Donald Trump y Cuba: pausa, no reversi¨®n en la normalizaci¨®n de relaciones
En Miami, el presidente de EE UU abandon¨® de la pol¨ªtica de Obama y se meti¨® en un callej¨®n sin salida
En los ¨²ltimos meses, el mundo se ha preguntado si el presidente Trump revertir¨ªa los cambios alcanzados en la pol¨ªtica hacia Cuba por la Administraci¨®n Obama. Por lo que Trump firm¨® este viernes como orden ejecutiva, la respuesta es no. Es lo correcto. Revertir las aperturas de Obama traer¨ªa conflictos con los aliados, abrir¨ªa m¨¢s brechas a los rivales estrat¨¦gicos de EE UU, Rusia y China y enconar¨ªa una relaci¨®n dif¨ªcil con Am¨¦rica Latina. Ning¨²n pa¨ªs en el mundo respalda hoy la pol¨ªtica anticubana de bloqueo, considerada ilegal, inmoral y contraproducente.
Al margen de los regalos ret¨®ricos que el presidente estadounidense hizo al exilio cubano proembargo, usando a Cuba como pieza de negociaci¨®n, la Administraci¨®n no revirti¨® lo logrado por su antecesora. Se quedan las remesas y viajes ilimitados de cubano-americanos a Cuba, las categor¨ªas de licencias generales para viajes de norteamericanos a Cuba, la embajada norteamericana en La Habana y cubana en Washington, la salida de Cuba de la lista de pa¨ªses terroristas del Departamento de Estado, los acuerdos de intercambios en seguridad y aplicaci¨®n de la ley entre los dos Gobiernos y el fin de la pol¨ªtica migratoria especial para cubanos de pies secos y pies mojados.
La altisonante frase de que ¡°los d¨ªas de la pol¨ªtica de Obama hacia Cuba se acabaron¡± es, en el c¨®digo de Trump ¡°una verdad hiperbolizada¡±; es decir, una media mentira. Tres son las l¨ªneas de la nueva ¡°pol¨ªtica¡±: 1. Limitaciones a los viajes individuales a Cuba por concepto educativo para la poblaci¨®n norteamericana sin tocar los viajes cubano-americanos que son el grueso de esa actividad. 2. Poner una lista de cambios a hacer por los gobernantes cubanos como precondici¨®n para cualquier negociaci¨®n de Trump con Cuba. 3. Limitaciones al acceso de las empresas bajo control militar en Cuba a las ganancias derivadas de los viajes de norteamericanos.
Trump est¨¢ dispuesto a hacer todo por el pueblo de Cuba menos escucharlo. Seg¨²n el discurso en Miami, las medidas tomadas por el presidente Obama solo perjudicaron al pueblo de Cuba. Las encuestas en la comunidad cubano-americana, Cuba y el pueblo norteamericano reflejan todo lo contrario. Las pol¨ªticas de Obama hacia Cuba son aprobadas por m¨¢s del sesenta por ciento de los ciudadanos de EE UU y de la comunidad cubano-americana. M¨¢s del noventa por ciento de la poblaci¨®n en Cuba coincide, seg¨²n la encuesta de Bendixen-Amandi, ejecutada sin la aprobaci¨®n del gobierno comunista.
Los viajes ilimitados de los cubano-americanos y su env¨ªo de remesas no sufren ning¨²n cambio como s¨ª ocurri¨® durante la Administraci¨®n Bush. Es ir¨®nico que los mismos pol¨ªticos que abogan por limitar los derechos de viaje de los otros norteamericanos no se atreven a persuadir a sus electores a adoptar la misma restricci¨®n. Bajo Trump, los inmigrantes cubano-americanos tienen privilegios de viaje denegados al resto de los estadounidenses. ¡°America First¡± se transforma en ¡°Miami vice¡±.
El consuelo para los norteamericanos que no tienen el privilegio de haber nacido en Cuba es que podr¨¢n seguir viajando con una licencia general educacional pero solo en grupo. En esas condiciones puede haber una disminuci¨®n de los viajes pero sin cierre en el aumento del flujo de viajeros post enero de 2015. Cuba, las agencias de viajes, las aerol¨ªneas pueden incentivar formas de viaje que cumplan las nuevas regulaciones sin reducir el volumen de tr¨¢fico que puede seguir in crescendo.
La limitaci¨®n del flujo monetario a las empresas militares es otro gesto para la grader¨ªa con escaso impacto en el balance de poder cubano. Las fuerzas armadas cubanas son un factor decisivo en la transici¨®n intergeneracional a iniciarse en 2018 incluso cuando se plantea el ascenso a la presidencia del primer civil desde 1976. Todo el que ha subestimado el poder de convocatoria del nacionalismo cubano se ha equivocado. Lo m¨¢s probable es que Trump no logre nada tangible contra las fuerzas armadas cubanas, mientras brinda una oportunidad que el gobierno cubano no desperdiciar¨¢ para denunciar la indebida intromisi¨®n estadounidense y aglutinar a sus bases en torno a los cuerpos armados como insignes baluartes de la defensa de la naci¨®n. En lugar de promover est¨¢ndares de buena gobernabilidad y transparencia, Trump fracasar¨¢ en el juego de escoger favoritos en la pol¨ªtica cubana.
El episodio de Trump en Miami apenas inicia una serie. El traspaso de la presidencia cubana en 2018 har¨¢ evidente la irrelevancia de la pol¨ªtica norteamericana en una coyuntura cr¨ªtica. En los pr¨®ximos ciclos electorales de 2018 y 2020 habr¨¢ nuevas peticiones para que Trump incremente la hostilidad. Los cabilderos proembargo, que han ocupado puestos importantes en la administraci¨®n, intentan primero, disminuir el flujo de viajeros para que luego sea pol¨ªticamente posible cerrarlo.
En Miami, Trump proclam¨® un enfoque que prioriza arrancar concesiones del Gobierno cubano, no promover los intereses y valores norteamericanos, independiente de lo que haga el Gobierno cubano. Es un abandono de la pol¨ªtica de Obama y un callej¨®n sin salida. La lista de lavander¨ªa que el presidente Trump ley¨® a los l¨ªderes cubanos actuales y a los que tomaran el tim¨®n del estado cubano a partir de 2018 como condici¨®n para negociar es una ruta a m¨¢s de cinco d¨¦cadas de fracasos.
Arturo L¨®pez-Levy es doctor en Estudios Internacionales por la Escuela Josef Korbel de la Universidad de Denver y profesor de la Universidad de Texas-Rio Grande Valley
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.