Mark Rutte, el equilibrista holand¨¦s
De 50 a?os, profesor de secundaria a tiempo parcial, soltero y aficionado al piano, el ganador de las elecciones busca ya un pacto de Gobierno a derecha e izquierda
¡°?Qu¨¦ har¨¢ ma?ana?¡±, le pregunt¨® un reportero la madrugada del jueves a un exultante Mark Rutte, de 50 a?os, ganador de las elecciones legislativas holandesas. ¡°Dar clase¡±, contest¨® el primer ministro saliente, que trabaja ya para ocupar de nuevo el cargo. Liberal de derecha, Rutte estudi¨® Historia en la universidad de Leiden, la m¨¢s antigua del pa¨ªs, y no ha perdido la querencia por la ense?anza. Desde hace nueve a?os, cada jueves imparte durante dos horas una asignatura que mezcla la educaci¨®n para la ciudadan¨ªa con Derecho y Sociolog¨ªa. De cuarto curso de secundaria, sus alumnos le esperan en Johan de Witt College, un centro de formaci¨®n profesional de La Haya. All¨ª es solo el ?profesor Rutte?. Un tipo ¡°simp¨¢tico y estricto que nunca contesta el tel¨¦fono para no distraerles¡±. No perdona una lecci¨®n, y el convoy oficial le espera fuera cuando debe viajar a Bruselas.
Este jueves, los miembros de su grupo parlamentario le han felicitado por sus 33 esca?os y porque la prensa nacional e internacional le se?ala por "haber puesto un palo en la rueda del extremismo populista¡±, como dice la BBC brit¨¢nica. Rutte lleg¨® al Congreso y estrech¨® decenas de manos. Luego se encerr¨® con sus colegas para esbozar la estrategia a seguir en busca de un pacto gubernamental: necesita sumar otros tres o cuatro grupos m¨¢s. A mediod¨ªa, se reuni¨® con el resto de los cabezas de lista de los partidos que se estrenan, o repiten, en el Parlamento.
La jornada del jueves fue intensa y a Rutte, que est¨¢ soltero, quiso ser pianista, paga su hipoteca, conduce un coche de segunda mano, y admite que le gusta descamisarse en cuanto est¨¢ solo, le han visto poco por su barrio. Situado en una zona acomodada de La Haya all¨ª viv¨ªa tambi¨¦n su madre, Hermina Cornelia, de 93 a?os. Hasta que necesit¨® ayuda profesional en una residencia, almorzaban juntos a menudo. Ahora la visita a menudo. De familia protestante, Iza?k Rutte, su padre, trabaj¨® en una empresa de importaci¨®n cuando la actual Indonesia todav¨ªa era una colonia holandesa. La primera esposa de su progenitor era una hermana mayor de su madre, y falleci¨® en un campo de concentraci¨®n japon¨¦s durante la II Guerra Mundial. Con tres hijos ya, el padre contrajo luego matrimonio con Hermina, y tuvieron otros cuatro. El pol¨ªtico holand¨¦s es el peque?o de todos, y se lleva tres d¨¦cadas con su hermana mayor. Como historiador, esa ¨¦poca le interesa mucho, aunque dice que las terribles condiciones impuestas por los nipones a sus prisioneros tras la invasi¨®n del archipi¨¦lago ¡°siguen siendo dif¨ªciles de abordar en casa¡±.
Fue jefe de personal en la multinacional Unilever, trabajo que compagin¨® con las juventudes liberales de derecha. Ascendi¨® a secretario de Estado de Asuntos Sociales (2002) y de Educaci¨®n (2004). En 2006 choc¨® frontalmente con su colega Rita Verdonk. Las elecciones holandesas permiten votar a los candidatos de forma individual, y ella le ret¨® al haber obtenido m¨¢s sufragios que ¨¦l como presidente de su grupo parlamentario. Un a?o despu¨¦s Verdonk se hizo famosa cuando le retir¨® el pasaporte a la diputada de origen somal¨ª Ayaan Hirsi Ali, que emigr¨® a Estados Unidos. Con Verdonk fuera del grupo parlamentario despu¨¦s de grandes luchas, Rutte ha ganado tres elecciones desde 2010. Ahora tiene que pactar una coalici¨®n de centro derecha, o de centro-derecha-izquierda, que puede incluir a los ecologistas. O bien a los partidos confesionales. Un equilibrismo made in Holland.?
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