Objetivo: detener al pr¨®ximo terrorista que quiere atentar en Reino Unido
Las autoridades brit¨¢nicas exigen a las tecnol¨®gicas que se unan a la lucha antirradicalizaci¨®n
Las pizarras de los caf¨¦s hipsters de Burton Road, en los suburbios del sur de M¨¢nchester, ofrecen descuentos al personal de los hospitales y a los polic¨ªas junto a uno de los hashtags solidarios con los que la ciudad reaccion¨® espont¨¢neamente al terror. Un poco m¨¢s al sur, en la misma calle arbolada y tranquila, los periodistas rodean la mezquita donde sol¨ªa rezar Salman Abedi, un vecino de 22 a?os que el pasado lunes deton¨® una mochila llena de clavos, tornillos y per¨®xido de acetona a la salida de un concierto de Ariana Grande. Mat¨® a 22 personas, incluidas adolescentes y ni?as, e hiri¨® a m¨¢s de un centenar.
El mi¨¦rcoles, a las puertas de la mezquita, su director, Mohammad el Khayat, calificaba la ¡°horrenda atrocidad que ocurri¨® el lunes en M¨¢nchester¡± de ¡°acto de cobard¨ªa que no tiene lugar en nuestra religi¨®n ni en ninguna otra¡±. ¡°Animamos a cualquiera que pueda tener informaci¨®n sobre el individuo implicado a que contacte a la polic¨ªa¡±, a?adi¨®.
Ocurre que, como ha revelado la investigaci¨®n en los d¨ªas siguientes, no era un individuo solo, sino una red. Y ocurre que la polic¨ªa ya hab¨ªa sido advertida con anterioridad del perfil extremista de Salman Abedi, hijo de exiliados libios. Cinco a?os antes de que cometiera el peor atentado terrorista en Reino Unido desde 2005, su comportamiento ya hab¨ªa disparado alarmas en su entorno m¨¢s pr¨®ximo. Al menos dos amigos han asegurado que dieron cuenta de Abedi en las l¨ªneas telef¨®nicas que la polic¨ªa pone a disposici¨®n de los ciudadanos para denunciar sospechas de radicalizaci¨®n. Pero nadie actu¨®.
El viernes las fuerzas de seguridad quisieron salir al paso de las cr¨ªticas por no haber logrado impedir el ataque y ofrecieron algunos datos sobre la magnitud del peligro que amenaza al pa¨ªs desde dentro. Los servicios de inteligencia brit¨¢nicos han identificado a 23.000 sospechosos de extremismo residentes en suelo brit¨¢nico como potenciales terroristas. De ellos, se considera que unos 3.000 suponen una amenaza hoy y son parte de alguna de las 500 investigaciones abiertas.
Los otros 20.000 han aparecido en investigaciones previas, pero se considera que en la actualidad presentan un ¡°riesgo residual¡±. A este grupo pertenec¨ªan las dos ¨²ltimas personas que han atentado en suelo brit¨¢nico: el propio Abedi y Khalid Masood, autor del ataque que caus¨® cinco muertos y decenas de heridos junto al Parlamento de Westminster en marzo. Tambi¨¦n los dos hombres que asesinaron a machetazos en plena luz del d¨ªa en Londres, en mayo de 2013, al soldado Lee Rigby. Y los cuatro terroristas, vecinos del norte de Inglaterra como Abedi, que asesinaron a 52 personas el 7 de julio de 2005, con bombas activadas en la red de transporte p¨²blico londinense.
Clima de sospecha
La historia se repite. Individuos que no llaman la atenci¨®n de su entorno hasta que su radicalizaci¨®n se agudiza. La prioridad es atajar ese proceso antes de que culmine. A ello se dedica el programa Prevent (Prevenir) del Ministerio del Interior. Se invita a profesores, amigos y padres a denunciar comportamientos antes de que el acusado haya cometido ning¨²n crimen. Por eso muchos musulmanes lo consideran intrusivo y, seg¨²n denunci¨® el comit¨¦ de Interior de la C¨¢mara de los Comunes, el programa se ha convertido en una ¡°marca t¨®xica¡± que podr¨ªa ser contraproducente.
¡°Crea en la comunidad musulmana una sensaci¨®n de que est¨¢ siendo espiada e injustamente perseguida. Construye un clima de sospecha y desconfianza mutua. Lejos de combatir el terrorismo, corre el riesgo de crear las condiciones para que florezca¡±, critic¨® el hoy alcalde de M¨¢nchester, Andy Burnham, cuando era portavoz de Interior en la oposici¨®n laborista. Amber Rudd, actual ministra del Home Office, ha prometido que, si los conservadores ganan las elecciones, destinar¨¢n m¨¢s fondos al programa.
Directivos de la mezquita de Dridsbury han declarado que derivaron a Abedi a Prevent tras detectar sus puntos de vista extremistas, algo que Interior no ha confirmado. Los detractores consideran que la debilidad del programa, la raz¨®n por la que es ineficaz para actuar contra individuos genuinamente peligrosos como Abedi, radica en que su alcance es demasiado amplio.
La radicalizaci¨®n, aseguran los expertos, se produce principalmente en Internet. Este mismo mes un comit¨¦ parlamentario firm¨® una fulminante cr¨ªtica a la industria tecnol¨®gica. ¡°Hay muchas pruebas de que estas plataformas est¨¢n siendo utilizadas para propagar el odio, el abuso y el extremismo. La tendencia crece a un ritmo alarmante pero sigue sin ser controlado¡±, afirma. Theresa May, que antes de llegar a Downing Street luch¨® desde Interior por dar m¨¢s poderes a la polic¨ªa para investigar la actividad online, pidi¨® el viernes a los l¨ªderes del G7 que aumentaran la presi¨®n a las compa?¨ªas tecnol¨®gicas para atacar el extremismo. La lucha contra el Estado Isl¨¢mico, asegur¨®, est¨¢ traslad¨¢ndose ¡°del campo de batalla a Internet¡±.
Vigilar a una persona durante 24 horas requiere hasta 18 agentes. El MI5, el servicio de Inteligencia interior brit¨¢nico, solo tiene recursos para monitorizar constantemente a 40 sospechosos, y las leyes impiden que esa vigilancia intensiva sea indefinida. A¨²n as¨ª, en los ¨²ltimos 18 meses se han frustrado 12 complots terroristas, seg¨²n Dominic Grieve, presidente del comit¨¦ parlamentario de Inteligencia y Seguridad. ¡°Hemos sido extraordinariamente afortunados. Ha sido realmente un milagro que esto no haya sucedido antes¡±, asegura.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.