El bloqueo ucranio empuja a los separatistas en brazos de Mosc¨²
Los insurgentes mantienen el abastecimiento econ¨®mico de Donetsk y tratan, con ayuda de Mosc¨², de atraer a la poblaci¨®n del otro lado
Si no fuera por el retumbar de la artiller¨ªa en zonas perif¨¦ricas, de d¨ªa la ciudad de Donetsk produce la impresi¨®n de estar recuperando la normalidad casi tres a?os despu¨¦s de que comenzara la guerra entre los secesionistas apoyados por Rusia y el Gobierno central en Kiev; de noche, la ciudad queda desierta: el toque de queda sigue vigente desde las once de la noche hasta las cinco de la ma?ana. La calma, no obstante, puede ser pasajera. Interlocutores implicados en la toma de decisiones en la autoproclamada Rep¨²blica Popular de Donetsk (RPD) indican que este territorio, desgajado de hecho de la provincia ucraniana de Donetsk, est¨¢ casi listo para soportar nuevas conmociones. El cu¨¢ndo, c¨®mo y con qu¨¦ resultado se producir¨¢n (las conmociones) depende, sobre todo, del plan estrat¨¦gico ¡ªentre varios posibles¡ª que adopte Mosc¨², se?alan.
Sobre el tel¨®n de fondo de la anexi¨®n de Crimea, los secesionistas prorusos organizaron el 11 de mayo de 2014 sendas consultas en las que se pregunt¨® a la poblaci¨®n de las regiones ucranias de Donetsk y Lugansk si apoyaban el ¡°acta de declaraci¨®n de independencia de las rep¨²blicas populares¡± del mismo nombre. Aquel refer¨¦ndum considerado ilegal por Ucrania y la comunidad internacional, sirve de base justificativa a los insurgentes que controlan hoy un tercio del territorio de ambas provincias industriales (rebautizados por ellos como Rep¨²blica Popular de Donetsk y Rep¨²blica Popular de Lugansk).
Las redes econ¨®micas y sociales que cohesionaban las provincias de Lugansk y Donetsk (aprovisionamiento de gas, electricidad, transportes, libertad de desplazamiento) se vieron distorsionadas ya en 2014 por la guerra, que las dividi¨® en dos zonas. Por la frontera com¨²n con Rusia, los secesionistas se abastecen econ¨®micamente y reciben apoyo militar. Los acuerdos logrados en febrero de 2015 en el foro de Minsk (Ucrania, Rusia, Francia, Alemania bajo los auspicios de la OSCE) crearon temporalmente la ilusi¨®n de que el conflicto podr¨ªa mantenerse congelado y con un nivel de toxicidad controlado sobre el debilitado organismo de Ucrania. La situaci¨®n hoy ha cambiado. Los acuerdos de Minsk (que proclaman como fin la reintegraci¨®n de los territorios insurgentes a Ucrania) cada vez tienen menos que ver con la realidad sobre el terreno donde se acelera la integraci¨®n a Rusia.
El reciente reconocimiento por Mosc¨² de los documentos (pasaportes incluidos) expedidos por las autoridades secesionistas ha animado a los prorusos locales, que esperan a que el Kremlin de luz verde para realizar los planes a los que nunca renunciaron, a saber, apoderarse del resto de Donetsk y Lugansk, alegando que el ¡°refer¨¦ndum¡± se realiz¨® en todo el territorio de las provincias. Adem¨¢s, quieren llevar a cabo la ¡°reunificaci¨®n¡± en ¡°las mejores condiciones posibles¡±, es decir con el ¡°m¨¢ximo debilitamiento¡± de Ucrania, el ¡°m¨¢ximo desinter¨¦s¡± de quienes podr¨ªan apoyarla (Europa y Estados Unidos) y el ¡°m¨¢ximo fortalecimiento¡± de Rusia y de la propia gesti¨®n separatista en las llamadas rep¨²blicas. ¡°Cada cosa a su tiempo. No nos conviene que Rusia nos reconozca con los l¨ªmites que tenemos ahora, porque solo somos un fragmento. Cuando lleguemos al per¨ªmetro administrativo de la provincia de Donetsk lo plantearemos de forma m¨¢s activa¡±, afirma Alexandr Timof¨¦iev, alias Tashkent (por haber estudiado en una academia militar en aquella ciudad en ¨¦poca sovi¨¦tica). Timof¨¦iev es el ¡°vicejefe del Gobierno¡± responsable de la econom¨ªa en la RPD.
Los insurgentes no solo act¨²an por la v¨ªa militar. Asesorados por los ¡°tutores¡± rusos, intentan ahora tambi¨¦n atraer a la poblaci¨®n del otro lado ¡ªlo que ellos llaman ¡°el territorio controlado por Ucrania¡±¡ª con diversas medidas, entre ellas facilidades para que vengan aqu¨ª a estudiar los j¨®venes ucranianos, a los que prometen t¨ªtulos acad¨¦micos que podr¨¢n ser reconocidos en Rusia. ¡°Lo que Crimea [que Rusia se anexion¨® en 2014] consigui¨® en unas semanas, nosotros lo obtendremos en un proceso m¨¢s largo¡±, afirmaban medios conocedores de los procesos de decisi¨®n.
El bloqueo practicado por los activistas y veteranos leales a Kiev viene como anillo al dedo a los insurgentes, porque acelera la integraci¨®n de estas regiones orientales de Ucrania con Rusia, algo que reconoce incluso el presidente Petr¨® Poroshenko. El l¨ªder ucraniano es percibido por buena parte de la ciudadan¨ªa (en el Este y no solo) como un personaje d¨¦bil y sometido a la voluntad de quienes combatieron en la zona ATO (o ¡°antiterrorista¡± en la terminolog¨ªa oficial de Kiev).
A diferencia de hace un a?o, mercanc¨ªas variadas y de calidad llenan los supermercados de Donetsk, donde incluso se llega a ver una pata de jam¨®n a punto para ser cortada. Hay aqu¨ª amplia variedad de embutidos, productos l¨¢cteos, mermeladas, decenas de marcas de caf¨¦ y de t¨¦s, aceites, art¨ªculos de limpieza y cosm¨¦tica. En su mayor¨ªa, estas mercanc¨ªas proceden de Rusia, aunque en muchos casos se trata de marcas occidentales, fabricadas bajo licencia en territorio ruso. Hay tambi¨¦n gran variedad de queso ucranio, que o bien son restos de un abastecimiento anterior al bloqueo o la prueba de que sigue habiendo canales entre una zona y otra. Adem¨¢s, hay productos c¨¢rnicos, l¨¢cteos y precocinados producidos, seg¨²n se indica, en la ¡°Rep¨²blica Popular de Donetsk¡±. El rublo es desde hace ya tiempo la ¨²nica moneda en la que se realizan todas las transacciones.
Parte de las mercanc¨ªas en venta est¨¢n subvencionados (leche de producci¨®n local, pan y productos b¨¢sicos), pero a¨²n as¨ª asegurar el abastecimiento dom¨¦stico es una proeza para la poblaci¨®n local, que en gran parte est¨¢ en paro o cobra exiguos sueldos (10.000 rublos, cerca de 180 euros al cambio, le pagan a un camarero y 2.600 rublos a un jubilado).
Tras el bloqueo, los insurgentes han tomado el control de las grandes empresas locales pertenecientes a oligarcas como Rinat Ajm¨¦tov o Sergu¨¦i Taruta. ¡°La direcci¨®n externa de las empresas no supone nacionalizaci¨®n, sino que solo pretende estabilizar el trabajo para evitar tensiones sociales y asegurar el pago de los salarios¡±, afirma Timof¨¦iev, seg¨²n el cual la medida afecta a 40.000 personas y una cuarentena de empresas en Donetsk. En la actualidad, dice, se elaboran esquemas para comercializar los productos industriales locales v¨ªa Rusia . ¡°Hemos recibido cuatro contratos procedentes de China para producir metal¡±, dice Timof¨¦iev. ¡°Dentro de poco habr¨¢ que abastecer de metal a Siria, y estoy convencido de que ese pa¨ªs aceptar¨¢ el metal aunque el certificado de producci¨®n no est¨¦ reconocido internacionalmente¡±, exclama. Timof¨¦iev invita incluso a invertir en la regi¨®n por medio de esquemas que pasan por crear una empresa en un para¨ªso fiscal. Timof¨¦iev-Tashkent cree posible incluso la llegada de mercanc¨ªas que salgan de Ucrania, con destinos ficticios en Europa. Tambi¨¦n est¨¢ estudiando si es posible establecer alg¨²n puerto comercial en el litoral de 22 kil¨®metros en el mar de Azov, controlado por los insurgentes.
Las opacas relaciones econ¨®micas de la anexionada Crimea con el mundo son una referencia experimental para el equipo de expertos (con participaci¨®n rusa) que trata de relanzar las denominadas rep¨²blicas evitando generar nuevas sanciones contra Rusia. Timof¨¦iev no solo piensa en exportar sino tambi¨¦n en autoabastecerse y para ello ha puesto en marcha un gigantesco invernadero de 5 hect¨¢reas en las cercan¨ªas de la ciudad de Zugr¨¦s, donde ya hay tomates a punto de madurar.
Entre Frank Sinatra, Guivi y Lenin
Los responsables de Donetsk se esfuerzan por mantener limpio el centro de la ciudad, como si la guerra no existiera. Para apoyar el ambiente cultural llegan artistas rusos y tambi¨¦n occidentales, contratados por empresas rusas y por territorio ruso, con lo que se arriesgan a que les proh¨ªban la entrada en Ucrania. Abierto sigue el Donb¨¢s Palace, un hotel de lujo perteneciente a Ajm¨¦tov y controlado por los secesionistas desde el primero de marzo. Al frente del establecimiento hay nuevos ejecutivos que se mezclan con los que han aceptado el nuevo r¨¦gimen. Las habitaciones que antes costaban 340 euros valen ahora 6500 rublos (menos de 110 euros), dice la recepcionista, mientras la voz de Frank Sinatra sigue sonando en los salones confortables y desiertos. En las calles de Donetsk, enormes carteles recuerdan a Mijail Tolstij, alias Guivi, jefe del batall¨®n Somalia, que pereci¨® en un atentado el 8 de febrero, y a la estatua de Lenin, en el centro de la ciudad, van a arreglarle el pavimento circundante, aunque algunos piensen que esta tarea no es prioritaria en una ciudad cuyos barrios perif¨¦ricos han sido machacados por la guerra.
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