El nuevo desaf¨ªo independentista de Escocia acorrala a Theresa May
El nacionalismo exhibe su fuerza en el congreso del SNP en Aberdeen
El nacionalismo escoc¨¦s exhibi¨® toda su fuerza este fin de semana, en el c¨®nclave del SNP en Aberdeen, y dej¨® claro a Theresa May que no est¨¢ dispuesto a ceder un palmo en su nuevo desaf¨ªo independentista. La primera ministra, a punto de embarcarse en las negociaciones del Brexit, busca aplazar un nuevo refer¨¦ndum de independencia que Sturgeon quiere celebrar antes de que, en primavera de 2019, Reino Unido est¨¦ fuera de la UE. Comienza una batalla para la que unos y otros revisan las armas y estrategias que emplearon hace dos a?os. Las circunstancias han cambiado dram¨¢ticamente y, en esta ocasi¨®n, no existe la opci¨®n segura: los dos bandos ofrecen un salto al vac¨ªo.
Las prensas de hacer chapas han vuelto a funcionar. Las camisetas del s¨ª han salido de la profundidad de los cajones. ¡°Que pare el mundo, que Escocia se quiere subir¡±. En las solapas de los militantes, la frase pronunciada hace ahora 50 a?os por la hist¨®rica dirigente nacionalista Winnie Ewing adquiere una renovada vigencia, ante el desenlace de los trepidantes acontecimientos de los ¨²ltimos dos a?os. Entrar en el humilde centro de convenciones de Aberdeen, la ciudad del norte de Escocia donde el SNP cerr¨® ayer su congreso nacional, era un viaje atr¨¢s en el tiempo. ¡°Ten¨ªa 18 a?os en 2014 y me siento como si los tuviera otra vez¡±, explica Scott Blair, estudiante de cine. ¡°Me muero de ganas por volver a la calle y llamar a cien puertas, como hice entonces, o a otras cien m¨¢s¡±.
Muchas cosas han sucedido desde que el 18 de septiembre de 2014 los escoceses rechazaron en las urnas la independencia por un margen de casi 11 puntos. La militancia del SNP se ha triplicado. En las generales de 2015 se convirti¨® en la tercera fuerza en Westminster y ejerce de verdadera oposici¨®n al Gobierno de May. El apoyo a la independencia ha subido algo con respecto al 45% que cosech¨® en 2014, y se encuentra en su m¨¢ximo hist¨®rico. ¡°En el refer¨¦ndum anterior pasamos del 23% al 45% en dos a?os, y ahora ni siquiera hemos comenzado la campa?a¡±, advierte optimista Nathan Sparling, militante de 26 a?os.
Y, por supuesto, sucedi¨® el Brexit. Los brit¨¢nicos decidieron en junio de 2016, con casi un 52% de los votos, salir de la UE. Pero en Escocia gan¨® la permanencia con un 63%. Una oportunidad de oro en manos del independentismo para esgrimir su argumento de que Londres gobierna de espaldas a Escocia y para contraponer la ¡°peque?a Inglaterra¡± de los tories con su propio ¡°nacionalismo cosmopolita¡±. El pasado lunes, cuando el Parlamento daba luz verde a Theresa May para activar la salida de la UE, Nicola Sturgeon anunci¨® sus planes de convocar una nueva consulta sobre la independencia entre oto?o de 2018, cuando el acuerdo del Brexit empiece a estar claro, y la primavera de 2019, cuando se consume la salida.
Que el tema no qued¨® cerrado en 2014 resulta evidente: tras la victoria del Brexit, Sturgeon no tard¨® ni 24 horas en poner sobre la mesa un segundo refer¨¦ndum, y May dedic¨® sus primeras palabras en Downing Street a anunciar que trabajar¨ªa por el ¡°precioso lazo¡± que une a las cuatro naciones. Hoy resulta ir¨®nico que su primer viaje fuera una visita a Sturgeon en su residencia de Edimburgo. Comparecieron en la misma sala en la que, ocho meses despu¨¦s, Sturgeon ha anunciado el nuevo desaf¨ªo secesionista. El mismo escenario, pero en la primera foto hay dos mujeres sonrientes y en la segunda hay una sola enfadada. Entre una y otra foto, el ¡°muro de ladrillo de intransigencia¡± que levant¨® May, en palabras de Sturgeon.
El nacionalismo sab¨ªa que no era f¨¢cil que May accediera a sus quim¨¦ricas demandas, como la de permanecer en el mercado ¨²nico mientras el resto del pa¨ªs lo abandona. Pero no es menos cierto que, pudiendo haber elegido una salida m¨¢s suave, la primera ministra ha optado, salvo que el inicio de las negociaciones revele un improbable cambio de rumbo, por una ruptura radical con la UE. Otro regalo al independentismo escoc¨¦s.
May sabe que, pol¨ªticamente, no puede negarse a un segundo refer¨¦ndum. Sturgeon dispondr¨ªa de varias opciones de contraataque: la m¨¢s dram¨¢tica, dimitir y forzar la disoluci¨®n del Parlamento escoc¨¦s en plena negociaci¨®n del Brexit. La estrategia de Londres es retrasarlo todo lo posible y confiar en que los escoceses agradecer¨¢n no tener que votar sin saber lo que est¨¢ en juego. ¡°Este no es el momento¡±, dijo May.
Sturgeon apela a "los no convencidos"
La ministra principal escocesa, Nicola Sturgeon, cerr¨® ayer el congreso de su partido con un discurso que marca el tono del desaf¨ªo en el que ha embarcado a Escocia. La l¨ªder nacionalista mir¨® por encima del auditorio entregado y apel¨® a ¡°los no convencidos¡±, a los votantes contrarios a la independencia. ¡°Cualesquiera que sean nuestras diferentes opiniones sobre la independencia, podemos unirnos en torno a un principio simple: el futuro de Escocia debe ser decidido por los escoceses¡±. Sturgeon no mencion¨® una fecha precisa en su discurso y tendi¨® la mano a May para negociar: ¡°Si el problema es la fecha, tendremos esa discusi¨®n. Pero la voluntad de nuestro Parlamento prevalecer¨¢¡±.
Sturgeon advierte a May de que bloquear la consulta ser¨ªa antidemocr¨¢tico. El programa con el que el SNP gan¨® las elecciones del a?o pasado dejaba claro que un cambio material en las circunstancias llevar¨ªa a un segundo refer¨¦ndum. Y nadie puede negar que el Brexit lo es. Este mi¨¦rcoles, con la ayuda de los verdes, Sturgeon conf¨ªa en que el Parlamento escoc¨¦s le autorice a pedir oficialmente a Westminster una transferencia de competencias para celebrar la consulta.
La tentaci¨®n de los conservadores ser¨¢ repetir la f¨®rmula que funcion¨® hace dos a?os y basar su campa?a en la econom¨ªa. M¨¢s cuando el precio del petr¨®leo, que ciment¨® el proyecto independentista, es hoy la mitad que en 2014. Como advirti¨® la propia May, el principal socio de Escocia no es la UE sino Reino Unido. Pero el argumento aboca a los tories una contradicci¨®n: advertir a Escocia contra separarse de su principal socio comercial, cuando el Gobierno de May hace precisamente eso, no har¨ªa mucho por la ya maltrecha credibilidad de los tories en Escocia.
Los acontecimientos recientes, en cualquier caso, no invitan a desplegar hojas de Excel y confiar en la eficacia de los argumentos emp¨ªricos. Pero no dispone May del recurso al palo y la zanahoria: no podr¨¢ ofrecer m¨¢s autonom¨ªa cuando la ofreci¨® toda en la recta final de la campa?a de 2014. Tampoco tendr¨¢ f¨¢cil apelar al coraz¨®n: no es probable que los laboristas decidan reeditar la campa?a mano a mano con los tories, que les cost¨® el sorpasso en Edimburgo. El ¡°mejor juntos¡± lucir¨¢ extra?o cuando quienes lo enarbolen marchen separados.
El SNP, partido nacionalista y de izquierdas, cuenta con un argumento extra. En 2014 la perspectiva de un primer ministro laborista era perfectamente probable. Hoy, con la debilidad del partido bajo Corbyn, resulta dif¨ªcil refutar la afirmaci¨®n de Sturgeon de que habr¨¢ un Gobierno tory en Londres "hasta 2030 por lo menos".
Pero hay un colectivo con el que Sturgeon deber¨¢ tener especial cuidado: aquellos escoceses que quieren recuperar la soberan¨ªa, pero tanto de Reino Unido como de Europa. El 15% de quienes votaron por la independencia en 2014 vot¨® por el Brexit dos a?os despu¨¦s. Por eso el SNP estudia tambi¨¦n solicitar solo la incorporaci¨®n a la Asociaci¨®n Europea de Libre Comercio, en lugar de a la UE, emulando a Islandia o Noruega, un pa¨ªs que ya se cit¨® recurrentemente como modelo de una Escocia independiente en 2014.
El horizonte de un refer¨¦ndum entrega a Bruselas un arma negociadora: la amenaza de lanzar mensajes de esperanza a Escocia de cara a un acceso r¨¢pido al club, que pueda empujar a los indecisos hacia la secesi¨®n. Pero, sobre todo, el desaf¨ªo secesionista puede convertirse en una fuerza ¨Cacaso la ¨²nica- que tire del Gobierno de May hacia un Brexit m¨¢s suave: una ruptura radical o sin acuerdo puede ser harto dif¨ªcil de defender en la campa?a de un refer¨¦ndum de independencia escoc¨¦s.
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