La UE pacta abrir la puerta a una futura Irlanda unificada
El primer ministro irland¨¦s, Enda Kenny, pedir¨¢ en la cumbre que la UE reconozca que una Irlanda unificada seguir¨ªa dentro de la Uni¨®n
Primero fue Gibraltar. Ahora, Irlanda: los Veintisiete, ya sin Reino Unido, tienen previsto incluir este s¨¢bado una referencia a la reunificaci¨®n de Irlanda ¡ªque seguir¨ªa en ese caso dentro de la UE, como sucedi¨® con Alemania¡ª en la cumbre de l¨ªderes que aprobar¨¢ las directrices para la negociaci¨®n del Brexit Un primer borrador de esas grandes l¨ªneas desat¨® la pol¨¦mica en Londres por el veto espa?ol en todo lo relacionado con Gibraltar. A 40 d¨ªas de las elecciones, esa referencia a Irlanda puede levantar ampollas en algunos sectores de la sociedad brit¨¢nica.
Los Veintisiete esperan dar este s¨¢bado el visto bueno a los principios que regir¨¢n la negociaci¨®n sobre el Brexit: lo primero, como en la trama de una novela negra, es resolver la pista del dinero, junto con los derechos de la ciudadan¨ªa (europeos residentes en Reino Unido y brit¨¢nicos en la UE) y las fronteras de Irlanda del Norte. La unidad de los europeos en esos tres asuntos es hasta ahora sorprendente; las diferencias, que las hay, aparecer¨¢n m¨¢s adelante, pero en este momento los problemas son para Londres.
Hay l¨ªo por varios flancos. La econom¨ªa brit¨¢nica brilla menos como consecuencia de la incertidumbre: los ¨²ltimos datos de PIB, conocidos el viernes, son mediocres, con un crecimiento trimestral que desacelera hasta el 0,3%. Los bancos no van a huir en masa de la City, pero el goteo de entidades que anuncian la instalaci¨®n de filiales en el continente no cesa. La canciller alemana, Angela Merkel, sigue mostrando dureza a pesar de que su industria quiere un Brexit blando. Las elecciones del 8 de junio permitir¨¢n a Theresa May barrer a los laboristas y eliminar las disidencias internas en los conservadores, pero no favorecen la necesaria estabilidad y la b¨²squeda de estrategias de negociaci¨®n. Y la guinda: Londres se ha encontrado con la citada ¡ªe inesperada¡ª unidad entre los Veintisiete, que ni siquiera reh¨²yen el cuerpo a cuerpo en los asuntos pol¨¦micos. Hace unas semanas, la prensa sensacionalista y el ala ultranacionalista de los tories pusieron el grito en el cielo por Gibraltar. Este s¨¢bado el problema puede ser Irlanda.
El primer ministro irland¨¦s, Enda Kenny, pedir¨¢ en la cumbre que la UE reconozca que una Irlanda unificada seguir¨ªa dentro de la Uni¨®n, tal como sucedi¨® en su d¨ªa con la unificaci¨®n alemana. Esa sola menci¨®n ¡ªcon un texto muy medido, al que ha tenido acceso este diario¡ª puede encender los ¨¢nimos nacionalistas en Londres, con el recuerdo de Gibraltar en la retina, con los escoceses flirteando de nuevo con un refer¨¦ndum, y con los irlandeses agitando ahora el fantasma de la reunificaci¨®n. Dubl¨ªn, Bruselas y el resto de Estados miembros se agarran a que se trata de un simple formalismo: el ministro brit¨¢nico David Davis ya avis¨® de esa posibilidad en una carta a los Comunes, hace unas semanas.
Situaci¨®n compleja
El acuerdo de Viernes Santo, que permiti¨® la pacificaci¨®n del Ulster, estipula que en caso de producirse una reunificaci¨®n pac¨ªfica y democr¨¢tica del pa¨ªs ¡ªprevio refer¨¦ndum acordado por ambas partes¡ª, esta ser¨ªa reconocida por las autoridades brit¨¢nicas. La UE dice ahora que esa Irlanda unificada seguir¨ªa en el club. Todo eso en el tono gris, t¨¦cnico-jur¨ªdico, que tanto gusta a los leguleyos; pero la se?al pol¨ªtica de la inclusi¨®n de ese p¨¢rrafo entre los principios de negociaci¨®n es de gran calado.
Reino Unido afronta los primeros compases del Brexit en una situaci¨®n nada f¨¢cil. Los brit¨¢nicos esperaban m¨¢s fricciones entre los socios europeos, aunque no cabe descartar que las desavenencias aparezcan m¨¢s adelante, a la vista de que los intereses de los socios son distintos. Para empezar, los europeos quieren hablar ¡ªen una primera fase¡ª solo del acuerdo de divorcio. Abordar la relaci¨®n futura requiere haber avanzado lo suficiente en la factura del Brexit, los derechos de los europeos en suelo brit¨¢nico (y de los brit¨¢nicos en suelo europeo) y las fronteras con Irlanda; Europa no empezar¨¢ a negociar un acuerdo comercial ¡ªla principal demanda brit¨¢nica¡ª hasta que esos tres asuntos est¨¦n encarrilados.
?El acuerdo parece relativamente sencillo en cuanto a las fronteras de Irlanda y a los derechos ciudadanos. Pero la cuenta del Brexit va a ser un rompecabezas dif¨ªcil: ¡°La aproximaci¨®n brit¨¢nica es opuesta a la europea y se avecina un choque de trenes¡±, seg¨²n fuentes diplom¨¢ticas. ¡°Soy pesimista; las probabilidades de llegar a finales de 2018 sin un acuerdo son superiores al 50%¡±, asegura una alta fuente europea.
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