Edomex, el quiebre del sistema electoral mexicano
No hay nada en las encuestas que nos permitan inferir con poca incertidumbre qui¨¦n ganar¨¢. La saludable incertidumbre democr¨¢tica
Con taquicardias y sudoraciones nos acercamos a la elecci¨®n m¨¢s competida en la historia del Estado de M¨¦xico. D¨¦cimas m¨¢s, d¨¦cimas menos, todas las encuestas publicadas al cierre de la contienda ponen a Delfina G¨®mez (Morena) y Alfredo del Mazo (PRI) en un empate estad¨ªstico. No hay pues nada en las encuestas que nos permitan inferir con poca incertidumbre qui¨¦n ganar¨¢. La saludable incertidumbre democr¨¢tica.
Tendr¨ªa que ser desde ah¨ª una elecci¨®n celebrable. Y no. Junto con las taquicardias y sudoraciones esta elecci¨®n nos tiene tambi¨¦n con un gusto amargo en la boca. Sabe a un proceso en el que, con matices, todos perdieron. Perdieron Morena y L¨®pez Obrador frente a una feroz campa?a del statu quo que no supieron navegar, mostr¨® las debilidades permanentes del ¨²nico candidato viable de la izquierda desde hace 11 a?os. En una campa?a tan centrada en ¨¦l, Delfina pagar¨¢ parte de los costos. Perdieron el PAN y Josefina, frente a una atroz campa?a y una candidatura con nula atracci¨®n entre los electores, el PAN se muestra endeble en una entidad en la que pens¨¢bamos, hab¨ªa sido capaz de construir lealtades estables. Perdi¨® el PRD, que frente a Morena se queda rezagado en un territorio que le era casi natural hace no pocas elecciones, que incluso con una candidatura tan atractiva como la de Juan Zepeda termina con la vocaci¨®n de anexo de una alianza como ¨²nico destino posible frente al 2018. Perdieron tambi¨¦n las candidaturas independientes, que con Mar¨ªa Teresa Castell muestran su vulnerabilidad como figuras utilizables por los partidos gobernantes para golpetear y contener a otros partidos contendientes, frente a los imposibles requisitos para llegar a la boleta, quedan como espacios novedos¨ªsimos para reproducir los viej¨ªsimos vicios del poder.
S¨ª, pero pierde sobre todo el PRI, y en esto del Mazo es un poco accesorio. Con toda la maquinaria encima; con el apoyo expl¨ªcito y burdo de la administraci¨®n federal; con todos los recursos y la voluntad; ah¨ª en el estado mismo que el hoy presidente gobern¨®, ya no alcanz¨® o alcanz¨® apenititas. Y vamos, ni el PRI, ni el gobierno federal, ni el gobierno local han escatimado m¨¦todos.
Al menos desde octubre pasado y hasta ayer mismo, hay un recuento cotidiano en los medios de d¨¢divas, irregularidades y usos pol¨ªticos de programas sociales: despensas Diconsa; decenas de millones de pesos en las tarjetas ¡°la efectiva¡±; apoyos econ¨®micos a vocales de Prospera; 20.000? computadoras a estudiantes; visitas permanentes de miembros del gabinete presidencial (educaci¨®n, salud, y sobre todo desarrollo agrario, territorial y urbano) entregando, ahora s¨ª, beneficios de pol¨ªticas p¨²blicas; acusaciones de modificaciones a contratos p¨²blicos de la constructora OHL para financiar la campa?a de del Mazo; coerci¨®n a polic¨ªas locales para que salgan a votar por el PRI; la administraci¨®n por parte de PGR del caso Odebrecht para hacer p¨²blicos resultados hasta despu¨¦s de la elecci¨®n; una red de m¨¦dicos de hospitales p¨²blicos para repartir tarjetas ¡°la rosa¡± y crear un cuerpo de ¡°movilizadores¡± el d¨ªa de la elecci¨®n; la repetida historia de pedir la credencial de elector mucho antes del d¨ªa de la elecci¨®n; un total pues de 235 quejas acumuladas en 89 carpetas frente a la Fiscal¨ªa Especializada Para la Atenci¨®n de Delitos Electorales.
Frente a esto, lo mejor que le puede pasar al sistema electoral mexicano es que el domingo gane Delfina. Poder sacar un poquito la cara del estercolero, respirar, y poder decir aliviados: con todo y todo, queda un espacio factible para hacer de ¨¦ste un sistema lo suficientemente competitivo para admitir la alternancia y el sufragio sincero de los ciudadanos.
Pero un sistema electoral salvable de acuerdo a quien gane, no es un sistema con vida, es un sistema moribundo. De ganar el PRI se nos viene encima una feroz (y necesaria) guerra frente a las autoridades electorales, el INE y el TEPJF; y si atendemos a procesos recientes en t¨¦rminos de fiscalizaci¨®n, documentaci¨®n, castigo y anulaci¨®n de resultados, no hay mucho espacio para el optimismo. Incluso con las nuevas causales de nulidad (la m¨¢s pertinente aquella de exceder topes de gasto por 5%), el proceso de generaci¨®n de pruebas es problem¨¢tico e incluso con ellas, el proceso judicial es un poco metaf¨ªsico: no importan las irregularidades previas al d¨ªa de la elecci¨®n, importa probar que esas irregularidades fueron determinantes en la definici¨®n del ganador. La famosa ¡°determinancia¡± que es un poco como el hombre de las nieves, nadie la ha visto nunca. Si seguimos las sentencias del TEPJF, tendr¨ªa que haber un cuerpo s¨®lido de evidencia de irregularidades y una elecci¨®n cerrad¨ªsima para pensar en una repetici¨®n del proceso.
La gran lecci¨®n para el 2018 desde la elecci¨®n del Estado de M¨¦xico es el quiebre del sistema electoral mexicano, incapaz de prevenir, documentar y castigar excesos, irregularidades, desv¨ªos, coerciones, y manipulaciones¡ antes de llegar a la urna. Y se queda uno con la pregunta atorada en la garganta: ?Habr¨¢ un sistema electoral que lo logre? Creo sin duda que hay mejoras urgentes en t¨¦rminos de financiamiento, fiscalizaci¨®n y el proceso de calificaci¨®n de las elecciones, pero creo tambi¨¦n que hemos terminado por pedir a la regulaci¨®n electoral, cosas que corresponden a la regulaci¨®n del ejercicio de gobierno.
No hay sistema electoral que supla las necesidades b¨¢sicas de transparencia y rendici¨®n de cuentas en el dinero p¨²blico en manos de gobiernos municipales, estatales y federales. No hay sistema electoral que sustituya los mecanismos esenciales de rendici¨®n de cuentas horizontal (i.e. medios, fiscal¨ªas, auditor¨ªas, ¨®rganos de control, oposici¨®n pol¨ªtica), que implican saber, s¨ª; pero tambi¨¦n castigar. Si la elecci¨®n del Estado de M¨¦xico se nos presenta como el proceso m¨¢s burdamente sucio de los ¨²ltimos a?os, es porque esos mecanismos simple y llanamente no existen efectivamente. Llev¨¦monos esa lecci¨®n para el 2018.
Jos¨¦ Merino, polit¨®logo mexicano, es director de Data4
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