Schulz gira a la izquierda para recuperar antiguos votantes socialdem¨®cratas
El candidato del SPD admite ¡°errores¡± en el programa de reformas impulsado por Schr?der
Martin Schulz contin¨²a revolucionando el panorama pol¨ªtico alem¨¢n. Despu¨¦s de pulverizar todas las encuestas, el nuevo baluarte de la esperanza socialdem¨®crata gira a la izquierda. En un intento de recuperar votantes tradicionales decepcionados por la deriva liberal de su partido, Schulz prepara un programa con fuerte contenido social. Y rompe un tab¨² al criticar las reformas emprendidas por el ¨²ltimo canciller del SPD, Gerhard Schr?der. ¡°Tambi¨¦n nosotros cometemos errores¡±, reconoce. Unos fallos que, dice, ahora pretende remediar. Las acusaciones de ¡°socialpopulismo¡± no han tardado.
La Agenda 2010, la profunda reforma del Estado del bienestar alem¨¢n impulsada en 2003 por Schr?der, es la gran herida del Partido Socialdem¨®crata (SPD). Una herida a¨²n no cicatrizada. Lo que algunos ven como el factor que permiti¨® a Alemania dejar de ser ¡°el enfermo de Europa¡± y reforzar su potencia econ¨®mica constituy¨®, seg¨²n los cr¨ªticos, el certificado de defunci¨®n de la socialdemocracia. Fue entonces, argumentan los opositores al plan de Schr?der, cuando el gran partido de los trabajadores dej¨® de preocuparse por las clases populares, aquellos que en Alemania llaman ¡°la gente peque?a¡±.
Schulz quiere cortar de ra¨ªz esta idea; y de paso recuperar a los votantes que han huido a la izquierda poscomunista de Die Linke o a la derecha nacionalista y xen¨®foba de Alternativa para Alemania (AfD). El candidato a canciller en las elecciones de septiembre y futuro l¨ªder del partido se sit¨²a en un punto intermedio entre defensores y enemigos de la Agenda 2010. No invalida al 100% lo que hicieron sus antecesores. Pero s¨ª reconoce excesos que han contribuido a deshilachar el tejido social. Y quiere ponerles remedio.
En un discurso pronunciado el lunes, Schulz puso algunos ejemplos. Mencion¨® a un hombre con el que coincidi¨® y que, tras 50 a?os trabajando, teme caer al borde de la pobreza si pierde su empleo. ¡°Pido respeto para los que han prestado un servicio a nuestro pa¨ªs durante toda su vida¡±, asegur¨®.
El ascenso del SPD golpea tambi¨¦n a los ultras de AfD
La demoscopia va camino de convertirse en una profesi¨®n de alto riesgo en Alemania. No hay d¨ªa que las encuestas no den una nueva sorpresa. El domingo fue el Bild am Sonntag el que daba la primicia: por primera vez en m¨¢s de una d¨¦cada, los socialdem¨®cratas capitaneados por Martin Schulz, con una intenci¨®n de voto del 33%, adelantaban por un punto a la CDU de Angela Merkel. El martes, sin embargo, otro estudio mostraba un ligero descenso del SPD. Al margen de los vaivenes del d¨ªa a d¨ªa, la tendencia desde la coronaci¨®n de Schulz hace un mes es clara: subida espectacular del SPD, tendencia a la baja de la CDU, e importantes retrocesos de verdes y de la ultraderecha antiinmigraci¨®n de Alternativa para Alemania (AfD).
Las peleas internas, el discurso de un l¨ªder con reminiscencias neonazis o la aparici¨®n de un candidato con posibilidades de disputar la Canciller¨ªa a Merkel parecen estar restando fuerzas a los ultraconservadores, que hace unos meses llegaban al 15% y ahora rondan el 11%. Su l¨ªder Frauke Petry se enfrenta a una nueva pol¨¦mica tras conocerse que viaj¨® a Rusia para entrevistarse con l¨ªderes cercanos al presidente Vlad¨ªmir Putin.
Para ahuyentar el miedo de ¡°la gente peque?a¡±, el nuevo hombre fuerte del SPD tiene varias propuestas. Como alargar el tiempo en el que un desempleado recibe el subsidio antes de pasar al seguro para los parados de larga duraci¨®n, que tan solo cubre las necesidades b¨¢sicas. Tambi¨¦n quiere asegurar un nivel m¨ªnimo de jubilaci¨®n. Y poner coto a los contratos temporales. Son por ahora solo brochazos. Schulz no ha puesto n¨²meros a sus planes, pero s¨ª marca una l¨ªnea clara de la campa?a que planea.
Los socialdem¨®cratas se preparan para reconquistar la Canciller¨ªa con la bandera de la justicia social. Est¨¢ por ver si logran imponer su discurso en la campa?a tras una legislatura dominada casi obsesivamente por asuntos como los refugiados, la inmigraci¨®n y la seguridad. ¡°Hay que esperar y ver en qu¨¦ se sustancian estas promesas. Si se trata de un cambio de pol¨ªtica real o tan solo de un arma electoral. El SPD se peg¨® un tiro en la cabeza con la Agenda 2010. Si ahora los electores creen que le da la vuelta solo para ganar votantes perdidos, puede ser a¨²n peor¡±, se?ala al tel¨¦fono Christian Bommarius, comentarista del Berliner Zeitung.
Las cr¨ªticas al discurso de Schulz han sido inmediatas. Y en ellas se mezclan las que llegan del establishment econ¨®mico del pa¨ªs, convencido de que las reformas de la Agenda 2010 han sido la llave del nuevo milagro alem¨¢n, y las procedentes de la Uni¨®n Cristianodem¨®crata (CDU), cada vez m¨¢s nerviosa por un rival que se acerca a pasos de gigantes. Algunas encuestas ya colocan al SPD por delante de los de Merkel.
La patronal alemana reprocha a Schulz lanzar propuestas ¡°sin conocimiento de las cifras o de la situaci¨®n jur¨ªdica actual¡±. El ministro de Hacienda, Wolfgang Sch?uble, ya hab¨ªa acusado al socialdem¨®crata de pintar una situaci¨®n social catastr¨®fica e incluso lleg¨® a compararlo con el populismo del presidente de EE UU, Donald Trump. Mientras, los sindicatos y Die Linke aplauden el nuevo discurso del SPD. El apoyo de este partido es importante, porque la ¨²nica opci¨®n realista para Schulz de llegar a la Canciller¨ªa ser¨¢ a trav¨¦s de un tripartito con verdes y poscomunistas.
Con su nueva propuesta, Schulz se sit¨²a a medio camino entre la deriva izquierdista de l¨ªderes como el laborista brit¨¢nico Jeremy Corbyn y social-liberales como el franc¨¦s Emmanuel Macron. La apuesta es arriesgada. Porque ser¨¢ dif¨ªcil ganar de nuevo la confianza de aquellos que culpan al SPD de la creciente desigualdad. Pero Schulz tiene una ventaja frente a los rivales de Merkel en las dos ¨²ltimas elecciones. ?l, que se ha pasado las dos ¨²ltimas d¨¦cadas en el Parlamento Europeo y cuya ¨²nica experiencia de Gobierno es el de una ciudad de 40.000 habitantes, puede argumentar que no colabor¨® con Schr?der y que no ha participado en las dos grandes coaliciones dirigidas por Merkel. Schulz es libre para presentarse como la nueva socialdemocracia libre de pecado.
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