Las llamas de la torre Grenfell prenden la protesta social en Londres
Manifestaciones por la capital a?aden presi¨®n a la primera ministra tras una tragedia que se ha convertido en s¨ªmbolo de las desigualdades sociales en Reino Unido
El dolor se ha transformado en furia. Las llamas de la torre Grenfell han encendido un conflicto social, latente en la sociedad brit¨¢nica, de consecuencias imprevisibles para una primera ministra profundamente debilitada. A las cr¨ªticas por la fr¨ªa reacci¨®n inmediata de Theresa May, se suma el cuestionamiento de un modelo que, a base de recortes y desregulaci¨®n, ha extremado las desigualdades. Las protestas se suceden desde el viernes, mientras que la polic¨ªa elevado el n¨²mero de muertos en el incendio a 58, de momento, tras dar por fallecidos a casi 30 de los denunciados como desaparecidos. Ese torre de hormig¨®n, carbonizada y humeante en medio del barrio m¨¢s rico del pa¨ªs, se ha convertido en un s¨ªmbolo de todo lo que, para muchos, funciona mal en Reino Unido.
Amanec¨ªa el jueves en Londres y los vecinos de Notting Hill tej¨ªan espont¨¢neamente, horas despu¨¦s del incendio, una red de solidaridad para proporcionar cama, alimento y abrigo a las v¨ªctimas. Esos mismos vecinos acudieron el viernes a la junta de distrito de Kensington a exigir justicia, con pancartas contra el Gobierno conservador. La polic¨ªa impidi¨® a algunos de ellos entrar en las dependencias municipales para enfrentarse cara a cara con las autoridades.
¡°La gente est¨¢ m¨¢s que enfadada, nos han empujado demasiado lejos¡±, aseguraba en medio de la protesta Zack Bangash, vecino del edificio de al lado de la torre, entre gritos que ped¨ªan la dimisi¨®n de la primera ministra. ¡°Llevan a?os ignor¨¢ndonos y tratando de romper nuestras comunidades. Pero eso no va a suceder. Esta energ¨ªa va a durar¡±.
La indignaci¨®n se ha convertido en elemento cohesionador de una comunidad que se siente olvidada. Manifestaciones por distintos puntos del centro de la ciudad se han sucedido desde el viernes. Este s¨¢bado las protestas llegaron a las puertas de Downing Street. La revuelta tiene un potencial desastroso para una primera ministra extremadamente debilitada, despu¨¦s de haber perdido la mayor¨ªa absoluta ¨Cy buena parte de su autoridad- en las elecciones del pasado 8 de junio.
¡°La torre se ha convertido en un s¨ªmbolo de las profundas desigualdades que lastran este pa¨ªs¡±, explica Anne Minton, profesora de la Universidad del Este de Londres y autora del libro El gran capital y el control del suelo. ¡°Estos residentes repetidamente advirtieron de que pod¨ªa pasar una cat¨¢strofe, y no se hizo nada. Hay un fracaso de responsabilidad. ?Qu¨¦ habr¨ªa pasado si uno solo de los residentes multimillonarios de un rascacielos de lujo se hubiera quejado sobre la seguridad? Otro factor es la no regulaci¨®n. Este Gobierno no cree en la regulaci¨®n, por eso ignor¨® las recomendaciones de endurecer la legislaci¨®n contra incendios. Por ¨²ltimo, hay falta de claridad. Con el n¨²mero de v¨ªctimas, con las identidades, con las causas¡ El Gobierno no est¨¢ siendo capaz de ver la magnitud de esto. Es la cat¨¢strofe en cuanto a p¨¦rdidas de vida m¨¢s grande en d¨¦cadas en este pa¨ªs. Y las ramificaciones pol¨ªticas pueden ser enormes. No s¨¦ c¨®mo May podr¨¢ sobrevivir a esto¡±.
El d¨ªa despu¨¦s del incendio Theresa May tard¨® en comparecer. Cuando fue a visitar el edificio, despach¨® con los responsables de los equipos de emergencia , pero no se acerc¨® a hablar con las familias de las v¨ªctimas. Exhibi¨® la misma actitud fr¨ªa y distante, desacompasada con la realidad, que ha erosionado su imagen durante la reciente campa?a. Una hora despu¨¦s Jeremy Corbyn, el l¨ªder de la oposici¨®n laborista, acud¨ªa al lugar y se dedicaba a escuchar y consolar a los afectados. Las fotograf¨ªas de sus abrazos con los vecinos contrastaban con las de May rodeada de agentes uniformados.
La primera ministra ha encargado una investigaci¨®n sobre las causas del incendio. El viernes, al fin, se reuni¨® con las v¨ªctimas, pero no pudo evitar los abucheos e insultos. Su imagen entre los vecinos de la torre Grenfell no ser¨¢ f¨¢cil de recomponer.
¡°Theresa May vino a Kensington: ?cre¨¦is que tuvo la decencia de hablar con nosotros? ?No! No le importamos. Esto no es cosa de negros o blancos, esto es de clase obrera. Siempre somos las v¨ªctimas. Somos los despose¨ªdos. ?No nos ven!¡±, dec¨ªa un vecino con el meg¨¢fono, a las puertas de la junta de distrito, provocando aplausos y gritos entre los centenares de congregados.
Todo lo que se va sabiendo acerca de la tragedia alimenta, a los ojos de los vecinos, la imagen de un Gobierno completamente alejado de sus vidas y sus problemas. Las quejas de una agrupaci¨®n de vecinos sistem¨¢ticamente ignoradas. La mara?a de contratas y subcontratas detr¨¢s de las obras de remodelaci¨®n del a?o pasado. Las deficiencias de una pol¨ªtica de vivienda social ca¨®tica y ahogada de fondos. La negativa del Gobierno a actualizar la regulaci¨®n sobre incendios, a pesar de las advertencias de los expertos realizadas tras otro incendio en una torre, este con seis v¨ªctimas mortales, en el sur de Londres en 2009.
Las causas del incendio tardar¨¢n en conocerse con claridad. ¡°En una desgracia de este tipo es raro que haya solo un fallo¡±, explica el ingeniero Jes¨²s G¨®mez Hermoso, profesor de la Polit¨¦cnica de Madrid con numerosas publicaciones sobre edificios altos. ¡°Suelen ser varias causas combinadas. Materiales m¨¢s inflamables de lo aconsejable, deficiente aislamiento entre las plantas, la propia llegada de los bomberos... Solo un fallo en toda la cadena es raro que produzca algo as¨ª. Pero lo que est¨¢ claro es que un edificio de esa atura es imposible protegerlo del fuego solo con medidas externas. Debe tener sistemas de autoapagado¡±.
La rabia de los vecinos se dirige contra todo aquel que permiti¨® alojar a m¨¢s de un centenar de familias en una torre de 24 plantas con solo una salida y sin rociadores de agua, y la envolvi¨® en un recubrimiento, prohibido por su inflamabilidad en otros pa¨ªses, para hacerla m¨¢s bonita a los ojos de quienes la miraran desde fuera.
¡°Eligieron ese material para que luciera m¨¢s bonita para los ricos, y ahora ese material ha matado a los pobres. No les importaban los centenares de personas que viv¨ªan all¨ª¡±, denunciaba Ayyub Kemouche, de 20 a?os, el viernes durante la protesta.
El incendio expuso de manera extrema la coexistencia, puerta con puerta, de la riqueza y la pobreza en Londres. La torre preside un conjunto de vivienda social en medio del vecindario m¨¢s rico del pa¨ªs, donde oligarcas de todo el mundo adquieren viviendas a precios imposibles que, a menudo, ni siquiera ocupan. La no segregaci¨®n de la vivienda social, su integraci¨®n en todos los barrios, ha sido un modelo elogiado por su capacidad de construir cohesi¨®n social. Pero la llegada de los supermillonarios en los ¨²ltimos a?os, combinada con las pol¨ªticas de austeridad que se han cebado en los m¨¢s desfavorecidos, ha creado una mezcla que, calentada por las llamas de la torre Grenfell, tiende m¨¢s al conflicto que a la cohesi¨®n.
May: "El apoyo a las v¨ªctimas no fue bueno"
Theresa May ha admitido este s¨¢bado por la tarde, presionada por las cr¨ªticas a su gesti¨®n de la tragedia, que el apoyo a las v¨ªctimas del incendio de la torre Grenfell ¡°no fue lo suficientemente bueno¡±. La primera ministra ha recibido en Downing Street a una representaci¨®n de 15 v¨ªctimas, voluntarios y l¨ªderes comunitarios. ¡°La respuesta de los servicios de emergencia, de la sanidad p¨²blica y de la comunidad fue heroica¡±, ha declarado despu¨¦s. ¡°Pero, francamente, el apoyo sobre el terreno a las familias que necesitaban ayuda o informaci¨®n b¨¢sica en las horas iniciales no fue lo suficientemente bueno¡±. May ha confirmado que un fondo de emergencia de cinco millones de libras (5,7 millones de euros), que anunci¨® el viernes, ¡°est¨¢ siendo ya repartido sobre el terreno¡±.
Las cr¨ªticas a la gesti¨®n de esta ¨²ltima crisis por parte de May est¨¢n causando preocupaci¨®n entre los diputados conservadores. La misma falta de empat¨ªa que lastr¨® su campa?a electoral ha salido a la luz en los d¨ªas posteriores a la tragedia, en los que adem¨¢s la primera ministra empieza a mostrar signos de cansancio, despu¨¦s del varapalo electoral, dos atentados terroristas y el tr¨¢gico incendio. A la dificultad de sacar adelante las negociaciones sobre el Brexit con un Gobierno en minor¨ªa se a?ade ahora la amenaza de un conflicto en la calle que, capitalizado por los laboristas, puede acabar acorralando a May.
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