Donald Tusk, el europeo que se atrevi¨® a calificar a Trump de amenaza
En su primer mandato al frente del Consejo Europeo, el polaco mostr¨® firmeza ante Putin y dureza en la gesti¨®n de la crisis migratoria
Donald Tusk (Gdansk, 1957) asumi¨® su cargo al frente del Consejo Europeo hablando en polaco. Era una muestra palpable de la pujanza de la nueva Europa, la que vivi¨® durante a?os tras el muro de Berl¨ªn, pero tambi¨¦n una se?al de debilidad: apenas dominaba el ingl¨¦s. Esa misma noche, en agosto de 2014, prometi¨® ¡°pulir su ingl¨¦s¡±, un juego de palabras que en ingl¨¦s incluye el t¨¦rmino polaco. Lo hizo en un tiempo r¨¦cord y adopt¨® ¡ªquiz¨¢s por la falta de rudimentos¡ª un estilo desnudo y franco que a¨²n conserva. La mejor prueba de ese lenguaje directo, extra?o a los usos diplom¨¢ticos, la ofreci¨® poco despu¨¦s de la toma de posesi¨®n del estadounidense Donald Trump, al que se atrevi¨® a considerar ¡°una amenaza¡±, ante la sorpresa de algunos de los jefes de Estado y de Gobierno a los que representa.
El presidente del Consejo Europeo, reelegido este jueves para los pr¨®ximos dos a?os y medio, aterriz¨® en Bruselas de la mano de la canciller alemana, Angela Merkel. Con ella conversaba en alem¨¢n (su ciudad natal, Gdansk, fue antes la germana Danzig) y eso contribuy¨® a forjar lazos. La UE quer¨ªa demostrar que hab¨ªa dejado de ser un club de pa¨ªses occidentales y sure?os y decidi¨® dar visibilidad a Polonia, convertida en la sexta potencia europea. Tusk representaba lo m¨¢s florido del bloque: un pol¨ªtico de centro-derecha liberal que moderniz¨® su pa¨ªs, el ¨²nico ajeno a la recesi¨®n en el periodo de crisis econ¨®mica en Europa.
Con esas credenciales, el ex primer ministro polaco aportaba otro activo muy valioso en un momento de m¨¢xima confrontaci¨®n con Rusia tras la anexi¨®n de Crimea. Como miembro del movimiento Solidaridad que derroc¨® al comunismo en Polonia, Tusk conservaba la dureza necesaria para lidiar con Mosc¨². Pero entonces la agenda europea cambi¨® por completo, con una crisis de refugiados que al exdirigente polaco le cost¨® afrontar.
La gesti¨®n de ese episodio marc¨®, precisamente, el distanciamiento con Merkel. Frente a la acogida que propugnaba la dirigente alemana, Tusk abogaba por una pol¨ªtica de mayor dureza, centrada en el control de fronteras para moderar las llegadas de migrantes. En septiembre de 2015, el periodo de mayor afluencia de refugiados hacia Grecia, Merkel y Tusk vivieron un enfrentamiento verbal que los distanci¨®, apuntan fuentes conocedoras del encuentro. M¨¢s tarde las relaciones se recompusieron, pero nunca recuperaron el nivel de amistad. ¡°Tusk ha crecido en el puesto. Ocasionalmente ha chocado con Merkel, pero ella le sigue apreciando¡±, analiza Daniel Gros, director del CEPS, uno de los think tanks m¨¢s influyentes de Bruselas.
Desde entonces, el presidente del Consejo comenz¨® a trazar su propio perfil, cincelado, en muchos casos, con las herramientas de los nuevos tiempos: a trav¨¦s de tuits elocuentes. El que lanz¨® hace ahora un a?o, intentando disuadir a los migrantes de viajar a Europa, se?al¨® el camino que acab¨® adoptando la UE hacia la migraci¨®n. ¡°No veng¨¢is a Europa. No cre¨¢is a los traficantes. No arriesgu¨¦is vuestra vida y vuestro dinero. No sirve para nada¡±, escribi¨® sin rodeos. Aun as¨ª, algunos l¨ªderes comenzaron a cuestionar discretamente su gesti¨®n, muy escorada, incluso en lo peor de la crisis migratoria y de los ataques terroristas en la UE, hacia el desaf¨ªo que impone la Rusia de Putin.
Batallas internas
Esas t¨ªmidas se?ales de descontento entre algunos l¨ªderes han quedado sofocadas con la ofensiva que ha sufrido Tusk desde el lugar m¨¢s insospechado: su propio pa¨ªs. Pese a que su agenda de control de fronteras y mano dura frente a Mosc¨² no se aparta en lo b¨¢sico del ADN polaco, el Gobierno ultraconservador de Beata Szydlo lo ha convertido en su mayor enemigo pol¨ªtico. M¨¢s all¨¢ de la batalla interna, el episodio ha dejado en Bruselas el poso amargo de que quiz¨¢s Europa ha sobrevalorado el perfil institucional de Polonia, un pa¨ªs que lleg¨® a la familia comunitaria en 2004 y que se ha radicalizado enormemente en los ¨²ltimos tiempos.
Met¨®dico y con un sobrio sentido del humor, Tusk no ha acabado de acostumbrarse del todo a los salones de la pol¨ªtica bruselense. Y desea, pese a todos los embates que recibe desde Varsovia, regresar y tratar de restaurar una democracia liberal que ahora flaquea. Su idea es retomar las riendas de su partido, el centrista Plataforma C¨ªvica, cuando venza su mandato en el Consejo, en 2019. Si salva el pellejo pol¨ªtico.
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