corto plazo Marruecos consigue mejorar su imagen en el continente, ya que algunos pa¨ªses subsaharianos consideran que ¡°desprecia¡± a ?frica. ¡°Y tambi¨¦n es posible que Rabat aumente su influencia en el mundo¡±, explica Monjib, ¡°porque la UA puede servirle como trampol¨ªn para erigirse como portavoz de ?frica en el plano internacional¡±.
El historiador franc¨¦s, profesor de la universidad de la Sorbona y especialista en Marruecos, Pierre Vermeren, tambi¨¦n se?ala que a corto plazo Marruecos ha conseguido un ¨¦xito de estima que afianza su estrategia en ?frica frente a sus adversarios. ¡°Pero a medio y largo plazo todo depender¨¢ del expediente del S¨¢hara¡±, advierte Vermeren. ¡°Marruecos intentar¨¢ expulsar a la RASD de esta organizaci¨®n. Pero eso puede ser arduo, largo y muy complicado, seg¨²n Vermeren.
En cuanto a la posibilidad de que la Uni¨®n Africana sirva de techo para acoger un acuerdo en el que la ONU permanece estancada, ah¨ª hay visiones antag¨®nicas. Maati Monjib estima que la Uni¨®n Africana puede plantear dentro de cinco o diez a?os una soluci¨®n aceptable para las dos partes, algo semejante a una confederaci¨®n. Vermeren, sin embargo, indica que el problema ha de tratarse en el Consejo de Seguridad y ante el secretario general de la ONU ¡°y ah¨ª no son los pa¨ªses africanos quienes priman¡±. ¡°Por otra parte¡±, asume Vermeren, ¡°Si la UA alcanzara un acuerdo eso podr¨ªa satisfacer a la ONU. Todo depende de la resistencia de Argelia y su capacidad para consolidar una minor¨ªa de bloqueo en la UA¡±.
El argelino Lounes Guemache se muestra pesimista. ¡°Mientras Marruecos siga estando apoyado por Francia, Espa?a y la Uni¨®n Europea, no veo c¨®mo la Uni¨®n Africana podr¨ªa imponer la ¨²nica soluci¨®n seria: un refer¨¦ndum de autodeterminaci¨®n¡±.
Por su parte, el coordinador del Frente Polisario ante la Misi¨®n de las Naciones Unidas para el refer¨¦ndum del S¨¢hara Occidental (Minurso), Uld Jadad, cree que Marruecos solo tiene dos caminos en ?frica: ¡°Adoptar el perfil conciliador que el rey adopt¨® en el discurso del 31 de enero o bien, empezar ya a dividir la Uni¨®n Africana intentando expulsar a la RASD¡±. Las dos v¨ªas tendr¨ªan costes ante la opini¨®n p¨²blica marroqu¨ª, explica Jadad en conversaci¨®n telef¨®nica desde los campamentos de refugiados saharauis de Tinduf, en Argelia.
¡°El discurso conciliador se debi¨® a que la mayor¨ªa de los pa¨ªses le han pedido a Marruecos que se eviten las divisiones¡±, contin¨²a Jadad. ¡°Pero es muy probable que, una vez formalizado su regreso a la organizaci¨®n, Marruecos intente cambiar el acta constitutiva de la Uni¨®n Africana, que impide expulsar a un miembro¡±, afirma Jadad. ¡°Y una vez cambiada el acta tendr¨¢ que conseguir que la aprueben dos tercios de los pa¨ªses miembros. Eso es un recorrido largo, de dos a?os como m¨ªnimo. Y mientras tanto, Marruecos tendr¨¢ que acostumbrarse a convivir con la RASD, con el desgaste que eso puede implicar ante la opini¨®n p¨²blica marroqu¨ª, porque Marruecos siempre ha dicho que la RASD no exist¨ªa¡±.
En medio de las desavenencias innegables entre Marruecos y Argelia, tambi¨¦n hay quienes ven un nuevo espacio de colaboraci¨®n entre ambos en la Uni¨®n Africana. Pierre Vermeren considera que en ?frica se est¨¢n atisbando problemas de tal envergadura que pueden llevar a Rabat y a Argel a trabajar juntos. Ese es el caso de la amenaza yihadista sobre el Magreb. ¡°Por no hablar de Libia y de la fragilidad de algunos de los Estados m¨¢s extensos del continente y de la marea demogr¨¢fica que sube hacia el sur del S¨¢hara y amenaza el norte de ?frica¡±, concluye Vermeren.
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