Kim Jong-nam, una vida y una muerte de pel¨ªcula

Su vida ha sido tan novelesca como su muerte. Fruto en 1971 de la relaci¨®n extramarital de su padre con la actriz Song Hae-rim, entonces casada, pas¨® sus primeros a?os a cargo de su abuela. Kim Jong-il quer¨ªa ocultarle para no incurrir en la ira del fundador de la dinast¨ªa, Kim Il-sung, que desaprobaba ese romance. Apenas ve¨ªa a su padre. Fue enviado a estudiar primero a Suiza, y despu¨¦s a Mosc¨². All¨ª aprendi¨® a desenvolverse en ingl¨¦s y franc¨¦s, y a disfrutar de lo que ¨¦l llamaba ¡°la libertad¡± y otros, ¡°la buena vida¡±. Su gusto por la vida nocturna proviene de entonces.

Finalmente, ante las noticias de comportamiento escandaloso que llegaban de Europa, el joven Kim fue llamado de regreso a Corea del Norte. All¨ª se convirti¨®, durante un tiempo, en el ojo derecho de su padre e incluso el favorito para la futura sucesi¨®n. Hasta que Kim Jong-il empez¨® a prestar m¨¢s atenci¨®n a sus hijos menores, Kim Jong-chul -un guitarrista de talento y descartado como heredero por unos gustos que su padre consideraba demasiado afeminados- y Kim Jong-un.

Su ca¨ªda definitiva en desgracia lleg¨® en 2001: fue sorprendido con un pasaporte dominicano falso mientras intentaba entrar en Jap¨®n, acompa?ado de dos mujeres y un ni?o. Seg¨²n cont¨® a los funcionarios de inmigraci¨®n nipones, quer¨ªa que su hijo viera Disneylandia en Tokio. El ¡°Querido L¨ªder¡± estall¨® en furia.

Dos a?os m¨¢s tarde, Jong-nam se traslad¨® a Macao, la ciudad donde pasar¨ªa la mayor parte de su tiempo hasta su muerte. Mujeriego (se le conocen dos esposas y diversas amantes) y gustador de los casinos, siempre sostuvo que no ten¨ªa ning¨²n inter¨¦s en intervenir en la pol¨ªtica de su pa¨ªs. Prefer¨ªa su ¡°libertad¡±, seg¨²n declar¨® al periodista japon¨¦s Yoji Gomi, a quien conoci¨® casualmente en un aeropuerto y al que cont¨® ampliamente su vida en una serie de correos electr¨®nicos y dos entrevistas.

Pero en sus comentarios a Gomi y a otros medios, Jong-nam tambi¨¦n hab¨ªa expresado su oposici¨®n al sistema din¨¢stico implantado en su pa¨ªs. Consideraba imprescindible realizar reformas para que Corea del Norte pudiera subsistir, pero tambi¨¦n opinaba que las reformas supondr¨ªan necesariamente la ca¨ªda de la dinast¨ªa. Su hermano Jong-un -cre¨ªa-, era solo una marioneta en manos de otros m¨¢s poderosos.

Esos comentarios representaron el fin de la asignaci¨®n que recib¨ªa en el exilio desde Corea del Norte, y pudieron tambi¨¦n suponer su condena a muerte. En 2012, seg¨²n los servicios secretos surcoreanos, Kim Jong-un emiti¨® una orden permanente para ejecutarle. Un agente norcoreano desertor reconoci¨® que hab¨ªa llegado a iniciar una trama para matarle en un atropello. Aquel plan acab¨® en nada, pero las amenazas debieron ser lo suficientemente fuertes como para llevar a Jong-nam de escribir a su hermano para pedir clemencia.

Sin ¨¦xito, aparentemente. La trama, con ecos de las actividades de espionaje de la Guerra Fr¨ªa, es digna de una pel¨ªcula de Jason Bourne. En torno a las ocho de la ma?ana del lunes 13, Kim esperaba en el vest¨ªbulo de la terminal del aeropuerto internacional de Kuala Lumpur para tomar un vuelo que le llevara de regreso a Macao, donde resid¨ªa. Dos mujeres j¨®venes, una de ellas vestida con una camiseta blanca de manga larga y las letras LOL, se le acercaron y le rociaron la cara con un l¨ªquido.

Mientras las supuestas asesinas hu¨ªan en taxi, el hermano mayor de Kim Jong-un a¨²n alcanzaba a pedir ayuda en el mostrador de informaci¨®n y explicar confusamente lo que le hab¨ªa sucedido. Ya en la cl¨ªnica del aeropuerto empezaba a sufrir convulsiones. Dos horas despu¨¦s del supuesto ataque, en la ambulancia de camino al hospital, hab¨ªa muerto.

Los servicios secretos surcoreanos acusaron de inmediato a agentes de Corea del Norte de estar detr¨¢s del asesinato.

La primera detenci¨®n se anunci¨® el mi¨¦rcoles: la joven de la camiseta hab¨ªa sido arrestada cuando intentaba salir del pa¨ªs con un pasaporte vietnamita. Su compa?era, de nacionalidad indonesia, Siti Aisha, y el novio de ¨¦sta, ciudadano malasio, cayeron en manos de la polic¨ªa un d¨ªa despu¨¦s. Aisha, seg¨²n el jefe de la Polic¨ªa indonesia, ha contado que cre¨ªa de buena fe haber estado participando en un programa de telerrealidad con c¨¢maras ocultas.

Este s¨¢bado, por primera vez, se ha dado a conocer la detenci¨®n de un ciudadano norcoreano, identificado como Ri Jong-chol, de 46 a?os.

Corea del Norte ha reclamado el cuerpo. Pero no ha divulgado a sus ciudadanos la muerte, ocurrida apenas tres d¨ªas antes de los festejos por el aniversario del nacimiento de Kim Jong-il.

El suceso amenaza con convertirse en una verdadera disputa diplom¨¢tica entre Kuala Lumpur y Pyongyang. Malasia reclama, para devolver el cuerpo, que se le entreguen muestras de ADN de los familiares de Kim. Corea del Norte ha declarado que no reconocer¨¢, cuando se anuncien, los resultados de la autopsia que los forenses malasios han practicado al cad¨¢ver. Fue, sostiene el embajador Kang Chol, ¡°practicada sin nuestro permiso y sin que estuvi¨¦semos presentes¡±.