El Papa en el gran templo sun¨ª: ¡°Ninguna violencia en nombre de Dios¡±
Francisco pronuncia un discurso directo y nada complaciente con el radicalismo isl¨¢mico en la universidad egipcia de Al-Azhar
La universidad Al Azhar, el gran templo de la construcci¨®n teol¨®gica del Islam sun¨ª, ha sido el escenario de un largo y pol¨ªtico discurso del papa Francisco sobre la paz. La trascendencia de la puesta en escena era evidente, pero el Pont¨ªfice, adem¨¢s, ha hablado de forma muy directa delante de la m¨¢xima autoridad del Islam Sun¨ª, Ahmad Al-Tayeb, sobre la violencia terrorista y uno de sus principales or¨ªgenes: "No habr¨¢ paz sin una adecuada educaci¨®n a las j¨®venes generaciones. Y no habr¨¢ una adecuada educaci¨®n para los j¨®venes de hoy si la formaci¨®n que se les ofrece no es conforme a la naturaleza del hombre, un ser abierto y relacional¡±.
Francisco ha aterrizado en El Cairo este viernes?con una agenda en la que pesa especialmente la misi¨®n para el di¨¢logo interreligioso: se ha encontrado con el papa copto Tawadros II y con el gran im¨¢n de Al-Azhar, Ahmad Al-Tayeb. El Papa llega en un momento en que Egipto sufre una ofensiva yihadista contra el mundo cristiano que dej¨® el pasado Domingo de Ramos 46 muertos en dos atentados. Por eso, hablar de paz aqu¨ª, cuando los sectores m¨¢s conservadores se encontraban inc¨®modos con esta promiscuidad religiosa, significaba hacerlo de manera clara y sin rodeos. Tanto como permiten las sutilezas vaticanas.
Tambi¨¦n el l¨ªder sun¨ª, Al-Tayeb, que ha hablado antes que Francisco, ha optado por esa v¨ªa. A su manera, ha agradecido que no se se?ale a todo el Islam como a una religi¨®n de terroristas. Al mismo tiempo, ha recordado al cristianismo por sus guerras, al juda¨ªsmo por sus ocupaciones ilegales que provocan el sufrimiento de palestinos, y ha insistido en que, si todo el Islam se vincula a la violencia, Europa y Am¨¦rica deber¨ªan tambi¨¦n considerarse civilizaciones terroristas por las dos guerras mundiales que dejaron 70 millones de muertos o por los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki. ¡°Si abrimos las puertas de las acusaciones como se abren contra el Islam, ninguna religi¨®n, regimen, civilizaci¨®n o historia ser¨¢ inocente¡±, ha rematado.
El discurso de Francisco, construido sobre la idea de la educaci¨®n, muy alejado de la complacencia en el tema de la violencia y repetidamente aplaudido por los asistentes, ha abordado claramente el tema del yihadismo instando a mirar al pasado ¡°sin renunciar a una adecuada hermen¨¦utica¡±. ¡°Del mal s¨®lo viene el mal y de la violencia s¨®lo viene la violencia, en una espiral que termina aislando¡±. Pero, adem¨¢s, se ha referido al peligro que entra?an los Estados teocr¨¢ticos ¡ªcomo el que desplegaron lo Hermanos musulmanes en Egipto antes de que su l¨ªder, Mohamed Morsi, fuera derrocado por el actual presidente, Al-Sisi¡ª en un lugar como Egipto. ¡°Se confunden la esfera religiosa y la pol¨ªtica sin distinguirlas adecuadamente. Existe el riesgo de que la religi¨®n acabe siendo absorbida por la gesti¨®n de los asuntos temporales y se deje seducir por el atractivo de los poderes mundanos que en realidad s¨®lo quieren instrumentalizarla¡±.
La violencia ha sido, parad¨®jicamente, uno de los ejes discursivos del Papa en una conferencia sobre la paz. ¡°[La violencia] es la negaci¨®n de toda aut¨¦ntica religiosidad. [¡]. Como l¨ªderes religiosos estamos llamados a desenmascarar la violencia que se disfraza de supuesta sacralidad. Estamos obligados a [¡] poner al descubierto los intentos de justificar todas las formas de odio en nombre de las religiones y a condenarlos como una falsificaci¨®n idol¨¢trica de Dios: su nombre es santo, ¨¦l es el Dios de la paz, Dios salam. [...] Por tanto, s¨®lo la paz es santa y ninguna violencia puede ser perpetrada en nombre de Dios porque profanar¨ªa su nombre¡±, ha se?alado mientras arrancaba aplausos tambi¨¦n al hablar de la fraternidad entre todos los hijos de Dios.
Las referencias a los traficantes de armas y, sobre todo, a la amenaza en la que viven los cristianos en Egipto tambi¨¦n planeaban sobre sus palabras. ¡°Dialogar sinceramente con el otro, reconociendo sus derechos y libertades fundamentales, especialmente la religiosa, es la mejor manera de construir juntos el futuro, de ser constructores de civilizaci¨®n. Porque la ¨²nica alternativa a la barbarie del conflicto es la cultura del encuentro. Y con el fin de contrarrestar realmente la barbarie de quien instiga al odio e incita a la violencia, es necesario acompa?ar y ayudar a madurar a las nuevas generaciones para que, ante la l¨®gica incendiaria del mal, respondan con el paciente crecimiento del bien¡±.
Sin rebajar el tono y pasando a la esfera pol¨ªtica, Francisco tambi¨¦n se ha acordado del auge de los populismos que crean problemas en lugar de buscar soluciones. Resulta inevitable leer en esas palabras alguna referencia a los ¨²ltimos conflictos b¨¦licos ¡ªo amenazas¡ª?en los que se ha embarcado el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Alguien a quien el Papa ya se ha referido impl¨ªcitamente otras veces. ¡°Hoy se necesitan constructores de paz, no provocadores de conflictos; bomberos y no incendiarios; predicadores de reconciliaci¨®n y no vendedores de destrucci¨®n. [¡] Surgen populismos demag¨®gicos que ciertamente no ayudan a consolidar la paz y la estabilidad. Ninguna incitaci¨®n a la violencia garantizar¨¢ la paz, y cualquier acci¨®n unilateral que no ponga en marcha procesos constructivos y compartidos, en realidad, s¨®lo beneficia a los partidarios del radicalismo y de la violencia¡±.
Al t¨¦rmino de la conferenica, Francico se ha desplazado a un encuentro con el presidente de la Rep¨²blica Egipcia, Abdulfatah Al-Sisi. Ah¨ª ha produndizado en el discurso contra el islamismo radical y a favor de la uni¨®n y el di¨¢logo. En la visita, sin embargo, muchos ve¨ªan un riesgo de legitimaci¨®n de un gobierno que lleg¨® al poder gracias a un golpe de estado en 2013 y al que, ciertamente, el Papa ha alabado durante el discurso. "No puedo dejar de reconocer la importancia de los esfuerzos realizados para llevar a cabo. No puedo dejar de reconocer la importancia de los esfuerzos realizados para llevar a cabo numerosos proyectos nacionales, como tambi¨¦n por las muchas iniciativas realizadas en favor de la paz en el Pa¨ªs y fuera del mismo, con vistas a ese ansiado desarrollo, en paz y prosperidad, que el pueblo anhela y merece". Algo que, bajo la mirada de Al-Sisi, ha vinculado al "respeto incondicionado a los derechos inalienables del hombre".
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