El terrorista del atentado de Estocolmo simpatizaba con el ISIS y se le buscaba para ser deportado
Los fallecidos en el atentado son dos suecos, un brit¨¢nico y un belga, seg¨²n la polic¨ªa
El terrorista uzbeko que mat¨® a cuatro personas e hiri¨® a otras 15 con un cami¨®n en una c¨¦ntrica calle de Estocolmo hab¨ªa mostrado en las redes sociales su simpat¨ªa por el autodenominado Estado Isl¨¢mico (ISIS), seg¨²n ha informado este domingo la polic¨ªa. Adem¨¢s, las autoridades le buscaban para expulsarle del pa¨ªs despu¨¦s de que en junio pasado se le denegara la solicitud de asilo y rechazara la petici¨®n de residencia. Una revelaci¨®n que ha agitado el debate migratorio en Suecia a un a?o de las elecciones.
¡°Sabemos que hab¨ªa solicitado un permiso de residencia en Suecia en 2014, que le fue denegado en 2016¡±, dijo Jonas Hysing, jefe nacional de Operaciones Policiales, durante una rueda de prensa en Estocolmo. Tras no abandonar de forma voluntaria el pa¨ªs, la polic¨ªa emiti¨® una orden de busca y captura en su contra el pasado 24 de enero. Las autoridades, sin embargo, admiten que pudieron localizar a el uzbeko de 39 a?os, que, seg¨²n los medios suecos trabajaba como obrero. Hasta el pasado viernes, cuando fue detenido despu¨¦s de robar un cami¨®n y usarlo como arma para atentar en pleno centro de Estocolmo.
El atacante, que varios diarios identifican como Rakhmat Akilov aunque la polic¨ªa no ha confirmado oficialmente su nombre, hab¨ªa mostrado sus simpat¨ªas en las redes sociales por grupos extremistas, como el ISIS, seg¨²n informaron las autoridades, que no dieron m¨¢s detalles sobre su grado de implicaci¨®n en estas organizaciones.
Akilov viv¨ªa en un piso subarrendado de 79 metros cuadrados con al menos dos personas m¨¢s, en el suburbio de V?rberg, un barrio de la capital sueca con fuerte presencia inmigrante y con cierta fama de conflictivo. Es una urbanizaci¨®n m¨¢s construida en torno a la capital a partir de los a?os cuarenta, que en la soleada ma?ana del domingo ten¨ªa un aspecto tranquilo y limpio.
Un vecino del atacante, que prefer¨ªa mantener su identidad en el anonimato, no se explicaba ayer lo sucedido. ¡°Nos salud¨¢bamos en la escalera. A veces ten¨ªan visitas de gente que se quedaba durante una temporada; eran todos extranjeros y no vest¨ªan con s¨ªmbolos religiosos¡±, comentaba. El vecino se mostraba incr¨¦dulo por lo sucedido: ¡°Me cuesta aceptar que hayan hecho algo malo cuando aqu¨ª eran agradables. O ten¨ªa problemas en la cabeza o tomaba drogas. Porque no se entiende¡±. Una opini¨®n similar a la de otra de sus conocidas, que se mostraba extra?ada de que se vinculase al sospechoso con organizaciones extremistas.
La revelaci¨®n de que el terrorista ten¨ªa una orden de expulsi¨®n que no hab¨ªa sido ejecutada ha generado fuertes reacciones en un pa¨ªs que busca ser tolerante y abierto. Y m¨¢s a un a?o de las elecciones. ¡°Siento frustraci¨®n¡±, dijo el primer ministro sueco, Stefan L?fven. ¡°Tenemos una politica migratoria controlada y ordenada. Y si a alguien se le ha denegado el permiso debe regresar a su pa¨ªs¡±, advirti¨® el mandatario, que insinu¨® que reforzar¨¢n los controles para poder ejecutar las expulsiones. Hay 12.500 personas con orden de abandonar Suecia que se eluden salir del pa¨ªs, seg¨²n declar¨® Patrik Engstr?m, jefe de la polic¨ªa de fronteras, al diario Dagens Nyheter.
No est¨¢n claras las consecuencias que estas revelaciones puedan tener en el panorama pol¨ªtico, donde el freno a la inmigraci¨®n es uno de los temas puestos encima del tablero por el partido nacionalista de extrema derecha Sverigedemokraterna. Seg¨²n las ¨²ltimas encuestas, esta formaci¨®n contar¨ªa con el 18% de los votos en un pa¨ªs que durante a?os fue el destino de acogida de refugiados por excelencia.
Mientras, Estocolmo trata de recuperar la normalidad y prestar sus condolencias a los muertos en la tragedia, que ya han sido identificados como dos ciudadanos suecos ¡ªentre ellos una ni?a de 11 a?os¡ª, un belga y un brit¨¢nico de 41 que trabajaba para la empresa Spotify. Ayer, por la ma?ana miles de personas se reunieron en la c¨¦ntrica plaza de Sergels Torg, a un tiro de piedra del lugar donde se empotr¨® el cami¨®n, en una demostraci¨®n a favor de la convivencia pac¨ªfica.
De las siete personas interrogadas por su presunta conexi¨®n en el ataque, dos han sido puestas en libertad en las ¨²ltimas horas. El fiscal general adjunto del pa¨ªs, Han Ihrman, ha confirmado el arresto por ¡°cr¨ªmenes contra la seguridad nacional¡± de un segundo sospechoso que podr¨ªa ser un c¨®mplice del uzbeko, aunque no ha dado m¨¢s detalles. Adem¨¢s, mandos policiales tambi¨¦n han confirmado que ha explosionado el artefacto parecido a una bomba que fue hallado en el cami¨®n utilizado para el ataque y que otra persona ha sido detenida en relaci¨®n con el atentado. El uzbeko supuesto autor del crimen est¨¢ acusado de ¡°asesinato terrorista¡±.
La furgoneta que ayud¨® a limitar el n¨²mero de v¨ªctimas
Una de las preguntas que flotaban en el aire poco despu¨¦s del ataque del viernes es c¨®mo puede ser que la cifra de muertos en el atentado fuera relativamente baja. Los viernes a partir de las dos de la tarde Drottninggatan es habitualmente un hervidero de gente que va de compras a las numerosas tiendas de ropa o simplemente quiere acceder al gran nudo de comunicaciones de T-Centralen para volver a casa. El lugar y la hora del ataque estaban elegidos para causar el mayor n¨²mero de v¨ªctimas posible.
Ayer se supo que una furgoneta de seguridad pudo haber contribuido de forma activa a limitar los efectos del ataque. El veh¨ªculo estaba haciendo un reparto en la zona cuando el conductor se percat¨® de que hab¨ªa un cami¨®n acerc¨¢ndose a toda velocidad a la zona peatonal. En ese momento decidi¨® continuar su marcha tocando el claxon y avisando as¨ª del peligro a los transe¨²ntes. Muchos de los viandantes, alertados, pudieron refugiarse en tiendas y evitaron ser atropellados. A la altura de la famosa ferreter¨ªa Clas Ohlson la furgoneta de seguridad fue alcanzada por el cami¨®n y tuvo finalmente que hacerse como pudo a la derecha. El cami¨®n continu¨® su marcha asesina unos pocos metros m¨¢s y qued¨® empotrado contra la esquina de los grandes almacenes ?hl¨¦ns.
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