Guerra y ¡®Brexit¡¯: un nuevo museo se asoma a los traumas de Europa

La UE saca brillo al barrio europeo de Bruselas con la apertura de un museo sobre la historia del continente. Y entre sus paredes, el pasado le pisa los talones al presente. A solo unos minutos a pie de las instituciones comunitarias, la reci¨¦n inaugurada Casa de la Historia Europea recoge algunos de los s¨ªmbolos del Brexit, el ¨²ltimo gran trauma continental. La papeleta con la que hace menos de un a?o los brit¨¢nicos dieron el portazo a la UE aparece encapsulada en una vitrina. A su lado, chapas, camisetas y pegatinas que hace solo unos meses se usaron como propaganda a favor y en contra de seguir formando parte del club comunitario. Remain o Leave. Y dijeron adi¨®s.

Para los derrotados, europe¨ªstas de dentro y fuera de las fronteras brit¨¢nicas, son objetos que evocan la melancol¨ªa de la ruptura. De lo que hoy es y ma?ana dejar¨¢ de ser. Un poco m¨¢s arriba, impresa sobre esa misma urna, una frase del papa Francisco pronunciada durante una visita a las instituciones en Estrasburgo corona la deprimente estampa: "Europa da una impresi¨®n general de cansancio y envejecimiento, de ser una abuela que ha dejado de ser f¨¦rtil y vibrante¡±. Abajo, como si de unos fr¨¢giles cimientos se tratase, una pila de libros que advierten del menguante papel global de los ¡ªtodav¨ªa¡ª Veintiocho: Unhappy Union de John Peet y Anton La Guardia; El suicidio de occidente, de Michel Rocard, o La fragmentaci¨®n del poder europeo, del jefe de Opini¨®n de EL PA?S, Jos¨¦ Ignacio Torreblanca.

El museo, gratuito y abierto los siete d¨ªas de la semana, se asienta sobre una antigua cl¨ªnica dental para ni?os sin recursos. Su puesta en marcha ha costado a las arcas europeas 56 millones de euros. ?El objetivo? Hacer meditar a los ciudadanos y miles de escolares que cruzar¨¢n sus puertas sobre lo que Europa dej¨® atr¨¢s y lo que est¨¢ por venir. Fortalecer los anticuerpos de la memoria frente al virus del olvido. El recuerdo como barrera mental contra el extremismo. "Queremos que reflexionen sobre el futuro con sabidur¨ªa y confianza. Un futuro que hoy parece dif¨ªcil y plagado de amenazas", afirm¨® Hans-Gert P?ttering, su presidente y gran impulsor del proyecto.

Pocas horas despu¨¦s de esas palabras, una de esas amenazas se ha desvanecido. Al menos temporalmente. Marine Le Pen fue barrida en la segunda vuelta de las presidenciales francesas con la segunda derrota m¨¢s abultada de la historia de los comicios solo por detr¨¢s de la que sufri¨® su padre en 2002. Con su victoria, Emmanuel Macron adelant¨® para algunos la celebraci¨®n del D¨ªa de Europa, que este martes conmemora la declaraci¨®n con la que el tambi¨¦n franc¨¦s Robert Schuman propuso la creaci¨®n de una comunidad europea embri¨®n de la actual. El camino triunfal de Macron hacia el atril entre los acordes del Himno de la Alegr¨ªa de Beethoven?¡ªel himno de Europa¡ª, tal vez aparezca un d¨ªa en alguno de los muchos v¨ªdeos repartidos por las seis plantas del museo.

Este lunes, apenas dos d¨ªas despu¨¦s de su inauguraci¨®n, numerosos visitantes recorr¨ªan el edificio. La exposici¨®n empieza en un siglo XIX marcado por la revoluci¨®n industrial y las guerras napole¨®nicas antes de adentrarse en el convulso siglo XX. Si los objetos sirven para describir una ¨¦poca, los que guarda el museo corroboran un periodo indudablemente sombr¨ªo en su primera mitad: M¨¢scaras antig¨¢s de la I Guerra Mundial. Peri¨®dicos del d¨ªa despu¨¦s del crack burs¨¢til de Wall Street en 1929 ¡ªcuyos efectos tambi¨¦n sufri¨® Europa¡ª. Ejemplares de Mi Lucha, el libro que Adolf Hitler escribi¨® desde la c¨¢rcel, base de la ideolog¨ªa nacionalsocialista, en varios idiomas. Tambi¨¦n armas, uniformes nazis o los brazaletes que obligaron a portar a los jud¨ªos como recordatorio del holocausto que sufrieron durante la II Guerra Mundial, el mayor conflicto nunca antes visto con 60 millones de muertos, dos tercios de ellos civiles.

Los peri¨®dicos como narradores de la historia: "Alemania eligi¨® ayer un nuevo Reichstag" titul¨® el franc¨¦s Figaro el 7 de noviembre de 1932, un d¨ªa despu¨¦s de la victoria electoral nazi. El tono neutro de las noticias incapaces de anticipar las mort¨ªferas consecuencias del ascenso de Hitler. "El mundo entero celebra hoy la victoria aliada en Europa", escribi¨® en su primera p¨¢gina L'Express m¨¢s de una d¨¦cada despu¨¦s, al t¨¦rmino de la II Guerra Mundial.

Para la segunda parte del siglo, hay referencias a la creaci¨®n de instituciones militares como la OTAN pero tambi¨¦n pancartas que rememoran la fuerza de los movimientos ciudadanos. Pacifistas, ecologistas ¡ªespecialmente combativos contra las centrales nucleares¡ª, o feministas, con la reivindicaci¨®n de la legalizaci¨®n del aborto como bandera. M¨¢s all¨¢ de la pol¨ªtica, la estabilidad favorece el auge de un turismo incipiente. La forma de atraer viajeros ha ganado sofisticaci¨®n en la forma pero no ha cambiado demasiado en el fondo: "En Portugal no llueve" dec¨ªa un cartel de 1959 en el que un sol sonriente sostiene un paraguas vestido con un traje t¨ªpico del pa¨ªs luso.

Paz con matices

En esa segunda parte del siglo XX se presenta la paz como una conquista con matices. Una pistola de la banda terrorista alemana Fracci¨®n del Ej¨¦rcito Rojo aparece junto a menciones a la violencia etarra. Numerosas im¨¢genes y objetos dejan constancia de la lucha del Este europeo por liberarse del totalitarismo sovi¨¦tico. Entre ellos, un juego de llaves que agitaron manifestantes en Praga en 1989 para exigir la marcha de las autoridades comunistas de su pa¨ªs, la extinta Checoslovaquia. Un par de a?os m¨¢s tarde comenzar¨ªa la guerra de los Balcanes, la ¨²ltima gran carnicer¨ªa europea.

La muestra es tambi¨¦n la constataci¨®n del ¨¦xito de la integraci¨®n europea durante d¨¦cadas de sucesivas ampliaciones. Y de como el germen de su gran fracaso, el Brexit, el primer adi¨®s de un socio comunitario, aparec¨ªa ya en las cr¨ªticas de algunos diarios a la p¨¦rdida de soberan¨ªa en favor de un organismo supranacional. "El fin de Reino Unido", titulaba en 2005 el tabloide sensacionalista brit¨¢nico Daily Express, indignado ante la no convocatoria de un refer¨¦ndum para aprobar el Tratado de Lisboa.

La despedida brit¨¢nica ha generado en las ¨²ltimas semanas un inusual esp¨ªritu de unidad entre los Veintisiete cuya duraci¨®n nadie se atreve a aventurar dadas las profundas divisiones que a¨²n perviven en materia fiscal o migratoria. Tal vez se trate de la misma acci¨®n-reacci¨®n de la que escribi¨® el historiador estadounidense Jay Winter, cuya frase aparece en la muestra: "Para entender la integraci¨®n europea a finales del siglo XX hay que comprender la desintegraci¨®n de sus inicios".