Maduro, en manos de Putin
El presidente venezolano est¨¢ atrapado entre la presi¨®n externa y sus urgencias financieras
En el principio, en Venezuela, fue el petr¨®leo. Tambi¨¦n est¨¢ detr¨¢s el golpe que dio Nicol¨¢s Maduro a trav¨¦s del Tribunal Supremo. La principal motivaci¨®n coyuntural para arrebatar atribuciones al Poder Legislativo fue la crisis terminal de la petrolera PDVSA. Maduro necesita doblegar la resistencia de la Asamblea Nacional a aprobar la asociaci¨®n de esa empresa con compa?¨ªas extranjeras para explotar yacimientos del Orinoco. PDVSA est¨¢ al borde de la cesaci¨®n de pagos. Si ese colapso se produce, la suerte de Maduro estar¨ªa echada. La asonada fue un nuevo paso del chavismo hacia la radicalizaci¨®n definitiva. Pero para entenderla hay que advertir que, desde el punto de vista econ¨®mico, la dictadura ha quedado acorralada.
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Si el avance sobre la Asamblea fuera insuficiente para probar la subordinaci¨®n del m¨¢ximo tribunal al Poder Ejecutivo, el s¨¢bado ocurri¨® una demostraci¨®n m¨¢s contundente. Los magistrados volvieron sobre sus pasos a gran velocidad apenas un Consejo de Seguridad, encabezado por Maduro, les dio la orden. As¨ª y todo, el presidente acus¨® a ¡°sectores ap¨¢tridas¡± de presentar una imagen deformada de la institucionalidad venezolana.
El impulso para esa reversi¨®n lleg¨® de afuera. No tanto por la extendida condena de quienes, desde hace tiempo, piensan que la bolivariana no es una democracia. La mayor presi¨®n lleg¨® de los aliados.
El cubano Ra¨²l Castro guard¨® silencio. No suele hablar de la situaci¨®n interna de otros pa¨ªses, en defensa propia. En cambio, el gobierno de Rafael Correa se apresur¨® en aclarar: ¡°Ecuador no es Venezuela¡±. El canciller Guillaume Long denunci¨® tambi¨¦n una campa?a de desfiguraci¨®n: la que pretender¨ªa asimilar al r¨¦gimen ecuatoriano y al chavismo. Se entiende. La crisis de Caracas se desat¨® 72 horas antes de un balotaje incierto. Guillermo Lasso, el candidato opositor, pidi¨® el voto para evitar que su pa¨ªs sufra las calamidades venezolanas. En el retroceso de Maduro puede haber sido determinante una llamada de Correa.?
El Vaticano se pronunci¨® a trav¨¦s de L¡¯Osservatore Romano. El s¨¢bado consign¨® en su tapa: ¡°Caos en Venezuela¡±. El domingo, celebr¨® el regreso al di¨¢logo. Y el papa Francisco dijo que segu¨ªa con atenci¨®n la situaci¨®n, igual que la de Paraguay, donde el s¨¢bado hubo un muerto y treinta heridos, durante una protesta contra Horacio Cartes, que pretende forzar su reelecci¨®n. Evo Morales, que tambi¨¦n sue?a con otro per¨ªodo en el poder, compar¨® esa convulsi¨®n con la de Venezuela, para justificar a Maduro. Un amigo.
La Santa Sede est¨¢ enojada con Maduro. La mediaci¨®n que inici¨® el Papa en octubre pasado, naufrag¨®. En diciembre, el secretario de Estado, Antonio Parol¨ªn, que siempre fue reacio a involucrar a Roma en el enfrentamiento venezolano, envi¨® una carta al presidente exigi¨¦ndole que cumpla con los compromisos asumidos. A¨²n no le contestaron.
El golpe contra la Asamblea conmovi¨® al Mercosur, bloque al que pertenece Venezuela. Los cancilleres de Brasil, Paraguay y Uruguay fueron recibidos el s¨¢bado en Buenos Aires por su colega Susana Malcorra, para pronunciarse en emergencia. Un d¨ªa antes, el brasile?o Aloysio Nunes reclam¨® la expulsi¨®n de Venezuela. Un pedido que a Mauricio Macri, el presidente argentino, le hubiera encantado formular.
Pero esas condenas draconianas fueron inhibidas. La reuni¨®n del Mercosur fue posible porque se acept¨® un pedido del gobierno uruguayo: adem¨¢s de no hablarse de expulsi¨®n, tampoco se mencionar¨ªa el Protocolo de Ushuaia, que obliga a respetar una cl¨¢usula democr¨¢tica. El socialista Tabar¨¦ V¨¢zquez no podr¨ªa conseguir que su coalici¨®n, el Frente Amplio, tolere una censura extrema del chavismo. Esa fuerza expres¨® su preocupaci¨®n por la ¡°desestabilizaci¨®n del orden constitucional¡±, sin hablar de una agresi¨®n a la democracia. As¨ª y todo, el Partido Comunista se abstuvo.
Con esta restricci¨®n uruguaya, los cancilleres del Mercosur firmaron un comunicado que anticipa la aplicaci¨®n del Protocolo de Ushuaia, pero sin mencionarlo. Y tomaron otra decisi¨®n: los cuatro pa¨ªses se expresar¨ªan en la OEA, en todo lo relativo a Venezuela, como un bloque. El papel de Uruguay es gravitante por otro motivo: Jos¨¦ Mujica, el l¨ªder del ala izquierda del oficialismo, se enemist¨® con su antiguo canciller, Luis Almagro, por las dur¨ªsimas posiciones que defiende como secretario general de la OEA. Mujica estuvo activo los ¨²ltimos d¨ªas. Sus interlocutores le escucharon defender un criterio de siempre: no hay soluci¨®n posible sin una negociaci¨®n entre los venezolanos. Uruguay se ofrece all¨ª donde otros fracasaron.
Maduro est¨¢ atrapado entre la presi¨®n externa y sus urgencias financieras. Este mes debe afrontar pagos por 2900 millones de d¨®lares por bonos de PDVSA. El gobierno apost¨® a que Vladimir Putin lo rescatar¨ªa, asociando a la petrolera Rosneft con PDVSA. El golpe contra la Asamblea se desat¨® para poner en manos del Tribunal Supremo la autorizaci¨®n de este acuerdo. La oposici¨®n lo resiste. Y promete revisarlo, si un d¨ªa llega al poder. Ante tanta incertidumbre, Rosneft todav¨ªa no dijo la ¨²ltima palabra. Maduro est¨¢ en manos de Putin.
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