Hausmann: ¡°La oposici¨®n venezolana no est¨¢ preparada para luchar en una dictadura, sino en democracia¡±

Ricardo Hausmann (Caracas, 1956) es uno de los economistas m¨¢s influyentes de Latinoam¨¦rica, uno de los mayores expertos en desarrollo econ¨®mico del mundo, execonomista jefe del Banco Interamericano de Desarrollo (1994-2000), exministro de Planificaci¨®n de Venezuela (1992-1993) y, en los ¨²ltimos 17 a?os, profesor de Harvard. Tambi¨¦n uno de los grandes enemigos de Nicol¨¢s Maduro, quien le acusa de orquestar una "guerra econ¨®mica" contra el pa¨ªs sudamericano. Hausmann atiende a EL PA?S horas antes de cerrar la Convenci¨®n Bancaria mexicana de Acapulco.

Pregunta. ?Qu¨¦ salida le ve a la crisis pol¨ªtica venezolana?

Respuesta. La situaci¨®n es extremadamente grave. Venezuela no es una democracia: es una dictadura dura. Y la violaci¨®n de la Constituci¨®n es tan extrema que no es f¨¢cil encontrar una soluci¨®n pol¨ªtica a la crisis. La Asamblea Nacional no tiene ning¨²n rol: no existe.

P. ?Qu¨¦ puede hacer la oposici¨®n?

R. Todas sus destrezas resultan absolutamente in¨²tiles en el marco de una dictadura. No est¨¢ preparada para luchar contra una dictadura, sino para hacerlo en democracia. Cuando el Gobierno se atrevi¨® a eliminar el refer¨¦ndum revocatorio, sali¨® m¨¢s de un mill¨®n de personas a las calles. Entonces, la comunidad internacional se moviliz¨® para detener eso y abrir un proceso de di¨¢logo que fracas¨® rotundamente. Las peticiones de la OEA [la Organizaci¨®n de Estados Americanos] son magn¨ªficas, pero una negociaci¨®n parte de que las partes tienen algo que transar y en este caso la oposici¨®n no tiene nada que dar porque no tiene poder de ning¨²n tipo.

P. ?Hasta qu¨¦ punto es importante la presi¨®n internacional?

R. Sin esa presi¨®n, la cosa est¨¢ muy cuesta arriba. Creo que en los ¨²ltimos a?os la comunidad internacional ha manejado muy mal el cap¨ªtulo venezolano. Hay personas, como [Luis] Almagro [secretario general de la OEA], que s¨ª lo entienden en profundidad y que han actuado de acuerdo a la normativa internacional y a la decencia. Pero se cometi¨® un error estrat¨¦gico al no poner m¨¢s presi¨®n el verano pasado y creo que ahora tambi¨¦n se cometer¨ªa un error si no pone m¨¢s presi¨®n para que Venezuela cumpla los acuerdos internacionales que ha suscrito.

P. Pero esa presi¨®n, con altibajos, ha estado siempre encima de la mesa.

R. No lo creo. Cuando hablamos de altibajos, no tengo problema con los bajos; pero si con los altis. En muchos momentos no habido presi¨®n. Obviamente, en la comunidad internacional sobre lo que ocurre en Venezuela ha mejorado; el progreso ha sido enorme. Y me gust¨® mucho la declaraci¨®n del ministro [Luis] Videgaray [canciller mexicano]. Pero pedir un regreso al di¨¢logo fracasado no me parece una estrategia v¨¢lida.

P. ?Qu¨¦ deber¨ªan pedir?

R. Por lo menos, cambiar el mecanismo de di¨¢logo. Y hacerle pagar un mayor coste pol¨ªtico internacional.

P. ?Habr¨¢ unidad opositora para las elecciones de 2018?

R. El problema no es si la oposici¨®n pol¨ªtica puede o no puede generar mecanismos para lograr un consenso. Venezuela tiene una larga tradici¨®n democr¨¢tica y de negociaci¨®n pol¨ªtica: era una democracia consolidada antes que Espa?a. Pero en una dictadura eso no importa. Cuando tienes un Tribunal Supremo y un Consejo Nacional Electoral totalmente vendidos¡­

P. ?Podr¨ªa regresar a la prosperidad perdida si cierra su crisis pol¨ªtica?

R. Soy optimista. Un cambio pol¨ªtico llevar¨ªa a un proceso de recuperaci¨®n econ¨®mica relativamente acelerado. El marco general de c¨®mo darle vuelta a la situaci¨®n est¨¢ m¨¢s o menos claro y tiene que partir por una restituci¨®n de los mecanismos b¨¢sicos del mercado. No puedes tener tres tipos de cambio; el mecanismo de precios tiene que volver a funcionar y que sea el mercado el que los determine¡­ Hoy, Venezuela es insolvente: no tiene acceso a los mercados internacionales y necesitar una reestructuraci¨®n de su deuda. Lo que ha fracasado es un sistema que ha tratado de sustituir a la sociedad y tenemos que ir a otro que empodere a la sociedad. Un Gobierno que no deja que la sociedad haga cosas, fracasa.

P. Hay, adem¨¢s, un problema en la gesti¨®n de la riqueza petrolera.

R. S¨ª. Pero no es que el pa¨ªs no tenga la capacidad de manejar su producci¨®n de crudo: los t¨¦cnicos petroleros venezolanos est¨¢n por todo el mundo y manejan la industria petrolera de Colombia, de Canad¨¢ o de Arabia Saud¨ª. Se habla mucho de la bajada de precio del petr¨®leo, pero en 2012, cuando el barril estaba a 104 d¨®lares, el d¨¦ficit fiscal estaba en el 18,6% del PIB. El Gobierno gastaba como si el barril estuviese a 200 d¨®lares. Tambi¨¦n estaba a 100 d¨®lares cuando los mercados dijeron que el pa¨ªs estaba en una trayectoria de deuda insostenible. Y cuando entr¨® en recesi¨®n¡­

P. ?Por qu¨¦ produce menos cada vez?

R. Ya con el barril a 100 d¨®lares, tambi¨¦n, la producci¨®n petrolera ca¨ªa todos los a?os. A finales de los noventa, el pa¨ªs produc¨ªa 3,7 millones de barriles. Ahora, 1,9. En el boom petrolero m¨¢s largo de la historia, todos los pa¨ªses de la OPEP aumentaron su producci¨®n. Menos el que m¨¢s reservas tiene de todo el mundo: Venezuela. PDVSA [la petrolera estatal venezolana] ha sido un desastre operativo. Venezuela es un pa¨ªs que cree que vive del petr¨®leo, pero el 88% del dinero en circulaci¨®n tiene respaldo en un pr¨¦stamo del propio banco central a PDVSA en vez de en reservas internacionales.

P. ?Tiene remedio?

R. S¨ª. Si aplicara una pol¨ªtica petrolera como la colombiana o mexicana, por ejemplo, el mundo tocar¨ªa la puerta de Venezuela.

P. ?Hay riesgo de que parte de esas ingentes reservas se queden bajo tierra cuando el petr¨®leo sea sustituido por otras fuentes de energ¨ªa?

R. S¨ª. Cuando acabe la edad del petr¨®leo quedar¨¢ a¨²n mucho crudo bajo tierra. Y gracias a Dios, por lo que significar¨ªa en t¨¦rminos de emisiones. Venezuela no puede pensar que todo ese petr¨®leo lo va a poder vender. El futuro del pa¨ªs no puede depender ¨²nicamente del crudo. Cuando yo nac¨ª, Venezuela ten¨ªa siete millones de habitantes y produc¨ªa tres millones de barriles. Hoy, con 30 millones de habitantes, produce 1,9. Nunca vamos a poder vivir la prosperidad que conocimos si seguimos pensando que nuestro futuro es petrolero. Es una dependencia enfermiza que ha hecho mucho da?o.