La presencia de un fot¨®grafo del Gobierno ruso en el Despacho Oval dispara las alarmas

Fue la imagen del d¨ªa y puede marcar tambi¨¦n toda la presidencia de Donald Trump.

Los personajes. El mandatario republicano, de pie, charlando sonriente en el Despacho Oval con el ministro de exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, y el embajador de ese pa¨ªs en Washington, Sergei Kislyak.

El momento. La reuni¨®n tuvo lugar horas despu¨¦s de haber fulminado la carrera del director del FBI, responsable de la investigaci¨®n sobre la posible cooperaci¨®n entre la campa?a electoral de Trump y operativos del Kremlin en los ataques inform¨¢ticos a la sede dem¨®crata.

El autor. Un fot¨®grafo del gobierno ruso. El responsable de la fotograf¨ªa puede haber creado una crisis de seguridad en la Casa Blanca, ya que se permiti¨® entrar en la principal sala de reuniones del edificio presidencial a empleados del Kremlin.

El contexto. Kislyak est¨¢ detr¨¢s de la ca¨ªda del general y ex asesor de seguridad de Trump, Michael Flynn, por mentir sobre sus reuniones con ¨¦l, as¨ª como del fiscal general Jeff Sessions, que ocult¨® haberle recibido dos veces en el Senado y que se vio forzado a apartarse de la investigaci¨®n de la trama rusa en el Departamento de Justicia.

¡°?Fue una buena idea dejar que un fot¨®grafo oficial del gobierno ruso entre con todo su equipo en el Despacho Oval?¡±, escribi¨® en Twitter Colin Kahl, que fue asesor de seguridad nacional del vicepresidente dem¨®crata Joe Biden. Kahl obtuvo pronto la respuesta de David Cohen, subdirector de la CIA durante la Administraci¨®n Obama: ¡°No, no lo fue¡±.

Adem¨¢s de los posibles problemas de seguridad ¡ªEE UU descubri¨® grabadoras en la sala del Departamento de Estado donde se reun¨ªa Madeleine Albright en los 90¡ª la inusual situaci¨®n ha provocado que publicaciones estadounidenses como el diario The New York Times lleven en portada este jueves una fotograf¨ªa con la firma de la agencia de noticias rusa. La imagen retrata, adem¨¢s, una ocasi¨®n muy poco frecuente: la bienvenida a un ministro de asuntos exteriores de otro pa¨ªs en el Despacho Oval. Menos frecuente a¨²n es que se trate de un pa¨ªs enemigo.

Otros medios, seg¨²n una recopilaci¨®n elaborada por POLITICO, deliberaron sobre c¨®mo transmitir a su audiencia el hecho de que la imagen proven¨ªa de la c¨¢mara de un funcionario ruso y no de las principales agencias de noticias, ni siquiera de la fot¨®grafa oficial de la Casa Blanca. El Times lo ha calificado de ¡°una especie de golpe de Estado de relaciones p¨²blicas¡± y ha servido para que el Kremlin tenga una prueba hist¨®rica de c¨®mo dos altos cargos del gobierno de Putin estrecharon la mano al presidente de Estados Unidos, en la Casa Blanca, dentro del Despacho Oval.

La Casa Blanca defendi¨® este jueves que el equipo ruso atraves¨® los mismos controles de seguridad que cualquier otro periodista que entra en el recinto presidencial. Fuentes an¨®nimas han declarado tambi¨¦n a varios medios que la Administraci¨®n Trump fue ¡°enga?ada¡± porque desconoc¨ªan que el fot¨®grafo ruso ¡°tambi¨¦n enviar¨ªa las im¨¢genes a la agencia de noticias estatal¡±. Es decir, pensaban que solo quer¨ªa registrar el momento para el recuerdo. La Casa Blanca public¨® este jueves, m¨¢s de 24 horas despu¨¦s de la reuni¨®n, una serie de im¨¢genes en su p¨¢gina de Flickr.

La intenci¨®n de los rusos, sin embargo, qued¨® clara desde el momento en que esta agencia empez¨® a divulgar las escenas de la reuni¨®n en el Despacho Oval a trav¨¦s de sus cuentas en redes sociales y en Flickr. Cuando empezaron a circular, los periodistas de la Casa Blanca fueron invitados por sorpresa a entrar en la sala presidencial. Pero una vez dentro no encontraron a Lavrov junto a Trump. Tampoco estaba el embajador ruso, investigado en la trama de las elecciones. El presidente estaba sentado con el ex secretario de Estado de Richard Nixon, Henry Kissinger.