La frontera invisible de Irlanda amenaza con volver
El pa¨ªs teme que la separaci¨®n por el 'Brexit' reavive las tensiones con el Ulster brit¨¢nico
Hay un lugar en Europa donde el concepto de frontera se ha enterrado deliberadamente. Nada en la moderna autopista que une la localidad de Dundalk (Irlanda) con Newry (Irlanda del Norte, territorio de Reino Unido) indica al visitante que ha cruzado a otro pa¨ªs. No hay carteles ni banderas que informen de la llegada a suelo brit¨¢nico. Solo las distancias expresadas en millas, en lugar de kil¨®metros, y algunos anuncios de oficinas de cambio de moneda (de euros a libras y viceversa) ofrecen pistas al viajero avezado. Desde hace algunos meses, un nuevo reclamo alerta de posibles cambios en esta pac¨ªfica ruta. ¡°No a una frontera de la UE en Irlanda¡±, reza un cartel situado en territorio fronterizo. Un buen resumen de los miedos que el Brexit ha reinstaurado en la sociedad irlandesa, la m¨¢s expuesta a las turbulencias de sus vecinos brit¨¢nicos.
Desde el refer¨¦ndum del 23 de junio, el t¨¦rmino frontera ha regresado con fuerza a las conversaciones diarias de los irlandeses y de sus hermanos del norte. Cuando Reino Unido abandone la UE, esa l¨ªnea invisible de 499 kil¨®metros que cada d¨ªa atraviesan unas 40.000 personas se convertir¨¢ en frontera exterior de la UE. Tambi¨¦n en el ¨²nico paso terrestre entre dominios brit¨¢nicos y comunitarios. El Gobierno irland¨¦s, una buena parte del Ulster (la regi¨®n donde se ubica Irlanda del Norte) y las diferentes voces de la sociedad civil consultadas para este reportaje ¨Corganizado por la Administraci¨®n irlandesa y al que ha sido invitado EL PA?S- exigen ¡°soluciones imaginativas¡± para evitar muros entre dos territorios donde a¨²n anida el resentimiento.
M¨¢s que el impacto econ¨®mico, los habitantes de la isla temen retroceder en el tiempo hasta retomar la espiral de violencia. Porque la frontera entre Irlanda e Irlanda del Norte fue escenario de enfrentamientos entre republicanos cat¨®licos (partidarios de unirse a la Administraci¨®n de Dubl¨ªn) y unionistas protestantes (defensores de la hegemon¨ªa brit¨¢nica) hasta hace apenas 20 a?os. ¡°Aunque haya una mera presencia de agentes de aduanas, eso dar¨¢ un pretexto a los que no aceptaron el Acuerdo de Viernes Santo [1998] a actuar de nuevo¡±, presagia Eugene Reavey, que perdi¨® a tres hermanos en 1976 por un ataque de las fuerzas paramilitares protestantes.
El 56% de los brit¨¢nicos del norte de la isla votaron a favor de la UE
El caso de Reavey ilustra bien c¨®mo han ido cicatrizando las heridas desde Los Problemas (t¨¦rmino eufem¨ªstico que alude a la violencia que caracteriz¨® el periodo entre 1970 y finales de los noventa y que se cobr¨® 3.500 vidas) hasta hoy. Como respuesta al asesinato de esos tres j¨®venes, el IRA (que tom¨® las armas en 1969 para defender los derechos de los cat¨®licos y la reunificaci¨®n con el resto de Irlanda) asesin¨® a 10 obreros protestantes. Lejos de consumirse en el odio, Reavey participa hoy en iniciativas de paz.
El Gobierno irland¨¦s invoca estos ejemplos para que sus socios europeos acepten un acuerdo ad hoc entre Irlanda y Reino Unido tras el Brexit. ¡°La Uni¨®n Europea ha desempe?ado un papel vital en el proceso de paz en Irlanda. Para mantenerlo, es absolutamente esencial que haya una frontera invisible¡±, clama Charlie Flanagan, ministro irland¨¦s de Exteriores. Para convencer a sus colegas de que otorguen ese estatus especial al territorio norirland¨¦s, Flanagan ha mantenido ya hasta 80 entrevistas con sus diferentes hom¨®logos en la UE.
La situaci¨®n es bien parad¨®jica: Irlanda elogia hasta la saciedad la contribuci¨®n europea a su prosperidad y a los acuerdos de paz, inimaginables ¨Cdicen sus dirigentes- sin la pertenencia de Londres y Dubl¨ªn al club comunitario. Y pese a que fueron sus vecinos brit¨¢nicos los que decidieron separarse de la UE ¨Csin que les frenaran las enormes consecuencias que tendr¨ªa en una parte de su propio territorio-, la presi¨®n recae ahora en Bruselas para que acepte un tratamiento especial a la isla en la relaci¨®n futura entre Europa y Reino Unido. El primer ministro irland¨¦s, Enda Kenny, ha insistido este jueves en rechazar lo que todos denominan frontera dura: ¡°No deber¨ªamos volver a eso. Lo mejor ser¨ªa mantener con Reino Unido una relaci¨®n tan estrecha como la de ahora¡±, pidi¨® tras entrevistarse en Bruselas con el presidente de la Comisi¨®n Europea, Jean-Claude Juncker. Nadie es capaz de aventurar c¨®mo lograrlo una vez Londres abandone el mercado ¨²nico.
M¨¢s pasaportes irlandeses
El peso del Brexit recaer¨¢ especialmente sobre los j¨®venes transfronterizos. Un grupo de estudiantes irlandeses y norirlandeses reciben a los periodistas en una sala presidida por un crucifijo cat¨®lico en el Ayuntamiento de Louth ¨Cel condado m¨¢s castigado durante los a?os de violencia- para explicar sus inquietudes. Ninguno de ellos pudo votar en el refer¨¦ndum, que en Irlanda del Norte se sald¨® con un respaldo del 56% a la permanencia en la UE (en n¨²meros absolutos, apenas 350.000 electores votaron por la salida en un territorio de 1,8 millones de personas). ¡°Nos preocupa mucho perder las becas Erasmus, esa gran oportunidad de estudiar en otro pa¨ªs¡±, lamenta Cheyenne Volders, que naci¨® en B¨¦lgica y ahora viaja con frecuencia a Espa?a porque sus padres, como tantos otros brit¨¢nicos, residen en M¨¢laga.
La solicitud de pasaportes irlandeses ha crecido un 75% desde el refer¨¦ndum
Algunos de estos j¨®venes se sienten aliviados por tener pasaporte irland¨¦s. Dubl¨ªn reconoce el derecho de ciudadan¨ªa a los habitantes del norte. Medio mill¨®n ya lo poseen, aunque para otros con fuerte identidad brit¨¢nica puede resultar inc¨®modo solicitarlo. Pese a todo, Irlanda tiene grandes probabilidades de crecer por encima de sus actuales 4,7 millones de habitantes a cuenta del Brexit. Desde el refer¨¦ndum de junio, la solicitud de pasaportes ha crecido un 75%, seg¨²n datos oficiales.
Vacas que pastan en los dos pa¨ªses
La marcha de Reino Unido impone un desaf¨ªo gigantesco a la econom¨ªa irlandesa, muy entrelazada con la brit¨¢nica. Un 40% de las exportaciones agr¨ªcolas de la isla ¡ªdependiente del campo, pero tambi¨¦n de la masiva implantaci¨®n de gigantes tecnol¨®gicos en su territorio¡ª van a parar a Reino Unido.
El caso de la empresa lechera Lac Patrick, surgida de la fusi¨®n entre cooperativas de Irlanda del Norte y del sur, ilustra bien las dificultades. Sus vacas pastan en ambos territorios, el 80% de la leche proviene de zonas del Ulster, aunque la firma est¨¢ radicada en Irlanda. Y m¨¢s de dos tercios de la producci¨®n se exporta gracias a los acuerdos de libre comercio que tiene firmados de la UE. ?C¨®mo desenredar esa madeja cuando Reino Unido abandone el club? ¡°Si no hay alg¨²n tipo de acuerdo comercial, esto va a ser una calamidad¡±, concluye en¨¦rgico el presidente de la firma, Gabriel D¡¯Arcy.
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