Bruselas aguarda con impaciencia el arranque de la negociaci¨®n del Brexit

Primero fue la dimisi¨®n del ex primer ministro David Cameron tras el refer¨¦ndum de hace un a?o. M¨¢s tarde vinieron las disputas entre duros y blandos frente al Brexit y finalmente, la convocatoria de elecciones generales. Reino Unido lleva casi un a?o postergando una negociaci¨®n clave para su propio futuro y para el de la UE: el divorcio de sus socios europeos. Bruselas aguarda impaciente el inicio de un proceso que puede contaminar toda la agenda comunitaria en los pr¨®ximos meses. Si no surgen nuevos imprevistos, la primera cita para empezar a negociar los t¨¦rminos de la separaci¨®n se producir¨¢ el pr¨®ximo 19 de junio.

La familia europea ha pasado ya por todas las fases an¨ªmicas tras el refer¨¦ndum brit¨¢nico del pasado 23 de junio. Al estupor inicial le sigui¨® un periodo de duelo, pero los excesos de la primera ministra brit¨¢nica, Theresa May, han acabado irritando hasta a los m¨¢s fervientes defensores de Reino Unido en las instituciones europeas. Esa perplejidad ha cristalizado en un inaudito frente com¨²n entre los Veintisiete, que se pondr¨¢ a prueba cuando arranquen las verdaderas negociaciones.

La secuencia de atentados que ha golpeado a Reino Unido en las ¨²ltimas semanas ha suavizado ¡ªal menos internamente¡ª la dureza inicial del mensaje que traslad¨® la dirigente brit¨¢nica a Europa. May empez¨® alertando de que la cooperaci¨®n futura en seguridad depender¨¢ del acuerdo comercial que la UE ofrezca a Londres. A la vista de que el fen¨®meno terrorista trasciende las fronteras nacionales, los representantes brit¨¢nicos en Bruselas han indicado al resto de socios que desean encapsular la cooperaci¨®n antiterrorista para desvincularla del resto de la negociaci¨®n, explican fuentes diplom¨¢ticas. Est¨¢ por ver que esa buena voluntad perdure una vez comience la partida.

Tras varios meses de trabajo, el jefe negociador de la UE, el franc¨¦s Michel Barnier, tiene ya listos los dos primeros documentos con los que Bruselas quiere arrancar. Se trata de dos elementos fundamentales en la fase de divorcio: las condiciones de los ciudadanos m¨¢s afectados por el Brexit (los 3,2 millones de europeos que viven en Reino Unido m¨¢s los 1,3 millones de brit¨¢nicos que residen en otro pa¨ªs comunitario) y el ajuste de cuentas (las cantidades que Londres comprometi¨® en el proyecto europeo y que a¨²n no ha desembolsado). Las propuestas definitivas llegar¨¢n al buz¨®n de May probablemente la pr¨®xima semana, explican fuentes comunitarias. M¨¢s adelante se elaborar¨¢n otras, aunque estas dos monopolizar¨¢n todo el proceso como m¨ªnimo durante el resto del a?o.

Una de las principales preocupaciones en Bruselas es la falta de interlocutores al otro lado del Canal de La Mancha. Para dar la sensaci¨®n de que pilota todo el proceso, May ha sugerido que ser¨¢ ella la responsable de discutir con Barnier. La Comisi¨®n teme que eso impida llevar la negociaci¨®n a un nivel t¨¦cnico. Y se preguntan si la primera ministra brit¨¢nica va a poder liberarse una semana al mes para instalarse en Bruselas a pactar el Brexit. El equipo de Barnier ha concebido el proceso en rondas de cuatro semanas, con una dedicada a la negociaci¨®n bilateral y el resto, a intercambiar propuestas por escrito y fijar posiciones.

Ni siquiera ese esquema est¨¢ claro. Londres no ha confirmado a Bruselas si acepta los m¨¦todos de trabajo propuestos. As¨ª que lo primero ser¨¢ negociar c¨®mo se negocia. Un a?o despu¨¦s, queda todo por hacer.