Una ciudad se rebela contra su alcalde por romper el frente contra Le Pen

Hace 22 a?os que Dupont-Aignan gobierna esta apacible localidad de 29.000 habitantes, por la que en su d¨ªa pasaron Monet y Caillebotte, seducidos por un suntuoso bosque que la distingue de otros puntos de la periferia parisiense. En las ¨²ltimas municipales, el alcalde fue reelegido con el 77% de los votos. Tras firmar su ¡°alianza patriota y republicana¡± con Le Pen, los vecinos le dan la espalda. ¡°Es alguien que gestiona muy bien la ciudad, pero nos ha enga?ado. Prometi¨® que nunca votar¨ªa al Frente Nacional. Ahora se tiene que marchar¡±, afirma Jos¨¦phine, de 81 a?os, que le prest¨® su voto en la primera vuelta de las presidenciales, donde Dupont-Aignan obtuvo un 4,7% de los votos, casi tres veces m¨¢s que en 2012.

Antiguo miembro del partido centroderechista RPR y pr¨®ximo a dirigentes hist¨®ricos como Philippe S¨¦guin, fue miembro de varios gabinetes conservadores durante los noventa, antes de distanciarse del centroderecha para formar su propio partido en 2007. Debout la France?(Francia en pie) es una peque?a formaci¨®n nacionalista, soberanista y euroesc¨¦ptica, pero que siempre se hab¨ªa dicho al¨¦rgica a la ultraderecha. ?Durante la campa?a, el futuro primer ministro de Le Pen la acus¨® de ¡°demagogia¡± y de contar con un proyecto ¡°poco serio¡±.

En realidad, numerosos puntos coinciden en sus respectivos programas, aunque Dupont-Aignan se distinga en tres cosas de Le Pen: una agresividad sensiblemente menor con la inmigraci¨®n, un mayor liberalismo econ¨®mico y una insistente filiaci¨®n con el gaullismo. De hecho, un busto del general, l¨ªder de la Resistencia y expresidente franc¨¦s figura frente al palacete que alberga el consistorio municipal. ¡°Ahora estar¨¢ revolvi¨¦ndose en su tumba¡±, dice un joven manifestante. Jean-Claude, de 80 a?os, lo resume a su manera: ¡°Lo que est¨¢ haciendo es mezclar a De Gaulle con P¨¦tain. Puede que gane las presidenciales, pero ya ha perdido el alma¡±.?Algo m¨¢s all¨¢, entre se?oras que lucen permanentes y familias numerosas que han acudido a protestar con sus hijos, un trompetista an¨®nimo interpreta Douce France, el himno de Charles Trenet, con una indudable iron¨ªa. En la solapa se ha pegado un peque?o mensaje, que dedica al futuro primer ministro de Le Pen adjetivos como ¡°traidor¡± y ¡°colaboracionista¡±.

Fuera del per¨ªmetro de su ciudad, Dupont-Aignan era conocido hasta ahora como un pol¨ªtico de segunda empe?ado en interpretar papeles protagonistas. Por lo menos, su gesto le har¨¢ figurar en los libros de historia: es la primera vez que el Frente Nacional logra cerrar un acuerdo electoral con un partido con representaci¨®n parlamentaria. Pone fin as¨ª, de una vez por todas, el famoso ¡°frente republicano¡±, la unidad del arco pol¨ªtico contra una formaci¨®n que se sol¨ªa considerar, en un tiempo no muy lejano, distinta a las dem¨¢s. ¡°Con este pacto, Dupont-Aignan legitima y normaliza el hecho de votar a la ultraderecha¡±, sostiene Christophe Joseph, concejal de la oposici¨®n de izquierdas en la ciudad vecina de Montgeron.?

El fen¨®meno va m¨¢s all¨¢ de este alcalde en dificultades. Distintas facciones minoritarias de la derecha francesa han dado, por primera vez, un paso hacia Le Pen. Por ejemplo, Christine Boutin, exministra de Sarkozy y fundadora del Partido Democristiano, ha anunciado que votar¨¢ a la candidata ultraderechista. Tambi¨¦n lo har¨¢ Marie-France Garaud, quien fuera influyente consejera de Pompidou y Chirac. Por su parte, la Manif pour Tous, el poderoso movimiento contra el matrimonio homosexual aparecido en 2013, ha llamado a votar ¡°contra Macron¡±, aunque sin pronunciarse abiertamente a favor de su adversaria. Su brazo pol¨ªtico, Sens Commun, apoy¨® a Fran?ois Fillon, heraldo de la derecha tradicional, hasta su eliminaci¨®n en la primera vuelta.

Otros miembros del flanco m¨¢s radical de la derecha se han mantenido en el silencio o en la equidistancia, como el l¨ªder soberanista Philippe de Villiers o el diputado Henri Guaino, que sol¨ªa escribir los discursos de Sarkozy. ¡°Macron representa lo que siempre he combatido en pol¨ªtica¡±, tuite¨® poco despu¨¦s de que se anunciara el acuerdo con Dupont-Aignan, sin mencionar a Le Pen.

Los electores situados en esa zona gris, entre la derecha republicana y el extremismo, resultan estrat¨¦gicos para Le Pen. Seg¨²n un sondeo de Sofres publicado este martes, un 29% de los 7,2 millones de franceses que votaron a Fillon en la primera vuelta apostar¨¢ por Le Pen en la segunda. Un 22% se abstendr¨¢. Ese es el electorado que aspira a seducir la l¨ªder ultraderechista cuando plagia los discursos de Fillon, como sucedi¨® el lunes. Ya fuera voluntario o no.