Los fieles arropan al presidente Trump: ¡°Vamos a levantar un muro como la muralla china¡±
Los seguidores del mandatario se api?an con su l¨ªder frente a la ola de cr¨ªticas
Charlie Wilson es un americano cl¨¢sico. Un jubilado de 77 a?os que vive su retiro en la pl¨¢cida Florida, trabaj¨® para el Ej¨¦rcito como operador de radares durante la Guerra Fr¨ªa, admira la riqueza cultural de Europa ¡ª¡°Estuve en Barcelona. Oh, c¨®mo me gust¨® Mir¨®¡±¡ª y cree que un pa¨ªs se debe gestionar como una empresa. ¡°Tenemos una deuda de 20 trillones, que son 70.000 d¨®lares por ciudadano contando ni?os y beb¨¦s. Gastamos demasiado en programas p¨²blicos. Necesit¨¢bamos un hombre de negocios como Donald Trump¡±, opin¨® el s¨¢bado en la fila de entrada al mitin en Florida del nuevo presidente de EE UU.
El punto de vista de Wilson es el del republicano tradicional que sintoniza con Trump, sobre todo, en lo econ¨®mico. Tambi¨¦n apoya su posici¨®n frente a la inmigraci¨®n ilegal ¡ª¡°Es bueno asegurarse de que no entren los malos¡±¡ª, aunque sin su ret¨®rica xen¨®foba, con realismo y empat¨ªa de patr¨®n: ¡°Necesitamos a los inmigrantes. Los mexicanos trabajan duro¡±. Pero, como buen americano que aprendi¨® a temer a Mosc¨², lo desconcierta su relaci¨®n con Putin. ¡°Es un tipo muy listo y sabe muy bien lo que quiere. Espero que el presidente sea sensato¡±, dijo Wilson, de pantal¨®n corto y con una camiseta de La guerra de las galaxias.
La fila bajo el sol de Florida era larga. Se estima que entraron al mitin 9.000 personas. La mayor¨ªa, adultos blancos de clase media, el sector mayoritario de los 62 millones de votos de Trump, mezcla de conservadores de la vieja escuela y nueva derecha populista, los que abrazan su faceta m¨¢s radical.
¡°Lo mejor es el muro que vamos a levantar en la frontera con M¨¦xico¡±, dijo exultante Margie Soyers, una neoyorquina de 68 a?os. ¡°Va a ser como la muralla china. Me lo imagino majestuoso, alto y [sonri¨®] probablemente electrificado¡±. Por la otra orilla de la calle pasaron unos manifestantes contrarios a Trump. ¡°?Est¨¢is llenos de odio!¡±, les grit¨® un trumpista. ¡°?Antiamericanos!¡±, grit¨® Soyers.
La divisi¨®n pol¨ªtica, azuzada por Trump con sus mensajes contra los liberales y los medios, es el esp¨ªritu actual de EE UU, con un 55% de desaprobaci¨®n a su labor, seg¨²n datos de Gallup, la peor valoraci¨®n de un presidente americano a estas alturas de mandato. Entre los suyos hay quienes gozan de la crispaci¨®n nacional y otros que la lamentan. ¡°Es nuestro principal problema¡±, dijo con fastidio Peter Gerstenberger, un ingeniero de 53 a?os. ¡°La triste iron¨ªa de los ochos a?os de Obama es que se supon¨ªa que unir¨ªa a blancos, negros y dem¨¢s minor¨ªas y en vez de eso veo el pa¨ªs m¨¢s dividido que nunca¡±. Llevaba gafas, coleta y una camiseta que dec¨ªa: ¡°Amor y guerra en Texas¡±.
Atemperados o furibundos, los seguidores de Trump se mostraban satisfechos con su primer mes en la Casa Blanca. Repet¨ªan que est¨¢ ¡°cumpliendo sus promesas¡± y cargaban culpas en Obama y en la prensa. ¡°Los medios est¨¢n pagados para decir cosas malas del se?or Trump¡±, dijo con suavidad Cecile Bennett, de 70 a?os, amiga de la en¨¦rgica Soyers. Cuando eran j¨®venes, las dos votaron por el dem¨®crata John F. Kennedy, pero hoy son fieles a Trump.
¡°Dios lo puso ah¨ª para nosotros. Rezo por el cada d¨ªa¡±, exclam¨® con esfuerzo la anciana Betty Grover, de 93 a?os, en silla de ruedas y acompa?ada por su hija Frida Hartman, de 70, que afirm¨®: ¡°Lo que m¨¢s me ha gustado hasta ahora es la orden de frenar el influjo de inmigrantes de pa¨ªses terroristas¡±, y opin¨® tambi¨¦n que Obama era el responsable de la divisi¨®n social. ¡°Mira lo que hizo con los polic¨ªas, poni¨¦ndose del lado de Black Lives Matter [movimiento surgido por la violencia policial contra los afroamericanos]. Yo no tengo nada contra los negros, pero creo en nuestros agentes. Est¨¢n aqu¨ª para protegernos a todos¡±.
Su madre segu¨ªa atenta sus palabras. ¡°Ella siempre ha sido muy pol¨ªtica¡±, coment¨® Hartman. En 1935 fue por primera vez a un mitin, del presidente Franklin D. Roosevelt en Kansas, su estado de origen. La nonagenaria se?ora Grover record¨® su vieja Am¨¦rica y dijo con voz correosa: ¡°Nada nos daba miedo¡±.
En unos minutos estar¨ªan escuchando el verbo incendiario del presidente Trump, el hombre que les ha prometido ¡°Hacer Am¨¦rica grande otra vez¡±.
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