El combate m¨¢s arriesgado de ?douard Philippe
El nuevo primer ministro de Francia es un aficionado al boxeo y escritor de novelas pol¨ªticas
Todav¨ªa no ha revelado si ha encontrado cerca de Matignon, la oficina del primer ministro en Par¨ªs, un gimnasio que le permita mantener su rutina de entrenar tres veces por semana su deporte favorito, el boxeo. Pero lo que s¨ª ha dejado claro ?douard Philippe, el nuevo primer ministro de Francia, es desde qu¨¦ lado piensa parar los golpes. ¡°Soy de derechas¡±, afirm¨® nada m¨¢s asumir el cargo, justo despu¨¦s de que su predecesor socialista, Bernard Cazeneueve, le traspasara los poderes del puesto pol¨ªtico m¨¢s importante en Francia tras la presidencia.
Con su figura alta y espigada ¡ªcon su 1,94 de altura ya ostenta el r¨¦cord de ser el primer ministro m¨¢s alto de la historia moderna de Francia¡ª, Philippe, de 46 a?os, es un boxeador at¨ªpico. Tambi¨¦n es un jefe de Gobierno inusual en un gabinete, el de Emmanuel Macron, empe?ado en hacer tambalear el sistema tradicional de partidos en Francia. Como cuando nombr¨® a un primer ministro de un partido ajeno, el conservador Los Republicanos, sin que lo hiciera obligado por las urnas.
Pero si hay alguien dispuesto a moverse en el cuadril¨¢tero, ya sea el del gimnasio o el de la pol¨ªtica, ese es Philippe. La pol¨ªtica es ¡°como en el boxeo, hay que saber pasar del pie derecho al pie izquierdo¡±, dec¨ªa a sus colaboradores en 2014 durante la campa?a para ser reelegido alcalde de Le Havre, su basti¨®n hasta que fue llamado a Matignon. Lo cuenta el documental ?douard, mon pote de droite (Eduardo, mi amigo de derechas), del realizador Laurent Cibien, un amigo de la escuela que lo sigui¨® durante diez a?os. Laurent ¡°es un izquierdista, de verdad, de los buenos. Y hasta ecologista. Pero es simp¨¢tico¡±, bromeaba en la cinta el propio Philippe. Y es que el nuevo primer ministro es famoso por su capacidad para llevarse bien m¨¢s all¨¢ de las filas del partido propio. Aunque su formaci¨®n, Los Republicanos, lo repudi¨® nada m¨¢s conocer que hab¨ªa aceptado entrar en el Gobierno de Macron, a quien los partidos tradicionales ven como su gran amenaza existencial.
Pero las intrigas del poder no son algo que sorprenda a este pol¨ªtico de formaci¨®n cl¨¢sica ¡ªpas¨® por Sciences Po y por la Escuela Nacional de Administraci¨®n (ENA), la f¨¢brica francesa de pol¨ªticos donde estudiaron presidentes como Macron, Fran?ois Hollande, Jacques Chirac o Val¨¦ry Giscard d¡¯Estaing y cinco primeros ministros m¨¢s¡ª y escritor aficionado de thrillers pol¨ªticos.
Navegar entre la izquierda y la derecha es algo que adem¨¢s aprendi¨® pronto. Nacido en una familia de profesores de franc¨¦s en Rouen, Philippe, casado y padre de tres ni?os, creci¨® en un entorno ¡°m¨¢s bien de izquierdas, donde se votaba socialista¡±. Tras estudiar parte de la secundaria en Alemania, donde su padre estuvo destinado varios a?os, el joven normando regres¨® a Francia para iniciar sus estudios superiores, donde tomar¨ªa contacto por primera vez con el mundo pol¨ªtico. Durante dos a?os, los que pas¨® en la reputada facultad de Ciencias Pol¨ªticas de Par¨ªs, Sciences Po, Philippe milit¨®, con carn¨¦, en el Partido Socialista. Lo hizo atra¨ªdo por una de sus figuras m¨¢s carism¨¢ticas, el reformista Michel Rocard, su primer referente pol¨ªtico.
Pero su verdadero mentor ha sido Alain Jupp¨¦, el hoy alcalde de Burdeos y referente del ala moderada de Los Republicanos, para el que aspir¨® a ser candidato presidencial en las primarias que acabaron coronando al mucho m¨¢s conservador Fran?ois Fillon. Desde 2002, de la mano de Jupp¨¦, para quien Philippe ha tenido numerosas palabras de reconocimiento en su primera semana al frente del gobierno de Macron, el nuevo primer ministro conoci¨® de primera mano la pol¨ªtica nacional en la que ahora es una figura central.
Aunque Philippe, abogado de profesi¨®n, ha pasado brevemente por el sector privado, como cuando fue director de relaciones p¨²blicas de Areva, el gigante nuclear franc¨¦s, la pol¨ªtica siempre fue, desde ni?o, su gran pasi¨®n. Lo cual no le ha impedido cultivar otras aficiones, como la escritura. Adem¨¢s de cronista asiduo durante la campa?a del diario de izquierdas Lib¨¦ration, Philippe, cuyo personaje literario favorito es Cyrano de Bergerac, al que considera el ¡°el h¨¦roe m¨¢s franc¨¦s¡± de la literatura, es a su vez coautor, junto con otro pol¨ªtico cercano a Jupp¨¦, Gilles Boyer, de dos novelas pol¨ªticas centradas en las intrigas de campa?as electorales.
Fan de Bruce Springsteen, admirador de Sean Connery, obseso de El Padrino, pel¨ªcula que dice haber visto ¡°al menos cincuenta veces¡± e imitador aficionado ¡ªse le da bastante bien, dicen, imitar a los expresidentes Giscard d¡¯Estaing y a Nicolas Sarkozy¡ª Philippe comienza ahora su propio thriller pol¨ªtico, en el que ¨¦l es el protagonista real.
En su primera novela, L¡¯heure de verit¨¦ (La hora de la verdad), Philippe defin¨ªa Matignon, su nueva oficina, como ¡°una forma de infierno. Una forma [de infierno] dorada, codiciada por muchos y satisfactoria para el ego. Pero es un infierno¡±. Aun as¨ª, no ha dudado en aceptar el desaf¨ªo. Al fin y al cabo, un boxeador nunca quiere tirar la toalla.
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