El principal estratega de Trump vive sus horas m¨¢s bajas
El presidente sugiere que podr¨ªa prescindir de Bannon, su asesor m¨¢s radical y enfrentado a su yerno
Steve Bannon ha sido se?alado. Vive sus horas m¨¢s bajas en la Casa Blanca y su futuro es incierto. ¡°Yo soy mi propio estratega¡±, ha dicho Donald Trump. Es dif¨ªcil adivinar las verdaderas intenciones del presidente estadounidense, pero si se leen entre l¨ªneas sus ¨²ltimas declaraciones, ha sugerido claramente que podr¨ªa prescindir de Bannon, su estratega jefe en la Casa Blanca que est¨¢ enfrentado con Jared Kushner, asesor y yerno del mandatario.
Bannon, de 63 a?os, es un hombre recluido y camale¨®nico: ha sido militar, ejecutivo del banco de inversi¨®n Goldman Sachs, productor de pel¨ªculas y responsable de Breitbart News, publicaci¨®n de referencia para la llamada alt-right, la derecha m¨¢s radical estadounidense.
Nacionalista y populista, acusado de antisemitismo y defensor de que Estados Unidos est¨¢ en una encrucijada hist¨®rica, Bannon fue designado el pasado agosto jefe de campa?a de Trump. Faltaban dos meses y medio para las elecciones presidenciales. Se le atribuye haber pulido los exabruptos de Trump y haberle conectado con el sentir de las bases conservadoras.
Tras ganar los comicios, el republicano nombr¨® a Bannon responsable de estrategia en la Casa Blanca, el gur¨² que deb¨ªa trasladar el rupturismo de la campa?a a la realidad de la presidencia y ejercer de cord¨®n umbilical con los sentimientos m¨¢s extremos de los votantes. Su nombramiento desat¨® protestas ciudadanas y supuso una victoria para la extrema derecha: un hombre con el que simpatizan trabajaba junto al presidente m¨¢s poderoso del planeta.
Sin embargo, en los casi tres meses de mandato de Trump, Bannon ha ido diluy¨¦ndose. Su dogmatismo y varios fracasos -se le atribuye parte de la responsabilidad en la reforma sanitaria y el veto migratorio- han hecho que el presidente se haya inclinado cada vez m¨¢s por el pragmatismo que abandera el c¨ªrculo de Kushner en la Casa Blanca, mientras se especula con que podr¨ªa reestructurar a su equipo.
Trump tom¨® el pasado mi¨¦rcoles dos decisiones que pueden revelar la p¨¦rdida de influencia de su estratega jefe. El presidente anunci¨® que ya no considera que China manipule su moneda y mostr¨® su apoyo al Export-Import Bank, una entidad gubernamental que promueve la expansi¨®n internacional de empresas pero que muchos republicanos asocian a un intervencionismo excesivo.
La semana anterior, Trump aprob¨® la salida de Bannon del Consejo de Seguridad Nacional ante la presi¨®n de los militares que advirtieron del riesgo de impregnar de demasiada pol¨ªtica e ideolog¨ªa la toma de decisiones clave en geopol¨ªtica.
Bannon promueve la agitaci¨®n dentro y fuera de EE UU: romper con el statu quo, luchar contra la globalizaci¨®n, ¡°deconstruir¡± el Estado y arremeter contra la prensa, que ha llamado el ¡°partido de la oposici¨®n¡±.
Trump es imprevisible pero parece estar alej¨¢ndose, al menos verbalmente, cada vez m¨¢s de esos postulados. Con sus elogios esta semana a la OTAN, la Reserva Federal y China, y sus cr¨ªticas a Rusia, se asemeja m¨¢s a un presidente tradicional que al que prometi¨® cambiar el funcionamiento de Washington: ¡°El establishment se protegi¨® a s¨ª mismo, pero no a los ciudadanos de este pa¨ªs¡±, dijo el 20 de enero en su discurso de investidura, inspirado en la doctrina Bannon.
La amenaza de Trump
¡°Steve es un buen hombre, pero les he dicho que lo solucionen o yo lo har¨¦¡±, dijo Trump el martes en una entrevista al diario The New York Post en referencia a la tensi¨®n entre Bannon y Kushner. A instancias del republicano, ambos se reunieron el pasado viernes para tratar de limar sus asperezas. Se desconoce si alcanzaron una tregua.
¡°Me gusta Steve, pero tienes que recordar que no estuvo involucrado en mi campa?a hasta muy tarde¡±, asegura Trump en la entrevista. A las pocas semanas de ser designado oficialmente el candidato republicano a las elecciones, Trump contrat¨® a Bannon tras forzar la dimisi¨®n de Paul Manafort, acechado por sus oscuros lazos con Ucrania y Rusia.
¡°Ya hab¨ªa derrotado a todos los senadores y gobernadores, y no conoc¨ªa a Steve. Yo soy mi propio estratega y no era como que fuera a cambiar de estrategias porque me iba a enfrentar a la deshonesta Hillary¡±, prosigue el republicano, usando el apodo descalificativo que emple¨® contra la dem¨®crata Hillary Clinton durante la campa?a.
Dentro de su universo megal¨®mano, Trump, que bautiza con su nombre todas sus propiedades empresariales, apenas admite personas que le hagan sombra. Seg¨²n fuentes de su entorno citadas por medios estadounidenses, al magnate inmobiliario le disgust¨® una portada en febrero de la revista Time en que se describ¨ªa a Bannon como el genio detr¨¢s de su victoria electoral.
Otros hablaban del ¡°presidente en la sombra¡±, pero, en una entrevista el mi¨¦rcoles con el diario The Wall Street Journal, Trump fue tajante sobre su concepci¨®n de Bannon: ¡°Un hombre que trabaja para m¨ª¡±. La inc¨®gnita es si es solo un aviso o el principio del fin de su estratega jefe.
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