La muerte in¨²til de la ecologista hondure?a Berta C¨¢ceres
Un a?o despu¨¦s de su asesinato el proyecto hidroel¨¦ctrico que le cost¨® la vida sigue en manos de la empresa de donde salieron los asesinos, los autores intelectuales no han sido capturados y Honduras es el pa¨ªs m¨¢s peligroso del mundo para los ecologistas
![Jacobo Garc¨ªa](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fauthor-service-images-prod-us-east-1.publishing.aws.arc.pub%2Fprisa%2F36efd8ae-2403-4586-9fca-4060f01ce920.png?auth=7c0a8cb627070c6482e6ce4f81a25a538c2a5ca7cc0d148eb6e2b71c4fd77371&width=100&height=100&smart=true)
![Manifestaci¨®n en Tegucigalpa en recuerdo de Berta C¨¢ceres](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/WQTHYAFAZGRKFZVJVGKP32QH24.jpg?auth=ee8aec35a700a66d8748ea7efcad53f3924d39ecc684c5cc2615abd9765d6a60&width=414)
A las 23:40 del 2 de marzo de hace un a?o, dos asesinos le metieron tres tiros en el abdomen a Berta C¨¢ceres.
La conmoci¨®n mundial fue un¨¢nime. Un a?o antes, en abril de 2015, la ecologista hondure?a hab¨ªa recibido el Goldman Environmental Prize, el Nobel verde, y tras su fallecimiento Estados Unidos, la ONU y hasta el Vaticano exigieron el esclarecimiento del caso. Berta C¨¢ceres pas¨® entonces a ser un s¨ªmbolo de defensa de la tierra en un pa¨ªs donde los h¨¦roes se cuentan por muertos.
Sin embargo, un a?o despu¨¦s, los lamentos y la conmoci¨®n por su muerte han servido de poco. El proyecto hidroel¨¦ctrico que le cost¨® la vida sigue en manos de DESA, la sospechosa empresa de donde salieron los asesinos, los autores intelectuales de su muerte no han sido capturados y, con 123 activistas asesinados en los ¨²ltimos 6 a?os, Honduras sigue siendo el pa¨ªs m¨¢s peligroso del mundo para los defensores de la tierra.
Un a?o despu¨¦s de la muerte de Berta C¨¢ceres hay ocho detenidos y la investigaci¨®n indica que el homicidio fue ordenado por el gerente de DESA
Paralelamente el asesinato de C¨¢ceres ha revelado los profundos v¨ªnculos entre un pu?ado de familias hondure?as, el ej¨¦rcito, el partido en el gobierno y varios megaproyectos hidroel¨¦ctricos en marcha.
Concretamente la construcci¨®n de la presa hidroel¨¦ctrica Agua Zarca, un gigantesco proyecto que vaciaba el r¨ªo Gualcarque, sagrado para los ind¨ªgenas y contra el que se moviliz¨® C¨¢ceres, sigue en manos de la compa?¨ªa Desarrollos Energ¨¦tico SA (DESA) propiedad de la poderosa familia Atala presidida por Roberto David Castillo Mej¨ªa, exagente de inteligencia militar y empleado de la empresa energ¨¦tica estatal de Honduras.
Aunque inversores holandeses y finlandeses y la empresa p¨²blica china Sinohydro anunciaron ambiguamente su retirada del proyecto debido al reguero de muertos que provocaba, la concesi¨®n se mantiene intacta en manos de los Atala a pesar de los nexos entre altos cargos de la empresa y la muerte de la ecologista.
Un a?o despu¨¦s de la muerte de Berta C¨¢ceres hay ocho detenidos y la investigaci¨®n indica que el homicidio fue ordenado por el gerente de DESA, Sergio Ram¨®n Rodr¨ªguez Orellana, tambi¨¦n miembro retirado de los servicios de inteligencia militar, harto de la mujer que hab¨ªa levantado a los lencas contra la hidroel¨¦ctrica.
![Gustavo Castro](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/F4ZO65T2QRF4XTHOZGFT6M6CDU.jpg?auth=615467b4219ba176c12e8c2d6c053cb57a04dc8ce98b1c727c46a0833c957714&width=414)
Sin embargo, todos esos expertos militares fueron incapaces de ejecutar ¡®limpiamente¡¯ la operaci¨®n.
La noche del 2 de marzo, cuando dos hombres bajaron de un Volkswagen gris y entraron en la casa, descubrieron que en la habitaci¨®n de al lado hab¨ªa otro hombre; Gustavo Castro. Castro hab¨ªa llegado el d¨ªa anterior desde M¨¦xico donde dirige la organizaci¨®n Otros Mundos Chiapas. Eran viejos amigos que se hab¨ªan ido a dormir despu¨¦s de echar un cigarro en el porche de la modesta casa de Berta C¨¢ceres en La Esperanza.
Cuando el asesino le dispar¨® a bocajarro le roz¨® la oreja y s¨®lo le hizo un rasgu?o pero empez¨® a sangrar abundantemente y el sicario huy¨® del lugar pensando que estaba muerto.
¡°Detr¨¢s de la muerte de Berta est¨¢n las elites econ¨®micas de Honduras que son las m¨¢s interesadas en mantener esos proyectos que amenazan las comunidades ind¨ªgenas. A medida que se han visto los v¨ªnculos con el ej¨¦rcito se ha opacado m¨¢s la investigaci¨®n¡± explica Castro a EL PA?S desde Barcelona el ¨²nico testigo del asesinato, discretamente alejado de los reflectores por temor a las amenazas recibidas.
Seg¨²n las investigaciones el gerente de DESA pidi¨® ayuda a uno de sus jefes de seguridad para que organizara el homicidio, en concreto al teniente retirado Douglas Geovanny Bustillo, a quien C¨¢ceres ya hab¨ªa denunciado p¨²blicamente por amenazas.
¡°Detr¨¢s de la muerte de Berta est¨¢n las elites econ¨®micas de Honduras que son las m¨¢s interesadas en mantener esos proyectos que amenazan las comunidades ind¨ªgenas
¡°S¨®lo se ha detenido a cargos intermedios mientras que los culpables de ordenar el asesinato de mi madre siguen en la calle. No se han investigado las causas que provocaron su muerte¡± denuncia la hija de C¨¢ceres, Berta, de 25 a?os, en EL PA?S
Paralelamente no ha cesado el acoso a los ambientalistas.
"El mensaje es claro: si tu labor de derechos humanos molesta a los que tienen el poder, te matar¨¢n" dijo Erika Guevara?Rosas, directora para Am¨¦ricas de Amnist¨ªa Internacional (AI).
Para la organizaci¨®n Global Witness ¡°la reacci¨®n inicial de las autoridades fue lamentable trataron de encubrirlo como un crimen pasional y luego como un pleito dentro de la organizaci¨®n¡± explica desde Londres Ben Leather, responsable para Am¨¦rica Latina de la organizaci¨®n.
¡°Exigimos al gobierno lograr la detenci¨®n de quienes ordenaron estos ataques y que pongan en marcha un plan para la defensa de los ecologistas¡± exigi¨® Leather. Global Witness ha documentado al menos 123 muertes de defensores de la tierra desde 2010 y dijo que es el pa¨ªs m¨¢s peligroso del mundo para los defensores de la tierra.
Desde que Berta C¨¢ceres fue asesinada, un grito de ira se repite en cada manifestaci¨®n de protesta: ¡°Berta C¨¢ceres no muri¨®, se multiplic¨®¡±. Sin embargo, un a?o despu¨¦s, tambi¨¦n se han multiplicado los intentos por normalizar la muerte de un ecologista cada 15 d¨ªas.
¡°El juicio es una farsa¡±
Seg¨²n las investigaciones el gerente de la empresa DESA pidi¨® ayuda a uno de sus jefes de seguridad para que organizara el homicidio, en concreto al teniente retirado Douglas Geovanny Bustillo. A su vez, Bustillo recurri¨® a otro amigo de los cuarteles, el mayor Mariano D¨ªaz Ch¨¢vez, instructor de la Polic¨ªa Militar y miembro de las Fuerzas Especiales, para que contratara a los sicarios. Al ¨²ltimo de ellos lo capturaron en enero en una peluquer¨ªa de Reynosa, Tamaulipas, en la frontera entre M¨¦xico y Estados Unidos donde trabajaba. Hab¨ªa recibido 50.000 lempiras (2.200 d¨®lares) por apretar el gatillo.
Seg¨²n Berta C¨¢ceres, hija de la ecologista asesinada, el juicio es una ¡°farsa¡± y una cortina de humo para decir que se est¨¢ investigando ¡°pero ni siquiera hay certeza de que los detenidos est¨¦n implicados y las irregularidades son tan grandes que podr¨ªan quedan en libertad en cualquier momento por defectos de forma¡±.
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